Vol. 81/No. 11 20 de marzo de 2017
En agosto pasado las pensiones administradas por empresas que forman parte del índice S&P 1500 tenían un déficit de 562 mil millones de dólares, un alza de 160 mil millones en sólo siete meses, informó el Financial Times.
Casi un millón de trabajadores jubilados o que aún están trabajando tienen planes de jubilación que se encuentran en peligro inminente de insolvencia, informó el Centro de Derechos de Pensiones el 28 de febrero.
La crisis tiene sus raíces en la forma en que se crearon estos fondos de pensiones: empresa por empresa, o en el caso de planes de múltiples empleadores, industria por industria. En lugar de basar las pensiones en el sueño de los patrones de una rentabilidad perpetua, la jubilación para todos los trabajadores debe ser financiada por el gobierno a escala sindical.
En febrero de 2016, las pensiones mensuales de los miembros del local 707 de los Teamsters en Nueva York fueron reducidos por más del 30 por ciento con la esperanza de mantener solvente el fondo. Pero un año después el fondo se fue a la quiebra y los jubilados recibieron cantidades aún menores de la agencia federal que asegura los fondos de pensiones sindicales.
“Tuve un trabajo sindicalizado por 30 años”, dijo Tim Chmil, de 71 años, jubilado del local 707, al New York Daily News. “Habíamos negociado contratos colectivos que nos prometían una pensión. Con cada cheque hice mi contribución. Todo el mundo nos decía, ‘No te preocupes, tienes un trabajo sindical, tu pensión está garantizada’. Bueno, ahora vemos”.
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