Vol. 80/No. 45 28 de noviembre de 2016
La represión va de la mano con las incursiones militares turcas en Iraq y Siria, donde Ankara busca una mayor influencia en relación a Washington y Moscú, y sus rivales capitalistas en la región.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Joe Dunford, viajó a Ankara el 6 de noviembre para “coordinar la planificación de operaciones” contra el Estado Islámico con su contraparte turca y “lidiar con algunas cuestiones desafiantes”. Washington y Ankara son aliados en la OTAN, pero sus objetivos no son los mismos. Los gobernantes estadounidenses quieren estabilizar la región para sus intereses imperialistas. La prioridad de Erdogan es prevenir la creación de una región kurda independiente en Siria y el ímpetu que esto daría a la lucha nacional kurda dentro de Turquía.
Washington depende de las fuerzas dirigidas por las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) en Siria para su campaña para capturar del Estado Islámico la ciudad de Raqqa en Siria. Las YPG anunciaron el 6 de noviembre que la ofensiva militar hacia Raqqa había comenzado, pero advirtió que la detendría si los militares turcos montan nuevos ataques contra ellos. Ankara califica al YPG de “terrorista” y de ser un ala del PKK.
Miles falsamente acusados
En junio de 2015, el HDP se convirtió en el primer partido kurdo en ganar más del 10 por ciento de los votos y obtener escaños en el parlamento de Turquía. En mayo de este año, el gobierno de Erdogan despojó a la mayoría de los legisladores del HDP de su inmunidad parlamentaria. “Como no pudo impedirnos entrar en el parlamento, ahora nos envía a la cárcel”, dijo Hisyar Ozsoy, vicepresidente del HDP. Miles de miembros del HDP, oficiales y funcionarios electos han sido encarcelados.Los dirigentes políticos kurdos escaparon por poco un atentado con bomba suicida contra los edificios de la policía donde estaban detenidos en Diyarbakir, la principal ciudad kurda, el 4 de noviembre. El Estado Islámico dijo que llevó a cabo el ataque que mató a once personas. Ankara culpó al PKK .
Los kurdos constituyen la nacionalidad oprimida más grande del mundo que carece de su propio estado. Viven en Siria, Iraq, Irán y Turquía, donde representan un 20 por ciento de la población. Desde la ruptura de un cese al fuego con el PKK en julio de 2015, el ejército turco ha sitiado ciudades y pueblos del sudeste kurdo, asesinando a cientos, incluyendo muchos civiles, y desplazando a varios cientos de miles de personas.
Un número adicional de civiles ha muerto como resultado de los ataques de terror de las tropas estalinistas del PKK.
El gobierno de Erdogan ha clausurado periódicos, emisoras de radio y canales de televisión de lengua kurda.
Bajo el estado de emergencia adoptado el 20 de julio tras un fallido intento de golpe de estado en su contra, Erdogan y su gabinete pueden pasar por alto al parlamento y gobernar por decreto y restringir o suspender los derechos y las libertades.
Bajo decretos emitidos durante la noche del 30 de octubre, 10 mil funcionarios fueron despedidos, incluyendo académicos, maestros y trabajadores de la salud considerados desleales al gobierno de Erdogan. Más de 100 mil ya habían sido despedidos desde julio, y 37 mil de estos fueron arrestados. El blanco son los kurdos y supuestos partidarios de su ex aliado, el clérigo Fethullah Gulen, quien Erdogan dice fue el cerebro del intento de golpe de estado. Gulen vive en Estados Unidos desde 1999.
Desde julio, se han cerrado 185 medios de comunicación y más de 100 periodistas han sido encarcelados.
Cada vez hay más informes de tortura contra los que están en la cárcel.
Conflicto sobre ataque a Raqqa
Las YPG y las milicias aliadas árabes y turcomanas que conforman las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) están montando el asalto contra Raqqa, respaldado por ataques aéreos y tropas de operaciones especiales de Washington. Se espera que la operación, que involucra unos 30 mil combatientes, durará meses.Esta operación está programada para coincidir con los esfuerzos de las tropas del gobierno iraquí, las fuerzas kurdas peshmerga y las tropas y los bombarderos estadounidenses para expulsar al Estado de Islámico de Mosul. Contra la oposición de Bagdad, Erdogan ha establecido una base militar en Iraq fuera de Mosul.
Raqqa ha estado bajo el control del Estado Islámico desde principios de 2014 y es su centro de liderazgo. El gobierno turco ha estado exigiendo que Washington termine su colaboración con las SDF y en su lugar apoye una ofensiva dirigida por Turquía.
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