Vol. 80/No. 9 7 de marzo de 2016
En una conferencia de prensa el 23 de febrero, el Presidente Obama, a nombre de presentar un “plan” para cerrar la célebre prisión en la base naval norteamericana de la bahía de Guantánamo, en esencia dijo que no tiene ninguna intención de cerrarla.
“He estado trabajando por siete años para lograr cerrarla,” se quejó el presidente. Culpó a la mayoría republicana en el congreso de bloquear sus intentos de cumplir la promesa que hizo en la campaña de 2008 de cerrarla durante su primer año en la Casa Blanca.
“Si no hacemos lo que ahora se requiere”, dijo Obama. “yo creo que futuras generaciones van a mirar hacía el pasado y preguntar porque no lo hicimos”.
El presidente no mencionó que en los primeros dos años de su presidencia los demócratas tenían amplia mayoría tanto en la cámara de representantes como en el senado.
Desde enero de 2002, 780 presuntos “combatientes enemigos” han sido enviados a Guantánamo, capturados o secuestrados por aliados de Washington, a menudo a cambio de una recompensa de Washington.
El “plan” mantendría a 56 de los 91 prisioneros que quedan languideciendo en cárceles de Estados Unidos, “sujetos a juicios militares” o cortes federales, dijo Obama.
Todo, desde los arrestos iniciales, las torturas y el pisoteo de los más elementales derechos democráticos de los detenidos en el campamento carcelario —así como la violación por más de un siglo de la soberanía de Cuba— han hecho de Guantánamo un símbolo de la arrogancia, brutalidad e hipocresía del imperialismo estadounidense por todo el mundo.
El ejército de Estados Unidos ha ocupado los 28 mil acres de tierra que rodean la bahía de Guantánamo desde 1903. Washington ha utilizado la base para intervenir en los asuntos de Cuba, la cercana Haití y el Caribe para proteger intereses capitalistas.
Desde que el pueblo trabajador, bajo la dirección de Fidel Castro y el Movimiento 26 de Julio, derrocara la dictadura respaldada por Washington de Fulgencio Batista en 1959, el departamento del tesoro de EE.UU. ha continuado enviando anualmente un pago de 4 085 dólares que el gobierno revolucionario se niega a cobrar.
Los candidatos presidenciales demócratas Hillary Clinton y Bernie Sander alabaron la declaración de Obama del 23 de febrero. Ninguno ha dicho palabra sobre la devolución de Guantánamo a Cuba. La administración ha dicho repetidamente que no tienen ninguna intención de hacerlo.
El candidato republicano Donald Trump respondió a la declaración de Obama que el mantendría la prisión abierta y “la llenaría con algunos tipos malos”. Los candidatos republicanos Ted Cruz y Marco Rubio se oponen al plan y dijeron que cerrar la prisión conduciría a la devolución de Guantánamo a control cubano.
“Desde el comienzo el Partido Socialista de los Trabajadores ha denunciado las torturas, palizas y humillaciones a las que son objeto los prisioneros en nombre de la ‘seguridad nacional’”, dijo la candidata presidencial del Partido Socialista de los Trabajadores Alyson Kennedy el 23 de febrero. “La guerra económica de Washington contra Cuba ha fracasado en derrocar la revolución. Ahora, los gobernantes de EE.UU. quieren minar la revolución con otras tácticas.
“Este es un buen momento para extender las acciones en apoyo de la revolución y exigir la devolución de la bahía de Guantánamo a Cuba y el fin absoluto del embargo de Washington”, dijo Kennedy.
En una entrevista con la cadena de noticias Telesur en noviembre, Vidal explicó que aún “si se logra en algún momento el cierre de la prisión, sería solo una solución parcial. Lo más importante es el cierre de la instalación en su conjunto y la devolución a Cuba de este territorio que permanece ocupado”.
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