Vol. 80/No. 37 3 de octubre de 2016
La siguiente declaración fue emitida el 17 de septiembre por Osborne Hart, candidato del Partido Socialista de los Trabajadores para vicepresidente de Estados Unidos, a raíz de los ataques en Nueva York y Minnesota.
Alegando que actúan para proteger a la población tras los ataques contra civiles en Nueva York, Nueva Jersey y Minnesota el 17 de septiembre, el gobierno de Estados Unidos, los candidatos presidenciales del Partido Demócrata y Republicano, las autoridades estatales y los perros falderos en los medios de comunicación capitalista están exigiendo mayores restricciones a los derechos políticos. Dicen que “nosotros” tenemos que ampliar aún más el espionaje gubernamental. Dicen que los ataques justifican las interminables guerras de Washington en el Medio Oriente. Y dan luz verde a los ataques contra los musulmanes y sus mezquitas.
Los atentados con bombas en calles de la ciudad, en eventos deportivos o sociales, los ataques con cuchillo en un centro comercial, no tienen nada que ver con la lucha contra las guerras sangrientas de Washington en el extranjero o los ataques de los gobernantes contra los trabajadores aquí en el país. Son actos que solo pueden ser cometidos por fuerzas que desprecian a la clase trabajadora. Obstaculizan las luchas de la clase trabajadora y otorgan a la clase dominante un pretexto para dividirnos y enfrentarnos unos contra otros.
La clase gobernante se aprovecha de la repugnancia que siente la clase trabajadora hacia este tipo de ataques terroristas para socavar los derechos democráticos que tanto necesitamos para educarnos y organizarnos contra la explotación y la brutalidad de los gobernantes capitalistas.
En respuesta a los ataques, Clinton, Trump y la clase dominante capitalista que ellos representan tratan de hacer creer a los trabajadores que “nosotros los norteamericanos” —trabajadores y capitalistas— tenemos intereses comunes. Que “nosotros” necesitamos apoyar las restricciones contra nuestros derechos y las medidas especiales dirigidas contra los inmigrantes y refugiados del Medio Oriente.
Pero la clase trabajadora y la clase patronal tienen intereses de clase totalmente opuestos. Ellos buscan mantener su dictadura de clase y defender la apropiación de la gran mayoría de la riqueza que produce nuestra clase. Utilizan sus guerras para imponer ese fin en el extranjero, y sus policías, tribunales y el sistema de “justicia” penal para hacerlo en el país.
El Partido Socialista de los Trabajadores lucha para organizar a la clase trabajadora para reemplazar la dictadura del capital en crisis y poner fin a las guerras y la opresión endémicas de su dominio. El pueblo trabajador en Estados Unidos, en el Medio Oriente y en todo el mundo pueden encontrar en la Revolución Cubana un ejemplo del camino a seguir. La dirección de los trabajadores y agricultores en Cuba insistió en mantener los valores morales proletarios cuando luchaban para tomar el poder y ponían en práctica un programa revolucionario.
Únase al Partido Socialista de los Trabajadores y sus organizaciones hermanas alrededor del mundo, las Ligas Comunistas, en la lucha para fortalecer al movimiento obrero, luchar contra la brutalidad racista y todas las formas de discriminación que nos dividen, y para oponernos a las guerras imperialistas. Este es el camino a seguir para que los trabajadores y los agricultores tomen el poder político y organicen la sociedad para satisfacer las necesidades humanas en vez de las ganancias.
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