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Vol. 79/No. 11      30 de marzo de 2015

 
(especial)
Internacionalismo de Cuba en
África, tema en feria del libro

 
POR JONATHAN SILBERMAN
Y RÓGER CALERO
LA HABANA — “Hace 50 años, el 2 de febrero de 1965, una columna de 130 combatientes, dirigida por el comandante Ernesto Guevara de la Serna —nuestro Che— comenzaba a prepararse para ir al Congo” en apoyo a la lucha por la liberación de ese país, dijo Víctor Dreke ante un público en la Casa de África.

Dreke, segundo al mando de esa columna, habló el 20 de febrero en una de las dos actividades en la Feria Internacional del Libro de La Habana donde se presentaron títulos de la editorial Pathfinder, libros que ayudan a relatar la historia de la Revolución Cubana de apoyo internacionalista a las luchas africanas por la libertad y el desarrollo.

Al dar la bienvenida al público de 60 personas, Alberto Granado, director de la Casa de África, subrayó que 50 años más tarde, los médicos cubanos están en África occidental combatiendo el ébola.

Casa de África es un centro cultural y museo que ilustra la historia y cultura de África y las raíces africanas de Cuba. Tiene archivos sobre la solidaridad internacionalista cubana con las luchas por la liberación en África. Al presentar el panel, Granado agradeció las donaciones de libros de Pathfinder que se han hecho a la biblioteca del centro a través de los años.

En el evento se destacaron dos de estos libros: Qué lejos hemos llegado los esclavos, de Nelson Mandela y Fidel Castro, y De la sierra del Escambray al Congo: En la vorágine de la Revolución Cubana, de Dreke. Mary-Alice Waters, presidenta de Pathfinder y editora de los dos títulos, compartió la tribuna con Granado y Dreke.

Dreke es presidente de la Asociación de Amistad Cuba-África. Como joven estuvo en la clandestinidad urbana y el Ejército Rebelde durante la lucha popular que llevó a la victoria revolucionaria de 1959. A principios de los años 60 Dreke fue comandante de los batallones de trabajadores y campesinos que derrotaron a las bandas contrarrevolucionarias, respaldadas por Washington, en la sierra del Escambray en la zona central de Cuba. Después de la misión del Congo en 1965, él encabezó la misión militar cubana en Guinea-Bissau, que entrenó a los independentistas que luchaban contra el dominio colonial portugués. Estas experiencias se describen en De la sierra del Escambray al Congo.

Cuando en 1965 los internacionalistas cubanos fueron a la antigua colonia belga del Congo, “era un momento importante para las luchas revolucionarias en África”, dijo Dreke. “Se libraban batallas por la liberación del Congo, y también en Guinea-Bissau, Cabo Verde, Angola y Mozambique”.

Dreke dijo que los voluntarios cubanos en el Congo se sumaron a los combatientes por la liberación nacional —seguidores de Patricio Lumumba, el asesinado dirigente de la lucha independentista congolesa— que combatían al régimen proimperialista. En el vecino país de Congo-Brazzaville, antigua colonia francesa, otra unidad de combatientes cubanos, dirigida por Jorge Risquet y Rolando Kindelán, entrenaba a los combatientes independentistas del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA).

Estas luchas, Dreke dijo, “culminaron con las grandes batallas en Angola” en los años 1975-91, cuando los internacionalistas cubanos ayudaron a defender a Angola —recién independizada— de las invasiones del régimen sudafricano del apartheid. El triunfo de esa misión también llevó a la independencia de Namibia y al fin del régimen supremacista blanco en Sudáfrica.

Es por esos avances, que también fortalecieron a la Revolución Cubana, que “nuestro comandante en jefe pudo decir, ‘Qué lejos hemos llegado los esclavos’”, dijo Dreke.

Se refería a un discurso que dio el presidente cubano Fidel Castro cuando el dirigente revolucionario sudafricano Nelson Mandela visitó en 1991. Mandela calificó la victoria dirigida por las tropas cubanas y la derrota de las fuerzas del apartheid en la batalla de Cuito Cuanavale en 1988 como “un hito en la historia de la lucha por la liberación del África austral”. El libro Qué lejos hemos llegado los esclavos contiene los discursos de Mandela y Fidel Castro.

Waters dijo que los libros “no son acerca del pasado. Ayudan a preparar al pueblo trabajador, frente a los ataques de los gobernantes acaudalados, impulsados por la crisis mundial del capitalismo, para las batallas venideras”.

Se han vendido más de 21 mil ejemplares de Qué lejos hemos llegado los esclavos, la mayoría en Estados Unidos. Waters también recordó las 3 mil personas que escucharon a Dreke cuando hizo una gira de conferencias en Estados Unidos en 2002, hablando sobre la Revolución Cubana y el apoyo cubano a las luchas libertarias africanas.Waters destacó la historia consecuente de la solidaridad de la Revolución Cubana en África, desde su ayuda a la revolución en Argelia a principios de los años 60 hasta el Congo, Angola y actualmente su aporte a la lucha contra el ébola en África.

Actividad en un barrio
El día siguiente, unas 35 personas asistieron a una actividad callejera en Cojímar, en Habana del Este, sobre El capitalismo y la transformación de África. El libro, de Waters y Martín Koppel, fue producto de unas visitas a Guinea Ecuatorial en 2005 y 2008.

El mitin fue auspiciado por el nuevo centro cultural africano y restaurante África Mía. Llegaron residentes del barrio, incluido una maestra de primaria que vino acompañada de sus estudiantes, quienes han estudiado la historia de los pueblos precoloniales de Cuba y la esclavitud en los tiempos coloniales.

Ana Morales, directora de África Mía, dio la bienvenida a los presentes. Morales fue médico en Guinea-Bissau y luego primera secretaria de la embajada cubana en Guinea Ecuatorial, entre 2003 y 2008, cuando Víctor Dreke, su esposo, era embajador a ese país.

Junto a Waters estaba el coronel Alain Hernández, voluntario internacionalista en Nicaragua entre 1981 y 1983 y actualmente delegado electo a la asamblea municipal; e Iraida Aguirrechu, quien de 1971 a 74 cumplió misión diplomática en Guinea Ecuatorial.

Waters señaló que el título de El capitalismo y la transformación de África se formuló para hacer que el lector reflexionara. “Se han escrito cientos de libros sobre el saqueo imperialista de África”, dijo. “Lo que aborda este libro es cómo la fuerza social que es capaz de poner fin a la dominación imperialista y a las explotadoras relaciones sociales capitalistas —la clase trabajadora— está naciendo en países como Guinea Ecuatorial.

“Más de una vez un lector nos ha preguntado, ‘¿Acaso ustedes no son socialistas, comunistas? ¿Por qué le dan crédito al capitalismo por la transformación de África?’ ” Para el pueblo trabajador es importante comprender que “todo avance que ayude a cerrar la brecha entre África semicolonial y el mundo imperialista —en cuanto a la salud, la sanidad, la educación, las comunicaciones, la electrificación— refuerza la lucha contra la dominación imperialista”, dijo Waters. “Hace más difícil meter una cuña entre el pueblo trabajador en África y en el mundo imperialista”.

Alí, un joven de Chad que estudia medicina en Cuba, intervino temprano en la animada discusión y preguntó, “¿Qué puedo hacer yo para aportar a la lucha en África?”

“No pretendo saber mucho sobre Chad”, respondió Waters. “Pero para todos nosotros, hay dos cosas muy importantes. Aprovecha tus oportunidades para viajar y para leer. Estudia y aprende de las lecciones acumuladas de la clase trabajadora a nivel internacional, y de la historia y las lecciones que encontrarás en muchos de los libros que están disponibles aquí. Y en segundo lugar, parafraseando a José Martí, ‘Echa tu suerte con los oprimidos y explotados’: con la clase trabajadora, que tiene el poder para transformar el mundo, como nos ha enseñado la Revolución Cubana”.
 
 
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