A pesar de los brutales ataques de la policía, la Guardia Revolucionaria del régimen iraní y matones del Basij y el arresto de miles, las protestas han continuado diariamente por todo Irán por más de 30 días y parecen no tener fin.
Las protestas empezaron tras la muerte el 16 de septiembre de Gina “Mahsa” Amini, una joven kurda que se encontraba de visita en Teherán. Ella murió tres días después de haber sido detenida por la policía “de la moral”, que está a cargo de aplicar los reaccionarios códigos de vestimenta para mujeres del régimen clerical burgués.
Iniciadas para protestar por la muerte de Amini y contra la odiada policía “de la moral” y la opresión de la mujer, las manifestaciones también reflejan la ira por los ataques contra los derechos democráticos, las condiciones de las minorías oprimidas y el impacto sobre los trabajadores de la crisis económica capitalista y las aventuras bélicas del régimen en el exterior.
Nada de lo que ha hecho el régimen ha podido detener las protestas. Los estudiantes marchan frecuentemente a través de los distritos comerciales de Teherán y de otras ciudades coreando “Libertad, libertad, libertad” y “Abajo el dictador” mientras los autos suenan sus bocinas en apoyo.
Las tensiones aumentaron el 15 de octubre cuando algunos presos supuestamente se rebelaron en la infame cárcel Evin en Teherán. Ocho reos murieron y más de 60 fueron heridos y parte de la cárcel fue incendiada. Miles están encarcelados ahí, entre ellos manifestantes arrestados recientemente y dirigentes sindicales que han estado encarcelados durante años.
Según el Sindicato Libre de Trabajadores Iraníes, una federación sindical, dos días antes de la confrontación los reos se juntaron en el patio coreando consignas en solidaridad con las protestas.
El parlamento iraní publicó recientemente un informe en el que dice que la policía nunca lastimó a Amini y que la causa de su muerte fue una condición médica subyacente. Cualquiera que diga lo contrario debe ser “enjuiciado”, dice el informe.
Según el diario Shargh, el comandante de la policía de Teherán escribió al parlamento para exigir la destitución de cuatro parlamentarios que criticaron la conducta de la policía.
En el incidente más sangriento hasta ahora, la policía y la Guardia Revolucionaria dispararon contra una protesta matando a 66 personas en Zahedán en la provincia de Sistán Baluchistán el 30 de septiembre. Las protestas fueron también animadas por los informes de que una adolescente de la minoría baluchi había sido violada mientras se encontraba bajo custodia de la policía en septiembre.
Una región mayormente rural, Baluchistán es una de las más pobres en Irán. Más de 2 millones de personas de la etnia Baluchi, un pueblo que predominantemente se adhiere al Islam sunita y sufre discriminación del régimen de base chiíta.
La agencia de noticias Rudaw, basada en la vecina región kurda de Iraq, informó que por lo menos 32 manifestantes habían sido muertos en la región kurda de Irán y miles han sido detenidos.
Los kurdos son una nación oprimida que cuenta con alrededor de 30 millones de personas esparcidas en Iraq, Irán, Siria y Turquía, y que han luchado durante décadas por sus derechos nacionales. Una de las consignas más populares en Irán tras la muerte de Amini “Mujer, vida, libertad”, surgió de la lucha del pueblo kurdo.
El régimen iraní ha sido más cuidadoso en sus ataques en Teherán y otras ciudades predominantemente chiítas, donde ha utilizado amenazas, gases lacrimógenos, balas de goma y golpizas más que municiones reales.
Obreros petroleros se manifestaron el 12 de octubre para exigir la excarcelación de trabajadores detenidos tras una protesta en el complejo petrolero Asalouyeh en Bushehr en solidaridad con las protestas a nivel nacional. Luego más trabajadores fueron arrestados llevando el total a más de 30. El Consejo Organizador de Trabajadores Petroleros Contratados informó el 17 de octubre de que algunos habían salido bajo fianza. “Nuestro fuerte énfasis es la excarcelación inmediata de todos los trabajadores arrestados”, dijo el sindicato.
El 18 de octubre los trabajadores de la compañía de azúcar Haft Tepe en la predominantemente árabe provincia de Khuzestán salieron en huelga. Entre sus demandas se encuentran mejores salarios y la restitución de un representante sindical despedido.
Las protestas están sacudiendo el régimen en Teherán. El diario World of Economy, alega que los rumores de que la odiada policía “de la moral” está de nuevo en las calles —después que el régimen las retiró ante las protestas— son “una fabricación.”