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Vol. 73/No. 7      23 de febrero de 2009

 
Gobierno kirguiz cerrará base de EE.UU.
(portada)
 
POR DOUG NELSON  
El anuncio del presidente de Kirguizistán, Kurmanbek Bakiyev, de que su gobierno cerrará una base militar norteamericana en su país complica los esfuerzos de Washington de mantener una ruta de abastecimiento estable para las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN en Afganistán. Bakiyev anunció el plan el 3 de febrero. Washington tiene planeado duplicar el número de sus fuerzas en Afganistán durante el año próximo. Al mismo tiempo, una ofensiva del Talibán contra la principal ruta de abastecimiento de las tropas imperialistas en Pakistán pone en peligro la fiabilidad de esta ruta a largo plazo.

Aunque la clausura de la base aérea de Manas tal vez no sea un problema insuperable para Washington, representa la victoria más reciente para Moscú en la contienda entre las dos potencias para influir a las ex republicas soviéticas que se encuentran alrededor de Rusia.

Según Vremya Novostei, el plan para expulsar a las tropas norteamericanas está vinculado a un paquete de 2 mil millones de dólares en inversiones y prestamos de Moscú. Vremya Novostei reportó la noticia por primera vez el 12 de enero.

Una semana más tarde el general David Petraeus, jefe del Comando Central norteamericano, fue a Bishkek, Kirguizistán para reunirse con altos funcionarios del gobierno. El viaje también incluyó visitas a otros países de Asia Central intentando establecer nuevas rutas de abastecimiento para las tropas en Afganistán.

La base aérea de Manas que cuenta con alrededor de 900 tropas norteamericanas fue establecida en 2001. Cada mes pasan por la base unas 15 mil tropas y 500 toneladas de materiales. La base también cuenta con aviones cisterna para abastecer en vuelo aviones de combate que estén realizando misiones sobre Afganistán.

En 2003 Moscú estableció su propia base en Kant, no muy lejos de Manas.

Washington pagaba alrededor de 63 millones de dólares al año por el uso de la base de Manas. Según el presidente Bakiyev, durante los últimos tres años Washington hizo caso omiso de las gestiones de su gobierno para aumentar el precio. Bakiyev dijo también que durante los últimos dos años Washington se ha rehusado explicar la muerte de un obrero kirguiz a manos de un soldado norteamericano acantonado allí.

En diciembre de 2008 Washington ofreció pagar 150 millones de dólares por año, después del aumento en los ataques del Talibán contra la principal ruta de abastecimiento de Washington y de la OTAN a través de Pakistán, cuando Washington empezó a buscar rutas diferentes en Asia Central.

En unas cuantas semanas Moscú ofreció 2 mil millones de dólares para “estabilizar el presupuesto de Kirguizistán” y desarrollar su sector hidroeléctrico y otros tipos de infraestructura.

Durante su visita el 19 de enero Petraeus ofreció 64 millones de dólares más por año y, según Stratfor, un servicio de inteligencia privado norteamericano, y un “premio por firmar” de 25 millones de dólares para el presidente Bakiyev. Después de la visita del general, Bakiyev dijo que la base norteamericana permanecerá abierta.

El 2 de febrero Bakiyev aceptó la oferta de Moscú que incluyó un préstamo adicional de 300 millones de dólares a bajo interés, la cancelación de 180 millones de dólares de deudas, y un subsidio de 150 millones de dólares.

Entonces Bakiyev anunció el 3 de febrero en una conferencia de prensa en Moscú con el presidente ruso Dmitry Medvedev, que había presentado un proyecto de ley al parlamento para expulsar la base y que había dado a Washington 180 días para retirarse. El 9 de febrero, un miembro del parlamento kirguiz, Absamat Masaliyev, dijo que el voto sobre el plan había sido pospuesto hasta que recibieran un pago inicial de 450 millones de dólares de Moscú.

Bakiyev llegó al poder en 2005 después de dos semanas de protestas masivas en lo que se llamó la “revolución de los tulipanes”. Informes noticieros describieron al nuevo gobierno como uno que sería un aliado estrecho de Washington.

Desde el desmoronamiento de la Unión Soviética varias de las antiguas repúblicas soviéticas y países aliados se han unido a la OTAN, entre ellos: Estonia, Latvia, Lituania, Bulgaria, la República Checa, Hungría, Polonia, Rumania, Eslovaquia, y Eslovenia. Washington también tomo medidas para instalar misiles interceptores en Polonia y sistemas de radar en la República Checa como parte de su sistema anti-balístico de misiles destinado a reestablecer la capacidad de Washington de ser el primero en atacar con armas nucleares.

Moscú ha estado trabajando para contrarrestar estas maniobras.  
 
 
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