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Vol. 80/No. 34      12 de septiembre de 2016

 
(portada)

Washington respalda asalto de Turquía a kurdos
en Siria

Tropas estadounidenses y turcas lanzaron una ofensiva contra Yarábulus, en la ribera del río Eufrates.
 
POR NAOMI CRAINE
Tropas turcas, respaldadas por ataques aéreos, drones y fuerzas de operaciones especiales estadounidenses lanzaron una ofensiva dentro de Siria el 24 de agosto que expulsó al Estado Islámico de la ciudad fronteriza de Yarabulus y bloqueó el avance de las fuerzas kurdas.

Washington sigue tratando de llegar a un acuerdo con Moscú y Teherán, así como también con Ankara, que le permita defender su dominio imperialista en la región. Pero los intereses nacionales contrapuestos continúan presentando obstáculos, y cada fallido intento conduce a cambios imprevistos en las posiciones y alianzas de los gobernantes capitalistas involucrados.

El asalto de Washington y Ankara contra Yarabulus coincidió con la visita del vicepresidente norteamericano Joe Biden a Ankara.

Biden anunció la insistencia de Washington de que los kurdos se replegaran y permanezcan fuera de la zona. “Tienen que regresarse al otro lado del Río [Éufrates]”, dijo Biden. “No podrán, ni recibirán, bajo ninguna circunstancia, apoyo de Washington si no mantienen este compromiso. Punto”.

Las demandas de Biden significan que las Fuerzas Democráticas Sirias —las cuales cuentan con el apoyo de Washington, y están dominadas por las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG)— tendrán que salir de la ciudad de Manbiy, al sur de Yarabulus, la cual capturaron del Estado Islámico la semana pasada. Esta había sido hasta entonces la ruta principal del grupo yihadista hacia las posiciones que aun tiene en la frontera turca.

Durante los años de guerra, las fuerzas kurdas han ganado control de una gran extensión a lo largo de la frontera sirio-turca, y proclamaron su autonomía en marzo. Este es un desarrollo indeseable por las clases gobernantes de Irán, Iraq, Siria y Turquía, todos ellos países en que los kurdos son un pueblo oprimido.

Gobierno sirio ataca a los kurdos

En el transcurso del último mes, el gobierno de Bashar al-Assad en Siria, y los de Rusia y Turquía han hecho grandes cambios en sus posturas. El dictador sirio depende del apoyo militar de Moscú y Teherán.

El presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan ha ayudado a los grupos islamistas que combaten contra Assad, y considera a Teherán como un rival en cuanto a su influencia en la región. Pero él ha estado buscando como mejorar sus relaciones con Moscú. El 9 de agosto se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin. Al mismo tiempo el gobierno de Erdogan ha estado librando una guerra contra la población kurda en el sureste de Turquía.

Aviones de combate del gobierno sirio comenzaron a bombardear las zonas kurdas el 18 de agosto, golpeando partes de la ciudad nororiental de Hasaka días después que tuvieron lugar enfrentamientos entre la policía kurda y las fuerzas pro-Assad.

Hasta ahora ha habido de facto un alto al fuego entre el gobierno sirio y el YPG, permitiéndole a las fuerzas de Assad y sus aliados en Moscú y Teherán concentrar sus ataques contra las fuerzas de oposición.

El primer ministro turco, Binali Yildirim, elogió el bombardeo de Hasaka, y dijo a la prensa en Estambul el 20 de agosto que el régimen sirio “ha entendido que la estructura que los kurdos están tratando de formar en el norte [de Siria] ha comenzado a convertirse en una amenaza para Siria también”.

Yildirim también dijo que Ankara ahora está dispuesta a aceptar que Assad permanezca en el poder durante un período transitorio.

La prioridad del gobierno de Assad había sido combatir contra sus oponentes apoyados por Ankara, dijo Ahmad Hisso Aray, un portavoz kurdo de las Fuerzas Democráticas Sirias, al Wall Street Journal. Ahora hay “evidencia de un acercamiento entre los regímenes turco y sirio”, dijo.

Washington respondió a los bombardeos de Hasaka por Assad con sus propias patrullas aéreas sobre la zona. Alrededor de 300 tropas de operaciones especiales estadounidenses se encuentran allí operando con el YPG y otros oponentes de Assad que luchan contra el Estado Islámico. Aviones de combate estadounidenses “defenderán a las tropas sobre el terreno si se ven amenazadas”, advirtió Jeff Davis, un portavoz del Pentágono.

Crece la cifra de muertos

La guerra civil en Siria comenzó en 2011 después que el gobierno aplastara las movilizaciones de cientos de miles de personas que exigían derechos políticos y el fin del régimen de Assad.

El enviado de Naciones Unidas Staffan de Mistura dijo en abril que hasta ahora han perecido alrededor de 400 mil personas en la guerra.

El gobierno ruso ha utilizado la guerra en Siria para afirmar su poder en el Medio Oriente y para ganar un mayor margen para maniobrar frente a la presencia de Washington allí, en el este de Europa y en otros lugares.

Funcionarios del ministerio de defensa ruso se jactaron el 16 de agosto de que aviones de combate rusos estaban realizando bombardeos contra Siria desde una base aérea iraní. Esta fue la primera vez en décadas que Teherán ha permitido que se realicen operaciones militares extranjeras desde suelo iraní. La decisión provocó fuerte oposición en el seno de la clase gobernante de Irán.

Cinco días más tarde el ministro de defensa iraní, Hossein Dehghan, se quejó de que Moscú fue “pretencioso e inconsiderado” al divulgar el arreglo. El siguiente día el portavoz de la cancillería, Bahram Ghasemi, declaró: “La operación fue temporal y ahora ya ha terminado”.  
 
 
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