Vol. 80/No. 11 21 de marzo de 2016
Para Hart y la candidata presidencial del PST Alyson Kennedy las luchas de los trabajadores por todo el mundo —desde Siria a Ucrania a Puerto Rico— están al centro de su campaña. La crisis mundial de producción y comercio capitalistas, y los ataques contra los trabajadores y agricultores que ésta genera, junto con la creciente desintegración del “orden mundial” que Washington y sus aliados imperialistas impusieron después de la Segunda Guerra Mundial, afecta todas las luchas de los trabajadores.
Millones de trabajadores y otras personas en Estados Unidos están hartos de todos los políticos burgueses y están buscando soluciones a los efectos abrumadores de la crisis capitalista que los ha venido azotando durante años.
Han respondido a Donald Trump, quien ha fortalecido su posición como el principal precandidato del Partido Republicano, provocando horror entre los líderes del partido y los comentaristas liberales por igual. Trump amplió su ventaja cuando ganó en Michigan, Mississippi y Hawái el 8 de marzo.
Sentimientos similares explican el apoyo a Bernie Sanders en las primarias del Partido Demócrata. A pesar de las predicciones de que Hillary Clinton le tenía una ventaja de más del 20 por ciento Sanders ganó las primarias en Michigan.
“Estoy a favor de quien sea excepto Hillary”, dijo a Hart el trabajador ferroviario David Blanding mientras tomaba copias de los volantes de la campaña del PST en la protesta de Nueva Jersey.
“Los trabajadores tienen que romper con todos los políticos y partidos capitalistas”, dijo Hart, “y depender de nuestra propia fuerza y organización. Tenemos que construir y fortalecer nuestros sindicatos, usar el poder sindical y construir un partido obrero basado en los sindicatos para movilizarnos contra los ataques económicos, sociales y políticos de los patrones, y organizarnos para trazar un camino hacia el derrocamiento de la dictadura del capital”.
Hart y los partidarios del PST fueron parte de los más de mil defensores del derecho de la mujer a elegir el aborto que se congregaron frente a la Corte Suprema el 2 de marzo.
“Dado que el aborto fue legalizado en 1973, por qué no es considerado un derecho humano 43 años después?” le preguntó a Hart Cecilia Ellis, una estudiante de la Universidad de Ohio.
“Esa es una buena pregunta”, respondió Hart. “La legalización no fue un regalo de la Corte Suprema. Los jueces actuaron a nombre de los gobernantes capitalistas para tratar de detener el ascendente movimiento por los derechos de la mujer.
“La defensa del derecho al aborto está hoy en manos de la clase trabajadora, no de la Corte Suprema y los políticos que dicen que son ‘pro-mujer’”, dijo. “Es por eso que el PST hace un llamado a una campaña nacional de acción pública para defender este derecho”.
“Acabo de regresar de un viaje a Cuba, donde fui parte de un equipo que participó en la feria del libro de La Habana”, dijo Hart a Gabrielle Lasoncy, de Filadelfia. La participación de las mujeres en la revolución, y su participación en campañas masivas como la campaña de alfabetización después de la caída de la dictadura de Batista en ese país, transformó la posición social de las mujeres en Cuba y a ellas mismas. Como parte de esto, establecieron que el aborto es una decisión de la mujer”.
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