Vol. 71/No. 25 25 de junio de 2007
La Secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice advirtió al gobierno turco de no realizar ninguna acción militar robusta en la frontera, una indicación de la preocupación de Washington de que el ataque de Ankara podría socavar sus esfuerzos por establecer un régimen estable lacayo en Bagdad. Los kurdos en Iraq han sido unos de los aliados más fuertes de Washington en el país. La región que ocupan, conocida como el Kurdistán iraquí, es la más estable, en un país devastado por muertes comunales y una guerra que ha hecho estragos desde la invasión dirigida por Washington en 2003 y la subsiguiente ocupación por tropas imperialistas.
Ankara acusa al gobierno regional del Kurdistán iraquí de proveer refugio y armas al PKK. Los gobernantes turcos temen que un Kurdistán autónomo en su frontera anime las aspiraciones nacionales de millones de kurdos que viven en Turquía.
La advertencia de Rice sugiere que Washington no se opondría a acciones limitadas contra el PKK. Ankara ya tiene 1 500 tropas varias millas adentro del territorio iraquí en un intento de detener el flujo de fuerzas del PKK.
Los gobernantes turcos también son hostiles a los esfuerzos de los kurdos iraquíes de incorporar la ciudad petrolera de Kirkuk a su región autónoma. Ankara le ha pedido a Washington y a Bagdad que cancelen un referéndum sobre este asunto programado para el fin de año.
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