Alyson Kennedy, candidata del Partido Socialista de los Trabajadores para presidente en 2020, emitió la siguiente declaración el 19 de mayo. Malcolm Jarrett es el candidato del partido a la vicepresidencia.
Las huelgas de trabajadores en las plantas empacadoras de frutas en el estado de Washington y las protestas de camioneros independientes en Washington, muestran el camino para que el pueblo trabajador avance. Son ejemplos de lo que podemos hacer para enfrentar a los patrones y su gobierno, y luchar contra sus ataques a los empleos, salarios, condiciones de trabajo y muchos otros abusos.
Los trabajadores de todas partes deben promover la solidaridad con estas luchas. Esto ayuda a fortalecer nuestra propia capacidad de lucha. Únase a nosotros para usar el Militante para dar a conocer sus luchas.
Los políticos demócratas y los republicanos dicen que “nosotros” tenemos un interés común en poner en marcha “nuestra economía” de manera segura. Pero no hay un “nosotros”. Y lo que ellos llaman “nuestra economía” es un sistema de explotación capitalista basado en su propiedad de las fábricas, los campos y otros centros laborales donde sacan ganancias de nuestra fuerza de trabajo. Todo lo que hacen tiene el propósito de fortalecer su explotación de nuestra clase y poner obstáculos a los esfuerzos de los trabajadores para organizarnos.
Lo que los trabajadores necesitamos sobre todo es echar abajo las divisiones que separan a los que tenemos trabajo de los que les roban la oportunidad de ganarse la vida como resultado de las medidas tomadas por los patrones y sus gobiernos que terminaron despidiendo a uno de cada cuatro miembros de nuestra clase.
- El PST propone que los trabajadores luchen por un programa de obras públicas financiado por el gobierno federal para poner a trabajar a los millones de trabajadores que perdieron su empleo, en trabajos con salarios a escala sindical en la construcción de hogares de ancianos, hospitales, escuelas, viviendas y otras cosas que los trabajadores necesitamos.
- Y tenemos que luchar por una semana laboral de 30 horas con 40 horas de pago para distribuir el trabajo disponible sin recortes en pago en lugar de los planes de los patrones de realizar más despidos masivos.
Los trabajadores necesitamos estar en el trabajo, el lugar principal donde adquirimos fuerza al actuar juntos y donde podemos reconstruir el poder sindical en el curso de nuestras luchas.
Los gobernantes capitalistas dicen que con sus medidas —cerrar la economía, encerrarnos en nuestros hogares, y su debate sobre a qué ritmo se debe reiniciar la producción— están teniendo en cuenta nuestra seguridad. Pero no puede haber una lucha por la seguridad, la salud o cualquier otra cosa sin que los trabajadores estén en el trabajo. Allí podemos organizarnos para comenzar a arrebatar el control de todos los aspectos de la producción de manos de los patrones, quienes han demostrado una y otra vez que no les preocupamos en lo más mínimo, fuera de presionarnos para maximizar sus ganancias.
- La lucha por el control obrero de la producción incluye el control sobre empleos, la velocidad de la línea, las condiciones laborales y el impacto de la producción en la tierra, el mar y el aire; para contrarrestar la negativa de los patrones a producir lo que los trabajadores necesitan; y abrir sus libros de contabilidad para sacar a la luz como opera su clase para expropiar más y más de la riqueza que produce nuestro trabajo.
Cuanto más control tomamos de la producción, más aprendemos sobre nuestras propias capacidades para dirigir la sociedad. Esto es posible si nos organizamos en nuestros millones sobre un curso para arrebatar el poder de manos de la clase capitalista.
- Para liderar esa lucha, los trabajadores tenemos que construir nuestro propio partido, un partido obrero basado en los sindicatos. Dicho partido movilizaría el apoyo del pueblo trabajador desde la lucha contra el encubrimiento de la muerte de Ahmaud Arbery a manos de matones en Georgia, hasta las luchas que exigen ayuda para los desempleados desde Bangladesh a Panamá.
Explicaría por qué los trabajadores deben romper con los demócratas y los republicanos, los partidos políticos gemelos de los capitalistas que gobiernan para defender su sistema social azotado por crises. Sobre todo, demostraría, como lo demostraron los trabajadores en Rusia en 1917 y en Cuba en 1959, que la toma del poder político en nuestras propias manos y la dirección de la sociedad favorece los intereses de la gran mayoría.
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