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Vol. 80/No. 29      8 de agosto de 2016

 
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‘Un mundo perturbado’ interfiere en orden imperialista de la OTAN

 
POR MARK THOMPSON
La OTAN, la alianza militar dominada por Washington, celebró el 8 y 9 de julio una cumbre en Varsovia, Polonia. Como se esperaba, la reunión formalizó planes para desplegar provocativamente batallones a lo largo de la frontera con Rusia en el mar Báltico e incrementar su intervención en Afganistán.

La cumbre y las recientes declaraciones de funcionarios de la OTAN ponen de relieve el hecho de que no existe un curso militar o diplomático que el imperialismo estadounidense pueda tomar para estabilizar el orden imperialista mundial que se está desmoronando desde el Medio Oriente hasta Asia central y Europa. Esta es una realidad completamente diferente a la que la clase dominante norteamericana esperaba hace un cuarto de siglo, cuando Washington erróneamente creyó que había ganado la Guerra Fría.

“El entorno de seguridad en y alrededor de Europa es quizás, el más peligroso e impredecible que ha existido en décadas, desde el punto álgido de la Guerra Fría”, dijo el subsecretario general de la OTAN, Alexander Vershbow, en un discurso el 13 de junio en Ginebra. “El principal de los retos en este mundo perturbado”, dijo, “son las acciones de una Rusia más agresiva y firme, y la ola de violencia e inestabilidad que ha barrido al Medio Oriente y África del Norte”.

Vershbow, un diplomático estadounidense, estaba delineando la perspectiva de Washington para la cumbre, la cual reunió a líderes gubernamentales y militares de Estados Unidos, Canadá, la mayoría de los países de Europa y Turquía. Hizo un llamado a que se estableciera una “mejor presencia preventiva” de las fuerzas de la OTAN en Europa del Este y el Medio Oriente.

Formada bajo el dominio de Washington después de su victoria en la Segunda Guerra Mundial, la Organización del Tratado del Atlántico Norte codificó la presencia permanente de las fuerzas armadas de Washington en suelo europeo. Integrada en la actualidad por 28 países, no tiene sus propios recursos militares, sino que depende de los de los estados miembros, sobre todo de Washington. La reunión de Varsovia reflejó las rivalidades que existen entre las clases dominantes de estas naciones.

Días después del discurso de Vershbow, el canciller alemán, Frank-Walter Steinmeier criticó un ejercicio militar de la OTAN en Polonia como “ruido de sables y belicista” y llamó al diálogo y la cooperación con Moscú.

Al llegar a Varsovia el 8 de julio, el presidente francés François Hollande dijo que “la OTAN no debería intervenir en lo absoluto diciendo cómo deben ser las relaciones entre Europa y Rusia”, y agregó que “para Francia, Rusia no es un adversario”.

Durante más de cuatro décadas, las fuerzas de la OTAN, equipadas con armas nucleares, en Europa se enfrentaron a la alianza del Pacto de Varsovia de Moscú. El Pacto de Varsovia se derrumbó con la desintegración de los regímenes estalinistas de Europa Oriental y la Unión Soviética en 1989-91. Washington y sus aliados imperialistas más cercanos creyeron que ahora podían imponer libremente su voluntad en Europa Oriental y el Medio Oriente. Las consecuencias han sido guerras continuas e inestabilidad, comenzando con la masacre organizada por Washington en Iraq en 1991, donde Washington ha continuado su intervención militar durante 25 años.

En 1994 Washington comenzó a tomar medidas para incorporar a la OTAN a los países miembros del antiguo Pacto de Varsovia. Ese mismo año la administración de William Clinton impulsó una intervención de la OTAN en Yugoslavia, la cual fue la primera operación de combate en la historia de esta alianza reaccionaria. Cuando la ocupación dirigida por Washington de Afganistán pasó al mando de la OTAN en 2003, esta se convirtió en la primera operación de la alianza fuera de Europa.

El presidente ruso Vladimir Putin ha reaccionado a la ampliación de la OTAN hacia el Este tratando de mantener bajo su control zonas aledañas a la frontera rusa, incluso realizando intervenciones militares en Georgia, Crimea y el este de Ucrania.

La OTAN realizó en Polonia, en junio, su mayor maniobra militar desde el fin de la Guerra Fría, con 31 mil soldados de 24 países. En respuesta el ejército ruso ha realizado ejercicios en sus fronteras occidentales.

Washington inauguró en mayo un sistema de misiles antibalísticos en Rumanía, y tiene previsto otro en Polonia. Moscú anunció posteriormente que desplegaría misiles con capacidad nuclear en Kaliningrado, un territorio ruso en la costa del mar Báltico, entre Polonia y Lituania.

La cumbre del 8 y 9 de julio decidió desplegar por primera vez hasta 4 000 tropas, de manera rotativa, en Polonia y los países bálticos.

Washington enviará mil soldados a Polonia. Alemania estará al frente de un batallón similar en Lituania, el Reino Unido en Estonia, y Canadá en Letonia. Moscú considera que esto es una violación de una promesa anterior de la OTAN de no estacionar permanentemente allí tropas extranjeras.  
 
 
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