Vol. 80/No. 39 17 de octubre de 2016
EL CAJON, California — Más de 300 personas marcharon aquí el 1 de octubre para protestar contra la muerte de Alfred Olango, de 38 años, a manos de la policía cuatro días antes en este suburbio de San Diego.
Olango, cocinero oriundo de Uganda, fue abatido por la policía en un aparcadero. Él estaba angustiado por la muerte de su mejor amigo, dijo la madre de Olango a la agencia de noticias Associated Press, y su hermana había llamado al servicio de emergencia 911 pidiendo ayuda.
Al llegar a la escena del incidente un policía lo mató a tiros mientras otro empleaba una arma paralizante Taser. Olango tenía en la mano un cigarrillo electrónico y no tenía ningún arma.
“Cuando el oficial apretó el gatillo contra mi hijo él le declaró la guerra a la humanidad”, dijo Richard Olango Abuka, el padre de Alfred, en la protesta.