Vol. 79/No. 9 16 de marzo de 2015
Presentación de Absueltos por la solidaridad por Mary-Alice Waters en dos eventos en La Habana, el 17 y el 19 de febrero de 2015
A continuación reproducimos la presentación de Mary-Alice Waters del libro Absueltos por la solidaridad, por Antonio Guerrero, en dos eventos recientes en La Habana, uno en la Feria Internacional del Libro de La Habana y el otro en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (conocido como CUJAE), la principal universidad de ingeniería y ciencia en la capital cubana. Waters, presidenta de la editorial Pathfinder y dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores en Estados Unidos, es la editora del nuevo libro de Guerrero, uno de los Cinco Cubanos.
Copyright © 2015 por Pathfinder Press. Se reproduce con autorización.
Gracias, Arleen, y gracias a todos ustedes que nos acompañan hoy.
Ante todo quisiera expresar nuestro profundo agradecimiento a Gerardo, Ramón, Tony, Fernando y René por estar con nosotros. ¡Qué honor y qué placer después de tantos años de comunicarnos únicamente por carta y a veces por el sistema de correo electrónico controlado por la prisión, CorrLinks!
Si me permiten usar las palabras de homenaje que les ofreció el dirigente independentista puertorriqueño Rafael Cancel Miranda, gracias por “la luz y la fuerza” que ustedes nos han dado. Por su ejemplo. Ustedes han demostrado en el mundo de hoy el honor que por derecho le corresponde a las palabras revolucionario y comunista.
Cuando vi el video mostrando a Gerardo cuando hacía el saludo al bajar del avión ese día en diciembre, y después escuché sus palabras a Raúl [Castro, presidente de Cuba] —“Puede contar con nosotros para lo que sea”, estamos listos para nuestras próximas tareas— fue entonces que supe que habíamos ganado.
Debemos esta victoria ante todo a la conducta de los propios cinco compañeros, a su inquebrantable integridad, disciplina, creatividad…y sentido de humor. A “la dignidad que aprendimos de nuestro pueblo”, como lo expresa Tony en su nota introductoria a Absueltos por la solidaridad.
Esa victoria fue posible únicamente por el apoyo y las acciones infatigables y consecuentes de sus familias: esposas, madres, padres, hijos, hermanas, hermanos, primos y más.
Fue posible únicamente por la inquebrantable determinación del gobierno y de la dirección del partido en Cuba, incluyendo los esfuerzos incesantes del presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón.
Fue posible únicamente por la batalla dirigida desde Cuba —para lo cual debemos mucho a Kenia Serrano y a todos los cuadros del ICAP [Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos]— para ganarse lo que Gerardo tan acertadamente llamó el “jurado de millones” a nivel mundial.
Fue posible únicamente por los esfuerzos del sinnúmero de abogados para quienes la defensa de los Cinco llegó a ser mucho más que un caso jurídico.
Pero quisiera agregar un elemento más a esta formación de batalla: lo que aportó a la libertad de los Cinco ese “ejército de batas blancas” de Fidel y Raúl, que hoy está combatiendo el mortífero virus del ébola en África occidental.
Cuando en octubre comenzaron a aparecer en la primera plana de diarios como el Wall Street Journal los artículos que elogiaban el profesionalismo, la abnegación y la valentía de los cientos de voluntarios médicos cubanos que iban rumbo a África, yo supe que se había acercado el día de la libertad de Gerardo, Ramón y Tony.
Tony expresa todo esto en sus propias palabras bellas en Absueltos por la solidaridad. “Jamás nos sentimos derrotados”, escribió. “Sabíamos que seríamos absueltos por los hombres y mujeres honestos del mundo, convertidos hoy en una incesante ola de solidaridad que no se detendrá hasta llevarnos de regreso a nuestros hogares”.
Nuevas batallas, no una mirada atrás
De eso trata Absueltos por la solidaridad. Por eso su publicación no podría ser más oportuna.
No es un libro que mira hacia atrás. Es un libro sobre las nuevas batallas que todos tenemos por delante. Sobre cómo estas batallas también serán ganadas por hombres y mujeres como Gerardo, Ramón, Tony, Fernando y René: el tipo de hombres y mujeres que solo se pueden forjar en una revolución proletaria y profundamente popular como la cubana. Hombres y mujeres con la dignidad, la fuerza y la humanidad de la Revolución Cubana y de los cinco soldados indoblegables que se convirtieron en el rostro de esa revolución por todo el mundo.
Absueltos por la solidaridad reproduce las 16 acuarelas que están expuestas aquí, que Tony pintó para conmemorar el 16 aniversario de su encarcelamiento. Estas obras cuentan la historia del juicio en Miami —proceso que duró siete meses en 2000 y 2001— en el cual el gobierno norteamericano “obtuvo las condiciones que necesitaba para garantizar que no tuviéramos el más mínimo chance de salir absueltos”.
Los editores de Pathfinder estaban a pocas horas de enviar el libro a la imprenta cuando, la mañana del 17 de diciembre, se propagó la noticia por todo el mundo de que Gerardo, Ramón y Tony estaban libres. Que sus pies ya pisaban suelo cubano.
Era una victoria histórica, así que paramos la imprenta por unos días. Los editores se pusieron a trabajar nuevamente, y el libro que tienen aquí ahora contiene cinco páginas introductorias que captan ese momento extraordinario, incluyendo tres páginas de fotos sobre la llegada de Gerardo, Ramón y Tony y la explosión espontánea de alegría en las fábricas, escuelas, oficinas y calles desde La Habana hasta Santa Clara, Santiago y más allá.
Modificamos la portada y agregamos el veredicto: “¡El jurado de millones se ha pronunciado! ¡Los Cinco están libres”!
Experiencia de millones
Lo que más quiero destacar es la importancia política de los dos libros de obras de Tony: Absueltos por la solidaridad así como Yo me muero como viví, con 15 acuarelas pintadas el año anterior que captan los 17 meses que los compañeros pasaron en el “hueco” en el Centro Federal de Detención en Miami después de ser arrestados en 1998. Quiero describir cómo estamos usando estos cuadros y estos libros —especialmente en Estados Unidos— junto con dos títulos afines: Voces desde la cárcel y Los Cinco Cubanos: Quiénes son, por qué les fabricaron un caso, por qué deben ser liberados.
Los libros de Tony no solo son impresionantes obras de arte. Para nosotros han sido poderosas armas en la batalla política por la libertad de los Cinco porque se vinculan tan directamente a las vidas y a las luchas de millones de trabajadores y sus familias en Estados Unidos.
Como saben muchos de ustedes, y como saben nuestros cinco hermanos desde adentro, Estados Unidos tiene la mayor tasa de encarcelamiento en el mundo. La policía, las cortes y las prisiones son simplemente el rosto interno, la base interna de los prejuicios de clase, la represión y el racismo del monstruo imperialista que ustedes conocen muy bien.
Hoy día más de 2.2 millones de hombres y mujeres están presos, y 4.8 millones más viven bajo algún tipo de “libertad supervisada”, como la que aguantó René durante más de un año y medio, desde que salió de la prisión federal hasta que regresó a Cuba. Para decirlo de otra manera, según las propias cifras de Washington, uno de cada 35 adultos en Estados Unidos está entre rejas o bajo libertad condicional. ¡Sí, uno de cada 35! Prácticamente no existe una familia obrera que no tenga un pariente, un vecino, un compañero de trabajo o un amigo que esté enredado en alguna parte de este sistema de “justicia” capitalista norteamericana.
Lo que Tony representa en sus cuadros es algo con lo cual ellos se identifican inmediatamente, porque también ellos, sus amigos y sus seres queridos lo han vivido.
Y eso incluye hasta a niños. Después de ver una exposición de Yo me muero como viví, un grupo de niños en el Centro Comunitario Jackie Robinson en Harlem del Este, Nueva York —incluso jóvenes de seis y siete años— escribieron notas dirigidas a cada uno de los Cinco donde expresaban sus sentimientos. Según recuerdo, una de estas notas —creo que iba dirigida a Ramón— decía algo así como, “Lamento que usted esté preso simplemente porque estaba protegiendo su país. Ojalá yo pudiera ayudar, pero solo tengo siete años. No tengo trabajo, así que no tengo dinero para pagarle a un abogado que pudiera sacarlo de la cárcel. Espero que lo pongan en libertad”.
Ese niño hablaba a partir de su experiencia dolorosa, aun a esa edad. Lo mismo se puede decir de millones de otras familias en la clase trabajadora.
Por eso la respuesta a otros libros de Pathfinder sobre los Cinco Cubanos también ha sido tan grande: libros tales como Voces desde la cárcel, cuyas páginas contienen relatos de compañeros de cárcel, de otras personas que han sido encarceladas bajo cargos fabricados por sus actividades políticas, de miembros de los Cinco y sus familias.
Ahora mismo en Estados Unidos se está extendiendo el interés en los Cinco, y en libros que documentan el ejemplo revolucionario cubano de cómo los trabajadores y agricultores pueden luchar, transformarse en este proceso y vencer. Se está extendiendo de manera paralela a la creciente resistencia frente a los intentos del los patrones, su gobierno y sus partidos, el Demócrata y el Republicano, de resolver la prolongada crisis desgastante a expensas nuestras. Eso es lo que hoy día está pasando entre obreros de refinería, portuarios, ferroviarios y trabajadores de grandes tiendas, entre otros. Ahora mismo hay un aumento en las luchas, debido, entre otras cosas, a una modesta alza de contratación que está aumentando la confianza y haciendo más difícil que los patrones usen el garrote del desempleo contra nosotros.
En asambleas sindicales y líneas de piquetes, en escuelas y manifestaciones populares, y sobre todo cuando los trabajadores socialistas en Estados Unidos van de puerta en puerta en barrios obreros, vendiendo suscripciones al periódico El Militante así como libros y folletos, se han vendido miles de ejemplares de libros sobre los Cinco en Estados Unidos.
Cuando hicimos la suma hace unos días, yo misma me sorprendí al ver que en los últimos tres años y medio se han vendido más de 25 mil ejemplares de los libros de Pathfinder sobre los Cinco: los que se presentan aquí. La gran mayoría fueron vendidos en Estados Unidos.
Además de llevar estos y otros libros lo más ampliamente posible, durante el último año de la batalla por la libertad de los Cinco, nosotros y otras personas pudimos organizar más de 25 exposiciones de las obras de Tony —a veces junto con las de Gerardo— en 14 ciudades por todo Estados Unidos: en escuelas, centros comunitarios, iglesias, galerías de arte, cafés y bibliotecas. Otras se hicieron en ciudades por todo el mundo, desde Atenas hasta Panamá, desde el interior de Australia hasta Yakarta y Londres.
Y el broche de oro fue la impactante instalación del artista cubano Kcho en el Museo de Bellas Artes aquí en La Habana.
Nuestros Cinco Héroes han vivido muchos años largos en las filas delanteras de la lucha de clases en Estados Unidos, y su capacidad de sintonizar con el pueblo trabajador allá es de mucha importancia para las batallas que se avecinan. Es una de las razones, por supuesto, por las cuales Washington insistió en que René y Tony renunciaran a su ciudadanía norteamericana. Sí, compañeros, todavía les tienen miedo a ustedes. Y todavía le tienen miedo al pueblo trabajador de Cuba.
Igual que los gobernantes de Estados Unidos nos tienen miedo a nosotros —a los trabajadores y agricultores de Estados Unidos— al tiempo que descartan nuestras capacidades políticas y nuestro potencial revolucionario tan rotundamente como antes descartaban los del pueblo trabajador cubano. Y de forma igualmente errada.
Alcance mundial
Quisiera finalizar con dos puntos.
Primero, unas palabras sobre los muchos otros idiomas a los que los libros que presentamos hoy han sido traducidos, y el alcance de la campaña internacional por la libertad de los Cinco. Las portadas de estos libros en muchos idiomas están expuestas aquí. Cada uno existe en inglés y en español. Pero también se han publicado en otros idiomas:
Los Cinco Cubanos: Quiénes son, por qué les fabricaron un caso, por qué deben ser liberados, en francés, persa y una buena parte en griego;
Voces desde la cárcel en árabe, francés y persa;
y Yo me muero como viví, ahora también en francés y persa.
Las traducciones al francés las hicieron compañeros en Quebec y en Francia, y se están usando en eventos políticos en ambos países. Estuvieron en Haití en diciembre durante la feria internacional del libro, donde Cuba fue el país de honor. Se están vendiendo en Burkina Faso, Mali y otros países de África Occidental, donde partidarios de Pathfinder viajaron y los promovieron el año pasado.
La traducción al árabe la hicieron compañeros en Líbano y Grecia. Se presentó en noviembre pasado en el stand del comité por los Cinco Cubanos en la feria internacional del libro en Beirut, donde mucha gente aprendió acerca de la Revolución Cubana y los Cinco por primera vez.
Los libros en idioma persa —farsi— son de interés especial. Los edita e imprime en Teherán una casa editorial iraní, y son llevados a más de 30 ciudades importantes. En los últimos años en Irán se han vendido unos 20 mil ejemplares de estos y otros libros en farsi que dicen la verdad sobre la Revolución Cubana, incluyendo títulos como El socialismo y el hombre en Cuba, La Primera y Segunda Declaración de La Habana y Marianas en combate.
Algunos de estos libros también llegan a Afganistán, donde el farsi —que en ese país se llama dari— es el idioma escrito mayoritario. Libreros afganos que visitan la Feria Internacional del Libro de Teherán todos los años han comprado cientos de estos libros para llevarlos a Afganistán, donde algunos, en copias piratas, se han reimpreso en miles de ejemplares para vender en las ferias del libro en ese país.
¿Cómo se explica la voluntad de los que han forjado el jurado de millones a nivel mundial para traducir estos libros a idiomas que el pueblo trabajador en sus países pueda leer?
La respuesta es que estos libros no tratan sobre el pasado. No tratan solamente sobre una campaña internacional de defensa que se ganó y que ya pasó. Al leer hoy acerca de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, los trabajadores se enteran de una revolución socialista viva, incluyendo el internacionalismo proletario de cientos de miles de cubanos en Angola que aportaron a la liberación del sur de África contra el colonialismo y la supremacía blanca.
Un nuevo frente
La victoria que representa el regreso de nuestros Cinco Héroes también señala el inicio de un nuevo frente en la batalla, que ya lleva décadas, para defender la independencia de Cuba, su soberanía, su revolución socialista. Como decimos en inglés, “El tigre no ha cambiado sus rayas”. El imperialismo puede cambiar de tácticas, pero la meta sigue igual: a través de una u otra forma de agresión, el objetivo es derrocar las relaciones de propiedad y relaciones sociales que el pueblo trabajador cubano ha conquistado a través de más de 55 años de lucha.
Me gustó cómo lo expresó el antiguo ministro de cultura Abel Prieto el otro día, en palabras populares y fáciles de entender, cuando le dijo a un público aquí en La Cabaña, “Si alguna vez las relaciones del mercado llegan a predominar nuevamente en Cuba, podrán decirle adiós a esta feria del libro”.
“Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada” con la que la burguesía libra su batalla y “obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción”, explicó Marx en el Manifiesto Comunista.
A medida que ustedes sigan demostrando en la vida, como la Revolución Cubana ha hecho desde el comienzo, que el trabajo humano, y no la compra de una mercancía llamada fuerza de trabajo, es el futuro de un mundo sostenible y habitable, pueden estar seguros de que no están solos. Otros luchan a su lado a medida que ustedes libran esta batalla económica y política: esta batalla de ideas, esta batalla para cerrar la brecha en la productividad del trabajo.
La victoria que se ha ganado con la libertad de nuestros Cinco hermanos infunde una renovada confianza a sus compañeros de lucha en todo el mundo, incluso en Estados Unidos.
Entonces vamos a terminar con las palabras de René en una de sus cartas a Olguita, que podrán leer en las páginas de Absueltos por la solidaridad.
El día que “se ponga fin a nuestro absurdo castigo”, escribió René, “aun sin declararlo el gobierno norteamericano estará concediendo su principal derrota: no haber alcanzado el suficiente plano moral, a pesar de todos sus esfuerzos, para juzgar a Cuba. Nuestra libertad, entonces … será también otra vindicación de Cuba”.
Y así es.
¡El jurado de millones se ha pronunciado!
¡Los Cinco están libres, y continúan como soldados disciplinados, como dijo Gerardo, para lo que sea!
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