Vol. 81/No. 39 23 de octubre de 2017
Las decisiones fundamentales que afectan al pueblo puertorriqueño no se toman en San Juan sino en Washington. Desde que Washington envió 15 mi soldados norteamericanos para arrebatarle el control de Puerto Rico al régimen español en 1898, los capitalistas de Estados Unidos han distorsionado la producción en la isla, explotado la mano de obra de los trabajadores y saqueado las riquezas naturales de la isla en su búsqueda de enormes ganancias. El coloniaje significa que los trabajadores confrontan no solo la explotación de capitalistas domésticos y extranjeros, sino también el dominio directo de Washington.
Pero los gobernantes estadounidenses han enfrentado resistencia del pueblo trabajador en Puerto Rico desde el principio.
Para suplir las necesidades del mercado estadounidense, los capitalistas aumentaron la producción de azúcar, desarrollando enormes plantaciones y expulsando a los pequeños agricultores de sus tierras.
Una serie de huelgas de trabajadores del azúcar, tabaco, costura, camioneros y portuarios culminaron en enormes huelgas de los trabajadores azucareros en 1934. Para entonces los capitalistas estadounidenses eran propietarios del 50 por ciento de las plantaciones azucareras y el 85 por ciento de las cafetaleras. Los trabajadores del azúcar pidieron a Pedro Albizu Campos, líder del Partido Nacionalista y conocido luchador independentista, que los representara e hicieron retroceder a los patrones de la industria azucarera.
En los años 50 y 60 los cambios en la producción mundial del azúcar causaron un declive de la industria azucarera en Puerto Rico.
Compañías norteamericanas establecieron decenas de fábricas, desde plantas farmacéuticas a procesadoras de atún, atraídas por la mano de obra barata e incentivos tributarios para patrones norteamericanos que invirtieran en la isla como parte de la Operación Manos a la Obra. Después del huracán María la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos advirtió sobre la posible escasez de medicinas en Estados Unidos ya que un 10 por ciento de todas las medicinas aún son fabricadas en la isla.
La industria capitalista diezmo la agricultura. En 1938 el 65 porciento de la comida consumida en Puerto Rico era producida allí. Hoy la isla importa casi el 85 porciento de sus alimentos, principalmente de Estados Unidos.
Bonos = más saqueo colonial
El cierre de fábricas dejó en la calle a miles de trabajadores. Los capitalistas encontraron otra manera de extraer ganancias de los trabajadores en Puerto Rico, la deuda. De 1996 a 2015 varias agencias gubernamentales en Puerto Rico cuadruplicaron la “venta” de bonos con intereses sumamente elevados. Los bonos vendidos por el gobierno colonial no fueron para invertir en la infraestructura u otros proyectos en beneficio del pueblo trabajador, sino para amortizar los intereses y la deuda principal de las obligaciones anteriores.A medida que aumentó la crisis capitalista y la deuda, el régimen colonial recortó servicios sociales, disminuyó las pensiones de los empleados públicos, aumentó los impuestos sobre las ventas y cesanteó a decenas de miles de empleados públicos. El personal de la central eléctrica estatal fue reducido a casi la mitad, afectando el mantenimiento de equipos anticuados. Aún con estas medidas drásticas el gobierno no pudo cumplir con los pagos de la deuda.
El año pasado el entonces presidente Barack Obama nombró una junta fiscal con poderes extraordinarios para controlar las finanzas de Puerto Rico con el fin de asegurar el pago de la deuda. La junta ordenó al gobernador Ricardo Roselló realizar recortes aún más profundos.
Cuando Irma y María azotaron la isla, la deuda colonial se encontraba en 74 mil millones de dólares, la infraestructura de la isla se estaba desmoronando, y el desempleo era el doble que en Estados Unidos.
Aún antes de los huracanes el ingreso per cápita era el 50 por ciento del de Mississippi, el más pobre de los 50 estados de Estados Unidos. Mas de mil personas partían para Estados Unidos cada semana, donde pasan a ser parte de la clase obrera norteamericana y de sus luchas.
El presidente Donald Trump dijo durante su visita a la isla el 3 de octubre que los accionistas deben “decir adiós” a las esperanzas de recibir sus pagos. Pero luego la Casa Blanca se retractó diciendo que no intervendría en el manejo de la deuda por la junta fiscal.
Resistencia al dominio colonial
La Revolución Cubana del 1959 dio un impulso a los luchadores independentistas en Puerto Rico. Washington y el gobierno colonial reprimieron el creciente movimiento independentista, como lo hicieron con Albizu Campos, quien estuvo encarcelado varias veces por su oposición al coloniaje norteamericano. El fue uno de las decenas de miles de puertorriqueños que han sido blanco de espías del FBI y de infiltrados. El FBI y la policía colonial incriminaron falsamente y encarcelaron a luchadores independentistas como Rafael Cancel Miranda y Oscar López. También ejecutaron a sangre fría a independentistas como a Filiberto Ojeda Ríos en 2005.Al repasar esta historia, podemos entender por qué Cancel Miranda dice que “los huracanes hicieron mucho daño, pero no tanto como el colonialismo”.
Pero en los 120 años que los gobernantes estadounidenses han pisoteado a Puerto Rico, nunca han podido hacer desaparecer la resistencia al dominio colonial. En medio de la catástrofe social que se está desarrollando en la isla, renacerá una nueva resistencia.
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