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Vol. 71/No. 39      22 de octubre de 2007

 
Cómo los negros dirigieron
al pueblo trabajador en el Sur durante
Reconstrucción Radical
 
POR SAM MANUEL  
WASHINGTON—Las manifestaciones del 20 de septiembre demandando justicia para los Seis de Jena son las protestas más grandes por los derechos de los negros en los últimos años. Fue un indicio del papel que ocupan los trabajadores que son negros en la vanguardia de las luchas políticas y sociales en Estados Unidos.

El papel de avanzada de los trabajadores negros en la línea de marcha de la clase obrera hacia el poder político en Estados Unidos tiene una larga historia. Este es el primero de una serie de artículos que repasarán esa historia y su importancia para el pueblo trabajador en su conjunto.

La creación de la nacionalidad negra en Estados Unidos fue producto del curso del desarrollo del capitalismo norteamericano tras la derrota de la Reconstrucción Radical, el periodo de 1867 a 1877 después de la Guerra Civil.

Desde la fundación de Estados Unidos como república burguesa, los capitalistas del Norte, quienes dependían de la explotación del trabajo asalariado libre, y los hacendados del Sur, cuyo sistema se basaba en la esclavitud, se disputaron el control del país. Este conflicto de clases irreconciliable estalló en una guerra civil el 12 de abril de 1861 con una rebelión de los esclavistas.

Esa guerra, la Segunda Revolución Norteamericana, fue la que decidió si la vasta tierra estadounidense “estaría ligada al trabajo del emigrante o prostituida por el paso del capataz de esclavos”, escribió Carlos Marx, uno de los fundadores del movimiento comunista moderno, en una carta de la Asociación Internacional de Trabajadores al presidente Abraham Lincoln en 1865.

Al ser derrocada la esclavocracia en 1865, los negros, quienes había luchado en grandes números en el ejército de la Unión, tenían grandes expectativas de que ganarían no solo la libertad sino tierra y mejores condiciones de vida. Pero resultó que la mayoría de los ex esclavos fueron forzados a trabajar bajo condiciones de servidumbre en las plantaciones, bajo los “Códigos Negros” que promulgaron los estados sureños.

Los negros lucharon para resistir estas condiciones de virtual esclavitud. Ganaron apoyo entre algunos elementos del movimiento obrero en el Norte y de sectores de la burguesía industrial que estaban alarmados por los intentos de los antiguos esclavistas de reafirmar su influencia política.

Impulsado por los abolicionistas y los Radicales en el Partido Republicano, y ante las presiones de las masas negras, el Congreso prolongó la ocupación del Sur por tropas federales. Los negros tomaron iniciativas a favor de la reconstrucción del Sur para beneficio de las amplias masas trabajadoras.

En 1865 se celebraron Congresos del Pueblo de Color en la mayoría de los estados sureños. Emitieron una nueva Carta de Derechos que afirmaba el derecho de los negros a votar, participar en jurados, poseer tierra y portar armas; promovieron la enseñanza pública gratuita; y revocaron los Códigos Negros.

Los congresos constitucionales, celebrados para reconstituir los gobiernos estatales, fueron constituidos con delegados negros y blancos. En el congreso de Alabama, un delegado negro exclamó: “!Cuarenta acres! ¡Una mula! ¡Libertad! ¡Sufragio! ¡Igualdad con el hombre blanco! Ese grito se convirtió en la consigna de la lucha.

Ya para 1867 se habían establecido regímenes de Reconstrucción Radical en todo el Sur. Estos revocaron los Códigos Negros y promulgaron derechos jurídicos para los esclavos emancipados. En estados como Carolina del Sur, donde la legislatura era mayoritariamente negra, aprobaron leyes sociales progresistas, incluidas medidas que gravaban impuestos a los ricos, establecieron las primeras escuelas públicas en el Sur y ampliaron los derechos para la mujer.

Los negros también abogaron por una reforma agraria: confiscar las grandes plantaciones y distribuir las tierras entre los antiguos esclavos y trabajadores rurales blancos. Por ejemplo, en las Islas del Mar, en la costa de Georgia y Carolina del Sur, 40 mil ex esclavos tomaron 40 acres (16 hectáreas) de tierra cada uno. Cuando los hacendados trataron de recuperar la tierra, los agricultores se armaron y resistieron.

Muchos de los antiguos esclavos que habían estado en el Ejército de la Unión se apropiaron de sus fusiles y ayudaron a organizar comités armados para defender a los negros.

Al crecer la confianza de los negros y de los trabajadores blancos, la clase capitalista norteamericana se sintió amenazada. El creciente conservadurismo del Partido Republicano envalentonó a los supremacistas blancos, quienes dominaban el Partido Demócrata en el Sur. Desataron una campaña sangrienta a través del Ku Klux Klan y otros grupos terroristas racistas para derrocar la Reconstrucción Radical.

La contrarrevolución culminó con un pacto entre los republicanos y los demócratas para retirar las tropas federales del Sur en 1877, lo cual allanó el camino para la restauración violenta de la supremacía blanca.

La derrota de la Reconstrucción Radical, orquestada por los capitalistas industriales, retrasó las posibilidades de forjar una alianza combativa de trabajadores, tanto negros como blancos en Estados Unidos. En 1877 Marx había expresado la expectativa de que las huelgas nacionales precipitadas ese año por los obreros ferroviarios podrían crear una nueva situación que propiciara dicha alianza.

“El primer estallido contra la oligarquía del capital asociado que ha surgido desde la Guerra Civil será suprimido, por supuesto”, escribió Marx a Federico Engels. Pero “la política del nuevo presidente [Rutherford Hayes, de retirar las tropas del Sur] convertirá a los negros en aliados de los trabajadores, y las grandes expropiaciones de tierras (especialmente de tierras fértiles) a favor de las compañías ferroviarias, mineras, etcétera, convertirá a los campesinos del Oeste, ya muy descontentos, en aliados de los trabajadores.

Sin embargo, la política en Estados Unidos siguió un curso diferente debido a la fuerza de la burguesía ascendente y la debilidad de la clase obrera en esa época. Con la derrota de la Reconstrucción Radical, “no solo los afroamericanos sino toda la clase trabajadora habían sufrido el peor revés de su historia”, escribió Farrell Dobbs, un dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores, en el libro Revolutionary Continuity: The Early Years, 1848-1917 (Continuidad revolucionaria: Los primeros años, 1848-1917). “Los pobres del campo y la clase obrera fueron divididos a la fuerza en base al color de su piel. Se deprimió el valor de la fuerza de trabajo y se dañó la solidaridad de clase”.

Los gobiernos supremacistas blancos en el Sur promulgaron una serie de leyes conocidas como Jim Crow, un sistema de segregación legal que despojó de sus derechos a los negros e impuso una discriminación amplia. Se basó en el terror sancionado por el estado, incluidos los linchamientos públicos, las palizas e incendios de negros. Esa campaña la impulsaron grupos como el Ku Klux Klan, muchas veces con la ayuda de la policía local, y se vio envalentonada por la inacción del gobierno federal.  
 
 
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