Vol. 79/No. 35 5 de octubre de 2015
“Hace unos 20 años las compañías ferroviarias redujeron las tripulaciones a dos por tren y eliminaron el cabús, poniendo en peligro a los trabajadores ferroviarios y a la comunidad”, dijo Kaminkow. “Ahora están intentando cortar la ‘tripulación’ a una persona”.
Kaminkow es el secretario general de Railroad Workers United (ferrocarrileros unidos), el grupo que organizó la conferencia. El encuentro fue respaldado por otros 17 grupos y sindicatos, incluyendo Frack Free Illinois (Illinois libre de fracking), Rising Tide (marea creciente), el Southeast Environmental Taskforce (fuerza de tarea ambiental del suroeste) y el Partido Socialista de los Trabajadores. Los trabajadores ferroviarios, otros sindicalistas y miembros de grupos comunitarios y medioambientales participantes se reunieron en el salón del sindicato de electricistas UE.
Esta fue la tercera conferencia sobre la seguridad ferroviaria organizada por Railroad Workers United desde el descarrilamiento y explosión de un tren de 72 vagones cargados de petróleo crudo que mató a 47 personas en Lac-Mégantic, Quebec, en 2013. Tom Harding, el maquinista del tren, era el único tripulante, lo cual fue permitido por un acuerdo especial que la empresa Montreal, Maine and Atlantic Railway había hecho con el gobierno canadiense. Harding y el despachador Richard Labrie, ambos miembros del sindicato de obreros del acero USW, han sido víctimas de calumnias en la prensa y enfrentan cargos amañados por el desastre por los que podrían pasar el resto de sus vidas en prisión.
Los panelistas describieron cómo los trabajadores del ferrocarril son forzados a estar “disponibles” 24 horas al día, sin saber nunca cuándo tendrán que salir a trabajar. Son sometidos a turnos de 12 horas, descanso inadecuado y fatiga excesiva, y conducen trenes de 100 vagones que pesan 18 mil toneladas o más sobre rieles mal mantenidos y con pocas inspecciones.
Thomas Walsh, el abogado de Harding, vino de Canadá para participar en la conferencia. “Lo esencial para las empresas ferroviarias son las ganancias, no la seguridad”, dijo Walsh. A Harding le ordenaron que estacionara el tren cuesta abajo en una loma en Lac-Mégantic antes de que se fuera a dormir después de trabajar por 12 horas. Luego se produjo un incendio en la locomotora y fue apagado por los bomberos. Inadvertidamente esto causó que el sistema de frenos perdiera la presión.
“Todos ustedes han escuchado hoy sobre las condiciones que enfrentan estos trabajadores, este era un desastre inminente”, dijo Walsh. “La tripulación de una persona definitivamente jugó un papel en lo que pasó en Lac-Mégantic”.
Phil Dedera, un organizador del Local 1177 del sindicato UE, cuyos miembros transportan a las tripulaciones a los trenes, dijo al Militante que los choferes antes eran empleados del ferrocarril, miembros del sindicato de dependientes ferroviarios. “Las empresas los eliminaron y contrataron agencias para hacer ese trabajo. El pago fue recortado y las condiciones empeoraron todavía más. Recientemente firmamos contratos que cubren a 600 choferes en California y 200 en Chicago y el noroeste de Indiana”.
La conferencia concluyó con una sesión de pequeños grupos para discutir cómo forjar alianzas entre trabajadores ferroviarios, otros sindicalistas y grupos comunitarios para acciones en torno a la seguridad ferroviaria.
Veinte personas participaron en una discusión sobre cómo difundir la campaña en defensa de Harding y Labrie y dar publicidad a una manifestación en Lac-Mégantic el 11 de octubre.
Algunos decidieron colaborar para organizar una actividad de solidaridad en Chicago el 11 de octubre.
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