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Vol. 80/No. 12      28 de marzo de 2016

 

Lea Bockman: cuadro del PST por 45 años

 
POR JANICE LYNN
ATLANTA—“Lea Bockman tomó la decisión de afiliarse al Partido Socialista de los Trabajadores a principio de los años 70”, dijo Dave Prince, miembro del Comité Nacional del PST, en un acto realizado en esta ciudad el 28 de febrero para celebrar la vida de Bockman y sus contribuciones políticas como cuadro del PST por 45 años. Bockman falleció el 12 de febrero a la edad de 93 años. “Ella tomó su dedición en respuesta a grandes eventos políticos en la lucha de clases —el movimiento proletario de masas y revolución social que aplastó con el sistema de segregación racial Jim Crow, las acciones de millones de personas contra la guerra de Vietnam y el valiente ejemplo de los combatientes vietnamitas y la creciente lucha por la liberación de la mujer”.

Bockman llegó a ser una conocida y respetada portavoz del partido, en la primera línea de muchas luchas obreras y sociales.

Entre las 64 personas que asistieron al evento se encontraban miembros y partidarios del partido; personas que no estaban de acuerdo con la política de Bockman, pero que querían expresar el respeto que habían adquirido hacia ella y su partido en el transcurso de discusiones y debates sostenidos mientras luchaban juntos; amigos y familiares; y personas que querían aprender más sobre su vida política. Rachele Fruit del PST de Atlanta presidió el acto.

Bockman nació en 1923 en una prominente familia de Atlanta. Se casó a la edad de 21 años y crió a siete niños. Ella decía que su posición social la había protegido de la depresión y la había aislado de la sociedad en general. Todo eso comenzó a cambiar durante la Segunda Guerra Mundial imperialista cuando comenzó a trabajar en la base de la fuerza aérea Dobbins en Marietta, entrenando a pilotos con simuladores de vuelo.

El boicot de los autobuses de Montgomery y la respuesta al linchamiento racista de Emmett Till en 1955 tuvieron un gran impacto sobre ella. “Yo sabía que la situación racial no era correcta y que yo debía hacer algo al respecto”, le dijo a la revista Southern Exposure en 1979.

Criada en una familia católica, Bockman fue electa como la representante católica de un panel de madres de diferentes religiones, que incluyó a Coretta Scott King, organizado por la Conferencia Nacional de Cristianos y Judíos. A principios de los 60 hablaron a favor de poner fin a la segregación de las escuelas en reuniones de asociaciones de padres y maestros, en aulas escolares y en la radio y televisión. Bockman también participó en actividades para ganar apoyo para los Freedom Riders (viajeros por la libertad) que luchaban para eliminar la segregación en los autobuses interestatales y en las terminales en el sur del país.

“Bockman llegó a la conclusión de que el sistema no podía ser reformado”, dijo Prince, “y que había una cuestión aún más fundamental: ¿qué clase social debería gobernar? ¿La dictadura del capital o la dictadura del proletariado? Decidió afiliarse al partido”.

“La Revolución Cubana de 1959, a solo 90 millas, demostró que lo que parecía imposible se podía hacer, así como lo había hecho la Revolución Rusa en 1917”, dijo Prince.

Establecer rama del PST en el sur

Bockman ayudó a establecer al PST en el sur, cuando se fundaron ramas en Atlanta y Houston.

“La respuesta de Lea a los grandes acontecimientos de la época, fue avanzar con esa continuidad y programa revolucionarios”, dijo Prince. “Uno no puede escoger cuando nace, pero sí puede decidir en dónde echar su suerte.

“Esto es lo que ofrece el PST hoy en los 10 años de ardiente depresión por los que hemos vivido, las guerras de Washington en el Medio Oriente y el menosprecio de los gobernantes a la vida humana en Siria”, dijo Prince. “La creciente resistencia a esto y las grandes batallas de clase que están por venir, tarde o temprano”.

James Harris, miembro del Comité Nacional del PST, de Washington, habló sobre el apoyo que el partido había dado a una huelga de más de 700 trabajadores en la planta empacadora de Mead en Atlanta en 1972. Uno de los dirigentes de esa huelga, Gary Washington, asistió al acto.

Caso fabricado contra Mark Curtis

Veinte años después Washington y Bockman trabajaron juntos para organizar eventos para defender a Mark Curtis, un miembro del PST que fue víctima de un caso fabricado, brutalmente golpeado por policías de Des Moines, Iowa, y encarcelado en 1988 bajo cargos falsos de abuso sexual y robo.

Curtis trabajaba en la empacadora de carne de la Swift y estuvo involucrado en una lucha para defender los derechos de los trabajadores inmigrantes en la planta. Miles de personas por todo el mundo se unieron a la lucha para liberar a Curtis. Fue puesto en libertad condicional en 1996.

“En 1974 Lea y yo estábamos en la primera línea de las manifestaciones de masas contra la brutalidad policial aquí”, dijo Harris, “luchas que eventualmente condujeron a la destitución del jefe de la policía”.

Harris también habló sobre la participación del partido en las luchas de los agricultores negros a finales de los años 90 contra la discriminación racial sistemática que enfrentaban por parte del gobierno.

“Lea fue parte de muchos viajes que hicimos para conocer mejor a estos agricultores”, dijo Harris. “Algunos de ellos empezaron a adoptar una perspectiva más amplia y se interesaron en la Revolución Cubana, haciendo viajes a Cuba para ‘aprender cómo luchar’, como ellos lo explicaban”.

“Bockman estaba lista a servir en lo que fuera necesario, y fue muy capaz en todas las tareas que realizó”, dijo Harris.

A mediados de los años 70 hubo una oleada de luchas de los mineros de carbón, obreros del acero y otras industrias, que indicaron que habían nuevas oportunidades para realizar trabajo político comunista en los sindicatos industriales. El PST decidió que sus miembros se integraran a estos sindicatos para ser parte de estas batallas, y desde su seno ganar solidaridad para las luchas sociales y batallas revolucionarias por todo el mundo, y reclutar miembros para el partido.

Jeff Rogers de Atlanta describió cómo él fue uno de 15 trabajadores despedidos de la Lockheed-Georgia a finales de 1980 y principios de 1981 por sus lazos con el PST.

“La lucha contra esos despidos” escribió en un mensaje enviado a la reunión el miembro del PST Chris Hoeppner, otro de los trabajadores despedidos, “puso al descubierto una intrincada red de espías y métodos de vigilancia de la compañía dirigida contra el sindicato y contra todos los que sostuvieran ideas que no le gustaban a la compañía”.

“Esto fue parte del programa COINTELPRO del gobierno norteamericano contra varios tipos de organizaciones”, dijo Rogers. “Lea ayudó a ganar amplio apoyo a nuestra lucha en el movimiento sindical y entre los dirigentes por los derechos civiles y figuras religiosas. Ella se daba al cien por ciento”.

El PST entabló una demanda judicial en 1973 que puso al descubierto décadas de espionaje y actos de desbaratamiento contra el PST por parte del FBI y otras agencias policiacas federales, dijo Rogers. El partido ganó la demanda, incluyendo una orden de restricción contra el gobierno prohibiéndole el uso de sus archivos de espionaje. Esta victoria, dijo, es un arma en las manos del pueblo trabajador en la lucha hoy en día para mantener abierto el espacio político para expresarse, organizarse y actuar a favor de nuestros intereses.

“El partido se lanzó totalmente hacia el auge explosivo del movimiento por la liberación de la mujer en los años 70”, dijo Susan LaMont, una dirigente del PST en Atlanta. “Lea percibió el derecho al aborto como una cuestión central para la clase trabajadora para que las mujeres formaran parte de las luchas de clase futuras.

“Fue una defensora tenaz del programa del partido, explicando que no existen soluciones personales, que no hay reformas que puedan acabar con la opresión de la mujer dentro del marco de la sociedad capitalista”, dijo LaMont.

“No la conocí, pero me hubiera gustado”, dijo después del evento Devon Harris, un joven trabajador de una tienda. “Esto me anima a actuar contra lo que es injusto. Y a aprender más sobre el partido”.

Hubo una exposición de fotos y otros materiales sobre las contribuciones de Bockman a la construcción del partido y las batallas de clase que dieron forma a las actividades políticas del partido. Una deliciosa comida fue preparada por voluntarios. Los participantes contribuyeron 2 082 dólares para avanzar el trabajo del partido.  
 
 
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