Vol. 80/No. 27 25 de julio de 2016
“Los policías tienen que rendir cuentas de sus acciones. Han venido haciendo esto durante años”, dijo el 8 de julio el trabajador Angelo Robinson, de 53 años de edad, frente a la tienda Triple S, donde Sterling fue baleado por la policía. Han habido protestas diarias alrededor de una ofrenda montada frente a la tienda.
Sterling, un africano-americano, estaba vendiendo discos de música afuera de la tienda, como lo había hecho por casi tres años, cuando los policías Blane Salamoni y Howie Lake II, ambos caucásicos, se le acercaron supuestamente en respuesta a una llamada al servicio de emergencia 911. Lo arrojaron al suelo y le dispararon a quemarropa. Los policías alegan que Sterling estaba armado, pero no se ve ningún arma en los videos.
El dueño de la tienda Triple S, Abdullah Muflahi, de 28 años, oriundo de Yemen, grabó el incidente. Después que lo mataron, la policía mantuvo a Muflahi en una patrulla sofocándose de calor por cuatro horas y le dijeron que era un testigo. “No les dije sobre el video”, dijo al Militante. Posteriormente lo divulgó a los medios de comunicación y a los investigadores federales. “Deberían de arrestar a los policías”, dijo Muflahi, y agregó que frecuentemente entran a la tienda para acosar a los clientes.
Poco después de la muerte de Sterling, la policía y los medios de comunicación lanzaron una campaña de calumnias, diciendo que Sterling tenía una larga lista de antecedentes penales, dando a entender de que debió haber estado haciendo algo malo que justificaba los disparos de los policías.
“Algunos saben que Alton vendía CDs, y es lo que estaba haciendo. No estaba molestando a nadie. No voy a permitir que barran el piso con él”, dijo Quinyetta McMillon, de 31 años, madre del hijo de Sterling de 15 años de edad, ante una protesta de 200 personas frente a la alcaldía pocas horas después de los disparos.
Alrededor de 200 personas participaron en una protesta organizada por la NAACP frente al capitolio del estado el 8 de julio al mediodía.
“Toda persona con un poco de corazón debe de estar aquí”, dijo al Militante Ashley Ferdinand, una trabajadora del supermercado Whole Foods, de 32 años de edad. “Tenemos que estar unidos. No podemos confiar en el gobierno”.
El abogado de la familia Sterling le pidió a la policía que entregara los videos tomados por la cámara de la patrulla y las de los policías. El teniente de la policía de Baton Rouge Jonny Dunnam dijo que durante el altercado las cámaras corporales se habían desprendido. El Departamento de Justicia abrió una investigación por violación de derechos civiles el 6 de julio.
En medio de las protestas por todo el país a raíz de las muertes de Sterling y Castile, cinco policías de Dallas fueron muertos a tiros el 7 de julio al final de una marcha ahí.
La policía de Dallas dijo que Micah Johnson, de 25 años, un ex soldado estadounidense durante la guerra en Afganistán, era el único pistolero. El Jefe de la Policia David Brown dijo que Johnson declaró que “quería matar a personas blancas, especialmente policías blancos”.
La policía de Dallas utilizó un robot con una bomba para matar a Johnson después de acorralarlo en un edificio.
“Yo sí culpo las protestas de Black Lives Matter”, dijo a la prensa el vice gobernador de Texas Dan Patrick, tratando de vincular las protestas pacíficas a las muertes de los policías.
“Habrá quienes podrían utilizar estos eventos para sofocar un movimiento a favor de cambios y para acelerar la desaparición de una discusión dinámica sobre los derechos humanos de los negros norteamericanos”, respondió en una declaración la Red Black Lives Matter. “Debemos de rechazar esto”.
El ataque a los policías en Dallas “no tiene nada que ver con la lucha contra la brutalidad policial y le da un pretexto a las autoridades para difamar y atacar esta lucha”, dijeron los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente y vicepresidente de Estados Unidos Alyson Kennedy y Osborne Hart en una declaración el día siguiente.
Los intentos para difamar a quienes protestan contra la brutalidad policial por la muerte de los policías de Dallas han fracasado. Las manifestaciones por las muertes de Sterling y Castile han continuado, incluyendo protestas de miles de personas en Nueva York y otros actos en Atlanta, Phoenix, Miami y muchas otras ciudades y pueblos.
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