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Vol. 81/No. 31      21 de agosto de 2017

 
(artículo principal)

Crisis de salud capitalista azota a pueblo trabajador

Discuten desastre del cuidado médico

Staff Sgt. John Wilkes/180th Fighter Wing Ohio National Guard
Miles asistieron a clínica gratuita en Hayesville, Carolina del Norte. Arriba, esperando después de llenar formularios. “Trabajamos, pero no podemos obtener seguro médico”, dijo trabajador.
 
POR SUSAN LAMONT
HAYESVILLE, N.C. — “Aunque tengas seguro médico, es agobiante, cuando tienes que pagar 2 o 3 mil dólares de tu propio bolsillo”, dijo Joyce Bryson a Lisa Potash y otros miembros del Partido Socialista de los Trabajadores frente a la escuela secundaria de esta ciudad el 4 de agosto, donde se estaba prestando atención médica gratuita. Potash es la candidata del PST para alcalde de Atlanta.

La clínica, instalada del 2 al 8 de agosto en esta pequeña comunidad en las montañas Blue Ridge en Carolina del Norte fue auspiciada por el Departamento de Salud del Condado de Clay con el patrocinio de un programa del Departamento de Defensa de Estados Unidos. La mayoría del personal médico fue proporcionado por las fuerzas armadas.

“Atención según vayan llegando. Prepárese para esperas potencialmente largas”, decía un volante del departamento de salud.

Se ofreció atención médica, dental y de la vista así como servicios veterinarios para gatos y perros. Una clínica similar en 2014 atrajo a 8 mil personas y 2 600 mascotas.

Bryson, quien trabaja a tiempo parcial como auxiliar de enfermería, estaba esperando a su esposo Jimmy, un obrero de la construcción jubilado. Le estaban extrayendo unos dientes y esperaba conseguir unos lentes. Ella mostró interés particular en los artículos del Militante sobre la lucha de los rancheros en Nevada contra los ataques del gobierno a su derecho a pastar el ganado en tierras federales, y compró un ejemplar del periódico.

“Los trabajadores necesitan atención médica, no compañías de seguros”, dijo Potash. “Son parásitos que no hacen otra cosa que acumular miles de millones de dólares para los propietarios. El cuidado de salud debe ser gratuito y disponible para todos. Los trabajadores necesitan luchar para expropiar a las corporaciones médicas y las compañías farmacéuticas y manejarlas para beneficio de la clase trabajadora. En Cuba, donde los trabajadores y agricultores hicieron una revolución, la atención médica está disponible para todos los cubanos, desde la cuna hasta la tumba. Ese es un verdadero ejemplo de lo que podemos hacer los trabajadores cuando estamos en el poder”.

Los miembros del PST hablaron con trabajadores, tanto activos como jubilados, que entraban y salían de la clínica, cuando fueron de puerta en puerta en comunidades del área durante tres días.

Casi todos con quienes hablábamos que habían votado en la última elección dijeron que habían apoyado a Donald Trump. La mayoría acogió la oportunidad de hablar sobre las propuestas del PST sobre cómo unificar a la clase trabajadora y empezar a forjar un movimiento combativo de millones de personas que pueda organizar y educar a los trabajadores para tomar el poder de manos de los gobernantes capitalistas.

“El costo del seguro es demasiado alto para pagarlo”, dijo Marie Mcrae, una obrera de la costura discapacitada. “Trabajamos, pero no podemos obtener seguro médico. ¡Costear los medicamentos es aún peor!”

“Muchos liberales están furiosos con Trump, y están empeñados en lograr que sea encausado o lo sometan a un juicio político. Realmente le temen a usted y a mi, a la clase trabajadora y dicen que somos estúpidos, racistas y tenemos prejuicios contra los inmigrantes”, dijo Potash. “Pero los trabajadores son menos racistas que nunca. La lucha por los derechos civiles tuvo un gran impacto en los trabajadores de todos los orígenes y estamos más unidos que nunca”.

Mcrae estuvo de acuerdo. “Donde yo trabajaba había muchos hispanos y algunos llegaron a ser mis amigos. Sólo están aquí tratando de sobrevivir”, dijo. Ella compró una suscripción al Militante.

Guy Roberts, de 33 años, quien necesitaba lentes, trabaja en un programa residencial de salud mental y llegó a la clínica con un compañero de trabajo y varios familiares. “Espero que Trump haga algunos cambios positivos”, dijo.

Roberts decidió comprar un ejemplar de El historial antiobrero de los Clinton, un libro del secretario nacional del PST, Jack Barnes, y compartir una suscripción al Militante con los padres de su prometida. Tenía interés en la descripción hecha por Potash del papel de Cuba en la lucha contra la epidemia de Ébola en África Occidental, un acto de solidaridad internacionalista que la revolución socialista hizo posible.

Cole Goffeg, de 31 años, un jardinero cuentapropista, dijo que él y su madre vinieron a la clínica para tratamiento dental. “Cuando se te deterioran los dientes, no hay dinero para reemplazarlos”, dijo. “Realmente no me gustó ninguno de los candidatos en la última elección, pero voté por Trump porque no le temía enfrentarse a los políticos de Washington. Pero no me gusta como persona. Los que votaron por él querían un cambio”.

Goffeg compró una suscripción al Militante y El historial antiobrero de los Clinton.

Janice Lynn de Atlanta y Linda Joyce de Hayesville, Carolina del Norte, contribuyeron a este artículo.  
 
 
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