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Vol. 80/No. 47      19 de diciembre de 2016

 
(portada)

Celebran victoria en Standing Rock, la lucha
no ha acabado

Reuters/Lucas Jackson
Veteranos se unen a marcha cerca de campamento Oceti Sakowin, el 5 de diciembre, contra construcción de oleoducto cerca de reserva Standing Rock Sioux y los ataques de la policía.
 
POR TONY LANE
Y KEVIN DWIRE
CAMPAMENTO OCETI SAKOWIN, DAKOTA DEL NORTE — “Queremos agradecerle a todos los que han defendido esta causa”, dijo el 5 de diciembre el presidente de la Tribu Standing Rock Sioux Dave Archambault II, celebrando la victoria lograda cuando el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos no permitió que el oleoducto Dakota Access cruzara por debajo del Lago Oahe aquí, y anunció que empezaría a buscar rutas alternas para el oleoducto.

“Les agradecemos a los jóvenes de la tribu que iniciaron este movimiento. A las millones de personas por todo el mundo que expresaron su apoyo para nuestra causa”, dijo Archambault. “Agradecemos a las miles de personas que vinieron a los campamentos para apoyarnos, a las decenas de miles que donaron su tiempo, talento y dinero a nuestro esfuerzo para oponernos a este oleoducto en nombre de proteger nuestra agua.

“Agradecemos especialmente a todos las naciones y jurisdicciones tribales que nos brindaron solidaridad, y estamos listos para apoyarlos cuando sus pueblos lo necesiten”, dijo. Centenares de nativos americanos de todo el país han venido para respaldar a los Standing Rock Sioux en su lucha que ha durado meses para proteger su aguas, cementerios tribales y tierras culturales sagradas.

La decisión de la administración de Barack Obama de desistir en los esfuerzos para construir el oleoducto en esa área se produjo después de una escalada en los ataques contra los manifestantes por parte de las au toridades estatales y locales. Han usado balas de caucho, aerosol de pimienta, granadas explosivas y cañones de agua contra los miles de “protectores del agua”.

El gobernador de Dakota del Norte Jack Dalrymple anunció el 28 de noviembre que ordenaría la evacuación del área debido a las “anticipadas severas condiciones climáticas”.

En respuesta a esta orden y a recientes ataques, un grupo de veteranos de las fuerzas armadas anunciaron que irían a la reserva indígena para sumarse a la protesta. Más de 2 mil veteranos se hicieron voluntarios para participar.

La noche del 4 de diciembre había una cola de autos de una milla de largo esperando para entrar al campamento. “Yo llegué aquí para pararme entre los policías y los manifestantes. El pueblo trabajador tiene que ser más activo”, dijo al Militante Wayland McIntire, un veterano del ejercito incapacitado de Oklahoma.

Muchos de los manifestantes dijeron que la protesta contra el oleoducto es la mayor movilización de nativos americanos en décadas. Otro grupo que llegó recientemente es un contingente de profesionales médicos estadounidenses que estudiaron en la Escuela Latinoamericana de Medicina en Cuba. Ellos dijeron que vinieron “para servir humildemente en solidaridad con los Protectores de las Aguas Sagradas en las primeras líneas de la crisis de derechos humanos y ecológica que está ocurriendo ahora en Dakota del Norte”.

“Esto es una enorme victoria”, dijo White Buffalo Boy, un Sioux Hunkpapa, en nombre de la Voz del Campamento en una rueda de prensa aquí el 5 de diciembre. “Hasta que no vayamos a la plataforma de perforación y veamos que ya no están perforando, esto no ha terminado”.

Los abogados de la compañía solicitaron a un tribunal federal el 5 de diciembre que emita un dictamen contra la decisión del Cuerpo de Ingenieros.  
 
 
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