Vol. 80/No. 7 22 de febrero de 2016
Todos los candidatos burgueses —desde el socialista Bernie Sanders y Hillary Clinton en el Partido Demócrata hasta el demagogo millonario Donald Trump, John Kasich, Marco Rubio y otros republicanos— quieren rescatar al capitalismo de una crisis económica, social y moral a medida que su producción, comercio y empleo se contraen.
En Flint, Michigan, funcionarios tanto demócratas como republicanos dijeron al pueblo trabajador que se podía beber el agua envenenada. En centro de trabajo tras centro de trabajo, la seguridad se tira por la ventana cuando los patrones aumentan el ritmo de trabajo y extienden la jornada de trabajo para aumentar la explotación o recortan las horas para incrementar su ganancias. Usan a los trabajadores inmigrantes como chivos expiatorios y tratan de intimidarlos con deportaciones para reducir los salarios y dividir a la clase obrera.
Las familias capitalistas gobernantes utilizan la fuerzas económica y militar de Washington para proteger sus inversiones e intereses en el exterior contra cualquiera que se alce para luchar por su soberanía nacional y para cerrar la brecha entre sus condiciones de alfabetismo, electrificación y salud y las que existen en los países imperialistas.
La campaña del Partido Socialista de los Trabajadores ofrece una vía clasista para salir del sistema capitalista de devorarse unos a los otros y de crisis constantes.
El PST trata de avanzar la conciencia de clase y la auto confianza de los trabajadores a medida que luchamos juntos. Sabemos por la historia que el pueblo trabajador, apoyándonos en nuestro propio poder, solidaridad y movilización, puede apoderarse y administrar las minas, los ingenios, los ferrocarriles y las fábricas sin los patrones.
A medida que acumulamos experiencia en la lucha, nos transformamos en personas diferentes, capaces de organizar a nuestra clase y sus aliados para derrocar el dominio de las familias capitalistas multimillonarias y establecer un gobierno de trabajadores y agricultores.
Los partidarios del Partido Socialista de los Trabajadores luchan desde adentro de las filas de los trabajadores para transformar los sindicatos en instrumentos de lucha eficaces contra la clase patronal y su gobierno. El movimiento sindical puede convertirse en una poderosa fuerza en pro de la solidaridad humana, haciéndose el paladín de la lucha por los $15 y un sindicato; por programas de trabajos públicos financiados por el gobierno para crear empleos y construir escuelas, centros médicos, de cuidado infantil y de recreo, y para reemplazar la carcomida infraestructura y otras cosas que necesita el pueblo trabajador; de la lucha por la independencia de Puerto Rico; de la lucha por el cuidado médico gratuito, preventivo y completo para todos; para extender la protección de la igualdad ante la ley para las mujeres que buscan un aborto; para exigir que los policías que matan o brutalizan al pueblo trabajador sean procesados.
La campaña del PST señala la necesidad de romper con los partidos de los patrones y construir nuestro propio partido, un partido obrero independiente basado en los sindicatos.
Kennedy y Hart señalan el ejemplo de cómo el pueblo trabajador de Cuba hizo su revolución en 1959, un ejemplo para el pueblo trabajador en Estados Unidos. Kennedy y Hart exigen que Washington termine con su brutal embargo económico contra el pueblo cubano y devuelva la base naval de Guantánamo. Hart está en Cuba en la Feria Internacional del Libro de La Habana, para describir mejor a los trabajadores en Estados Unidos la revolución socialista cubana.
En los años 50, trabajadores y agricultores, dirigidos por Fidel Castro y el Movimiento 26 de Julio, aprendieron en el curso de organizarse y luchar para derrocar la dictadura de Batista respaldada por EE.UU. Se convirtieron en hombres y mujeres distintos, capaces de trabajar juntos para cambiar a la sociedad para satisfacer sus necesidades.
Los trabajadores se apoderaron de las fábricas, ingenios azucareros, las compañías de luz y gas, y los bancos, tanto los que eran propiedad de estadounidenses como cubanos, y empezaron a administrarlos.
El gobierno revolucionario apoyó a los trabajadores agrícolas que carecían de tierra con una reforma agraria que entregó el cultivo de la tierra a los que la trabajaban.
Destruyeron el antiguo ejército y policía y construyeron nuevas fuerzas armadas, milicias y policía de entre sus propias filas, para defender y no para oprimir al pueblo trabajador.
La revolución puso en vigor leyes que pusieron fin a la discriminación racial, atrajeron a la mujer a la fuerza laboral y a la actividad política revolucionaria e hizo el aborto una decisión de la mujer.
La Revolución Cubana extiende la solidaridad internacionalista, desde el envío de casi 400 mil voluntarios para luchar contra la invasión de Angola por la Sudáfrica del apartheid al envío de médicos para ayudar en la lucha contra el ébola en África Occidental.
Una transformación parecida comenzó entre muchos de los negros activos en la lucha contra Jim Crow, combatientes obreros en la construcción del CIO y leales de la lucha de una década contra la guerra de Washington en Vietnam. Malcolm X dijo que los luchadores “encuentran su propio valor” en el transcurso de tales luchas.
Una lucha revolucionaria victoriosa del pueblo trabajador aquí en Estados Unidos puede inspirar su emulación por todo el mundo.
Candidatos que son luchadores
Los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores han tomado parte en manifestaciones de solidaridad con los obreros del acero de Pennsylvania tras el cierre patronal de Allegheny Technologies y con los trabajadores de Verizon sin contrato. Forman parte de la lucha por un salario mínimo de $15 la hora y para organizar sindicatosLa lucha contra la brutalidad policiaca y los asesinatos es su lucha. Se han unido a protestas en sus ciudades y por todo el país, exigiendo que los policías que han matado a jóvenes y otros —africano-americanos, latinos y blancos, desde Freddie Gray en Baltimore y Laquan McDonald en Chicago a Andrew Thomas en Paradise, California— sean acusados y encarcelados.
Kennedy y Hart son parte de los esfuerzos para excarcelar a Dwight y Steven Hammond, rancheros de Oregón encarcelados dos veces con cargos amañados de incendio intencional. Los candidatos del PST exigen el arresto de los policías del FBI y de Oregón que mataron a Robert LaVoy Finicum, uno de los rancheros que ocuparon el refugio Malheur para protestar el encarcelamiento de los Hammonds.
El Partido Socialista de los Trabajadores se pronuncia contra los ataques militares imperialistas de Washington, desde Iraq y Afganistán a Siria. Los candidatos del PST luchan contra los esfuerzos de los gobernantes para aprovecharse del rechazo de los actos terroristas del Estado Islámico por parte de los trabajadores para responsabilizar a los musulmanes y atacar los derechos de los trabajadores.
Por nuestras experiencias, los trabajadores veremos cada vez más que todas las cuestiones políticas son cuestiones de clase. Comprenderemos que aquí, como en Cuba, el único camino hacia adelante es organizar luchas de clase obrera independiente que señalen hacia el derrocamiento de la dictadura del capital, construyendo una nueva sociedad basada en la solidaridad humana y uniéndose a la lucha mundial por el socialismo. Esta es una vida que realmente vale la pena vivir.
¡Únase a la campaña del Partido Socialista de los Trabajadores!
Artículos relacionados:
Alyson Kennedy para presidente
Osborne Hart para vicepresidente
Portada (este número) |
Página inicial |
Página inicial en versión de texto