Vol. 80/No. 2 18 de enero de 2016
“Llamas a la policía y pierdes a un ser querido”, dijo Janet Cooksey, madre de Quintonio LeGrier. Arriba, vigilia el 27 de diciembre en Chicago para LeGrier y Bettie Jones, matados por un policía un día antes.
Recuadro, Cooksey, izq., en acto el 29 de diciembre.
“Uno llama a la policía, trata de obtener ayuda y pierdes un ser querido”, dijo Janet Cooksey, la madre de LeGrier, en una rueda de prensa antes de la vigilia. “¿Para qué son entrenados? ¿Solo para matar? Yo creía que se supone que debemos recibir servicio y protección”. LeGrier, quien se graduó de la secundaria en 2014, estaba tomando cursos de ingeniería eléctrica en la Universidad Northern Illinois.
“Esto es parte de un patrón de abuso y fuerza excesiva por la policía”, dijo Jesse Jackson de Operation PUSH a la multitud. “Las balas penetraron la casa. Le dispararon a LeGrier siete veces”.
Antonio LeGrier, el padre de Quintonio, llamó al servicio de emergencia 911 para pedir ayuda cuando vio a su hijo comportándose enojado y portando un bate de béisbol. También llamó a Jones quien vivía en la planta baja, y le pidió que dejara entrar a los policías cuando llegaran. Cuando lo hizo, uno de los policías disparó matándola a ella y a Quintonio. Los policías dicen que la muerte de Jones fue un “accidente”.
“Veinte de los compañeros de trabajo de Bettie se encuentran aquí hoy. Debemos de estar en el trabajo pero nos pareció que era suficientemente importante como para faltar y venir aquí”, dijo Shanequa Head, quien trabajaba con Jones en la panadería Alpha Bakery.
“Tuvimos que venir para mostrar nuestro apoyo”, dijo Frank Cosby, el recién electo delegado del Local 1 del sindicato de trabajadores de panaderías BCTGM en Alpha Bakery.
“La mañana después de la Navidad la tía de mi esposa, Bettie Jones, fue muerta a disparos por un policía de Chicago”, escribió Jahmal Cole en una petición circulada en la Internet en la que pide que la legislatura estatal prohíba el uso del sistema del gran jurado en casos de muertes por disparos por la policía. “Hemos visto en todo el país que la misma historia se repite. Un policía emplea la fuerza mortal excesiva con amplia evidencia de video. Los fiscales envían el caso a un gran jurado en vez de presentar cargos contra el oficial. Este proceso del gran jurado se pospone durante meses o años para calmar la indignación pública. Y al final, el gran jurado no acusa a ningún oficial del acto ilícito”.
Emanuel, quien había iniciado unas vacaciones familiares el 18 de diciembre, suspendió el viaje y regresó a Chicago el 29 de diciembre.
El día siguiente anunció en una rueda de prensa junto al superintendente interino de la policía John Escalante, que la ciudad comprará 1 400 pistolas Tasers y que los policías de Chicago recibirán más entrenamiento en el uso de ellas, como alternativa a que los oficiales disparen sus armas de fuego.
El 31 de diciembre más de 200 personas protestaron frente al ayuntamiento con carteles que decían, “Los Tasers matan, Rahm está en las nubes”.
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