Vol. 80/No. 31 22 de agosto de 2016
Vidal, directora general para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, habló con Granma, el diario del Partido Comunista de Cuba, en el aniversario de la reapertura de la embajada cubana en Washington el 20 de julio del año pasado, 54 años después de que el gobierno estadounidense rompió unilateralmente relaciones diplomáticas.
Desde el inicio de la revolución social de 1959 en Cuba, la cual llevó al poder un gobierno de trabajadores y agricultores, Washington ha utilizado sabotajes, una invasión derrotada, el aislamiento diplomático y un embargo económico sin precedentes para tratar de derrocar el poder de la clase obrera y sus aliados.
Al reconocer que más de 50 años de este curso no habían logrado su objetivo, el presidente Barack Obama —y la gran mayoría en la clase dominante que él representa— decidió que era tiempo de probar algo diferente. Obama y el presidente cubano Raúl Castro anunciaron el 17 de diciembre de 2014 el comienzo de pláticas para restaurar relaciones diplomáticas. Simultáneamente, los últimos de los Cinco Cubanos, revolucionarios encarcelados por Washington durante más de 16 años, fueron puestos en libertad.
Vidal dijo que desde entonces, los logros de las pláticas incluían el haber removido a Cuba de la lista de estados patrocinadores del terrorismo que mantiene el Departamento de Estado y la creación de la Comisión Bilateral Cuba-EE.UU. Ya se han firmado diez acuerdos bilaterales y multilaterales y se negocian otros vinculados al narcotráfico, búsqueda y salvamento aéreo y marítimo, respuesta a derrames de petróleo en el mar y meteorología.
Pero el grueso del embargo económico de Washington contra Cuba aún continúa en vigor, dijo Vidal. Las importaciones de Estados Unidos a Cuba son estrechamente limitadas; las exportaciones de Cuba a Estados Unidos son casi imposibles y no se han normalizado las relaciones bancarias. Cuba aún no puede realizar transferencias financieras y Washington continúa imponiendo grandes multas a entidades financieras extranjeras que realizan transacciones con Cuba.
La administración de Obama ha impuesto multas de un total de más de 14 mil millones de dólares, una “cifra sin precedentes en la historia de la aplicación del bloqueo contra nuestro país”, dijo Vidal, “a entidades estadounidenses y extranjeras por relacionarse legítimamente con Cuba”. Estas “siguen teniendo efectos intimidatorios sobre los bancos de Estados Unidos y del resto del mundo”. Y agregó que “hasta ahora el gobierno de Estados Unidos no ha emitido una declaración política ni un documento legal que le explique a los bancos del mundo que las operaciones con Cuba son legítimas y no van a ser sancionadas”.
El objetivo de Washington es encontrar, apoyar y organizar fuerzas en Cuba que sirvan de agentes para la restauración del capitalismo y abrir el camino para la explotación del pueblo trabajador por los patrones norteamericanos. Washington ha aprobado medidas con la esperanza de lograr esta meta, como la restauración de servicios de correo, la eliminación de límites en las remesas y el relajamiento de algunas restricciones a las visitas de ciudadanos estadounidenses a Cuba.
Durante su visita a Cuba en marzo, Obama promovió un acuerdo con la empresa Google para expandir la Internet en Cuba. Pero para el disgusto de Washington, el gobierno de Cuba insistió en su derecho soberano de controlar el desarrollo del Internet en el país. En mayo funcionarios cubanos dijeron que la empresa china de telecomunicaciones Huawei estaba “inmersa en negociaciones con una compañía cubana” para expandir operaciones en la isla. En menos de un mes, el Departamento de Comercio de Estados Unidos emitió una citación a Huawei para que entregara toda la información sobre la exportación o reexportación de tecnología estadounidense a Cuba, Irán, Corea del Norte, Sudan y Siria, según el New York Times.
‘Devuelvan Guantánamo a Cuba’
“La devolución del territorio usurpado en Guantánamo, que es el único caso en el mundo de una base militar ocupada a perpetuidad e ilegalmente, en contra de la voluntad del gobierno y el pueblo del país en que se encuentra enclavada” también es importante para Cuba, dijo Vidal. “No ha habido una sola reunión en la que no hayamos puesto sobre la mesa este justo reclamo, como hemos hecho con el bloqueo”. Otros “temas permanentes en la agenda de Cuba” incluyen las políticas de Washington que promueven la emigración de Cuba fuera de los canales normales, los programas de subversión y las transmisiones ilegales de radio y televisión dirigidos a la isla, dijo Vidal.
“¿Buscar una relación civilizada con Washington implica dejar a un lado el antiimperialismo de la Revolución?” preguntó el periodista de Granma Sergio Alejandro Gómez. “Absolutamente no”, dijo Vidal. Cuba no renunciará a “su política exterior comprometida con las causas justas del mundo, la defensa de la autodeterminación de los pueblos y el apoyo a los países hermanos”, tales como Venezuela, dijo.
Aun si se resolvieran todos los asuntos pendientes, incluyendo levantar el embargo y devolver Guantánamo, dijo Vidal, “Estados Unidos también tendría que renunciar a su pretensión histórica de decidir y controlar el destino de Cuba. De lo contrario, no será posible que haya relaciones normales”.
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