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Vol. 79/No. 26      27 de julio de 2015

 
(portada)
Cuba ayuda a frenar ataques
de Washington a Venezuela

 
POR MAGGIE TROWE  
Al brindarle apoyo a Venezuela y al incitar oposición por toda América Latina a las sanciones y amenazas de Washington contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, la dirección de la Revolución Cubana obligó a la administración de Obama a desistir de su posición agresiva y a dar pasos para incrementar la comunicación con Caracas.

Un artículo de Reuters el 1 de julio informó que representantes estadounidenses y venezolanos “han emprendido el diálogo más extenso en años en un intento para mejorar sus enconadas relaciones, según un alto funcionario de la administración estadounidense”.

El pueblo cubano obtuvo una victoria histórica el 17 de diciembre cuando Washington admitió que su embargo económico y sus ataques contra la revolución durante décadas habían fracasado, y que habían conducido a su aislamiento en América Latina y el Caribe. Se anunciaron nuevos pasos hacia el restablecimiento de relaciones diplomáticas por primera vez en más de 50 años. Los dirigentes cubanos aclararon que las maniobras contra el gobierno venezolano impedirían la posibilidad de un acuerdo.

La clase gobernante estadounidense tiene una larga historia de intervenir en la política de Venezuela, el cuarto más grande suministrador de petróleo crudo a las refinerías estadounidenses.

Washington respaldó el golpe militar contra el presidente Hugo Chávez en 2002, el cual fue revertido por una movilización popular masiva en Caracas. Apoyó y promovió otros intentos para socavar al gobierno de Chávez, y luego el de Maduro, quien asumió la dirección del Partido Socialista Unido de Venezuela y fue electo presidente tras la muerte de Chávez en 2013.

Entre las medidas que han provocado la ira de Washington, se encuentra el programa iniciado por el gobierno de Chávez en 2005, PetroCaribe, que ha suministrado petróleo a Cuba a precios preferenciales. Otros trece países caribeños también se benefician del programa, el cual reduce su dependencia de los magnates petroleros estadounidenses. El presidente cubano Raúl Castro dijo que el programa era “una extraordinaria, generosa y humanista contribución”.

La caída de los precios del petróleo ha tenido un gran impacto sobre la golpeada economía venezolana, dando esperanzas a Washington de que se elija en Venezuela un gobierno que cumpla con sus ordenes.

En la primera mitad de 2014, los diarios capitalistas en Estados Unidos rebosaban de artículos sobre protestas en Venezuela que exigían la dimisión de Maduro, algunas de las cuales fueron enfrentadas con policías antimotines. Más de dos decenas de personas, tanto oponentes como partidarios del gobierno, murieron en las confrontaciones. Varias personas fueron arrestadas, incluyendo el dirigente de la oposición Leopoldo López, bajo cargos de incitación a la violencia. Los funcionarios venezolanos han denunciado el financiamiento y respaldo de Washington a la oposición.

El pasado diciembre la administración de Obama obtuvo la aprobación de un proyecto de ley bipartidista por el congreso que impuso sanciones contra varios funcionarios del gobierno venezolano.

En la tercera cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) celebrado en Costa Rica el 28 de enero, Raúl Castro condenó “las inaceptables e injustificadas sanciones unilaterales impuestas a la República Bolivariana de Venezuela”.

Obama intensificó el ataque el 9 de marzo con una orden ejecutiva en la que declara una “una emergencia nacional respecto a la amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos causada por la situación en Venezuela”.

El día siguiente, Fidel Castro envió una carta a Maduro en la que denuncia “los brutales planes del gobierno de Estados Unidos”.

El 16 de marzo, la tercera ronda de conversaciones entre diplomáticos estadounidenses y cubanos relacionadas al restablecimiento de relaciones diplomáticas terminó abruptamente.

El próximo día Raúl Castro encabezó una delegación para participar en una reunión de emergencia en Caracas de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), para solidarizarse con Venezuela ante las amenazas de Washington.

‘Venezuela no está sola’

“Hoy Venezuela no está sola. Ni nuestra región es la misma de hace 20 años”, dijo Castro en la reunión. “Estados Unidos debería entender de una vez que es imposible seducir o comprar a Cuba ni intimidar a Venezuela”. dijo Castro. “Nuestra unidad es indestructible”.

La reunión de los países del ALBA también respaldó el llamamiento del gobierno de Venezolano a que Washington abra la comunicación mediante la vía diplomática. La Unión de Naciones Sudamericanas y la CELAC exigieron que Washington revocara la orden ejecutiva emitida en marzo.

Para la fecha de la Séptima Cumbre de las Américas celebrada en Panamá el 10 y 11 de abril, Obama había cambiado su tono. “Venezuela no es una amenaza para Estados Unidos, y Estados Unidos no es una amenaza para Venezuela”, dijo a la agencia de prensa EFE en la víspera de la cumbre.
 
 
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