Vol. 79/No. 22 15 de junio de 2015
El gobierno israelí ha respaldado de manera consistente el embargo norteamericano, cuya meta es derrocar a la revolución socialista de Cuba. Tel Aviv fue el único gobierno que votó con Washington en 2014 y 2013 en contra de la resolución de Naciones Unidas que demanda que el gobierno norteamericano levante el embargo.
Mientras que el gobierno revolucionario de Cuba se ha opuesto rotundamente a los ataques y la discriminación por parte del gobierno israelí contra los palestinos, se ha negado a cuestionar el derecho del estado de Israel a existir.
“No creo que nadie haya sido calumniado más que los judíos”, dijo Castro a Jeffrey Goldberg, corresponsal nacional de la revista Atlantic en una entrevista en septiembre de 2010.
“Por dos mil años fueron sometidos a una terrible persecución y luego a los pogromos”, dijo Castro al referirse a las oleadas sangrientas de revueltas antijudías en Rusia y Europa oriental a fines del siglo 19 y principios del siglo 20.
“Los judíos han llevado una vida mucho más difícil que la nuestra. No hay nada que pueda compararse al Holocausto”, dijo Fidel.
Goldberg le preguntó si en su opinión el estado de Israel tenía el derecho de existir. “Sí, sin duda alguna”, respondió Castro. Cuando Goldberg preguntó si Cuba volvería a establecer relaciones con Israel, Castro dijo que estas cosas toman tiempo.
En diciembre el presidente Barack Obama se vio obligado a admitir que el embargo de Washington ha fracasado en derrocar la revolución en Cuba, la cual —como lo demuestra el desfile de un millón de personas el Primero de Mayo de este año— continúa teniendo el apoyo abrumador de los trabajadores y campesinos cubanos. Obama y el presidente cubano Raúl Castro anunciaron el 17 de diciembre que ambos gobiernos buscarían restablecer relaciones diplomáticas.
“¿Seguirá Israel el ejemplo de Estados Unidos y reanudará relaciones con Cuba?” el periódico de Israel Haaretz preguntó dos días después. Los dos gobiernos mantuvieron relaciones diplomáticas hasta 1973 tras la guerra de Yom Kipur.
“No me cabe duda que Cuba está interesada en tener relaciones con Israel”, dijo al Jerusalem Post Rafi Eitan, antiguo jefe de la agencia de espionaje de Israel, después de los anuncios de diciembre. “Reanudar relaciones diplomáticas con Cuba depende ante todo de Israel”.
“Fidel nunca había visitado la comunidad judía”, dijo Adela Dworin, presidenta del Patronato, un centro de la comunidad judía de La Habana, a Richard Fellman, quien visitó Cuba como parte de una visita a la comunidad judía de Cuba auspiciada por una sinagoga en Syracuse, Nueva York, en 2013. Cuando Dworin vio a Castro en una reunión en 1998, se le acercó.
“‘Usted nunca ha ido al Patronato’, le dije a Fidel. Él sonrió y me contestó, ‘Es cierto. Pero ustedes nunca me han invitado’”. Dos semanas más tarde Fidel asistió a una celebración de Hanukkah.
Raúl Castro estuvo al frente de una delegación que visitó el Patronato en diciembre de 2010, se puso una kipa, la pequeña gorra utilizada por los judíos, y encendió las velas de Hanukkah. El primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez prendió las velas en 2013.
Carnicería kosher
Un artículo en Haaretz del 11 de marzo titulado “Cómo Castro salvó la carnicería kosher de Cuba” informa que en 1962 Fidel Castro aseguró que la carnicería siguiera funcionando en un periodo en el que muchos negocios estaban siendo nacionalizados por el gobierno revolucionario.Yacob Berezniak Hernández maneja la tienda hoy bajo el patrocinio de la sinagoga ortodoxa Adath Israel, que él dirige. Una vez al mes Berezniak supervisa la matanza de 60 vacas siguiendo las reglas judías en una planta de carne fuera de La Habana. Descuartiza las partes delanteras de la vaca y distribuye la carne gratis a las tres sinagogas de la ciudad.
Bajo el sistema de racionamiento de Cuba cada persona tiene asignada una cantidad fija de puerco al mes, pero como los judíos no comen puerco, se hizo una excepción para la comunidad judía para que recibiera carne de res kosher.
Al momento de la Revolución Cubana en 1959 habían 15 mil judíos en Cuba. Hoy hay unos 1 500 judíos practicantes, la mayoría en La Habana, y miles más de descendencia judía que no son creyentes religiosos.
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