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Vol. 74/No. 22      7 de Junio de 2010

 
Ejército tailandés arrolla protesta
(portada)
 
POR FELICITY COGGAN  
AUCKLAND, Nueva Zelanda—El 19 de mayo el ejército tailandés asaltó un campamento de protesta antigubernamental en el centro de Bangkok, capital de Tailandia. El ataque se produjo tras un sitio al campamento y batallas callejeras que dejaron un saldo de más de 50 muertos y 400 heridos, casi todos civiles.

Ante el asalto con carros blindados que arrasaron las barricadas de llantas y bambú, los dirigentes de las protestas anunciaron su rendición para evitar una mayor pérdida de vidas. Unas 100 personas, están presas y algunas han sido acusadas de “terrorismo”. El gobierno ha declarado un estado de emergencia en 23 de las 75 provincias y ha impuesto un toque de queda nocturno.

Tailandia, con una población de 67 millones, es la segunda economía del Sureste de Asia. Por mucho tiempo el gobierno ha sido aliado de Washington en la región.

Decenas de miles de personas han participado en protestas en Tailandia desde marzo, exigiendo la renuncia del primer ministro Abhisit Vejjajiva, la disolución del parlamento y nuevas elecciones. El Frente Unido por la Democracia Contra la Dictadura, una coalición ligada al depuesto primer ministro Thaksin Shinawatra, ha dirigido las protestas. Muchos de los manifestantes son campesinos y trabajadores de la empobrecida zona norteña del país.

El 14 de marzo, 150 mil manifestantes, conocidos como los Camisas Rojas, se manifestaron en Bangkok.

Los manifestantes establecieron el campamento cerca de la casa de gobierno. Cuando las charlas con el gobierno se estancaran a fines de marzo, ocuparon más de una milla cuadrada del distrito comercial y turístico en el centro de Bangkok y formaron un campamento de carpas bien organizado con 10 mil personas.

El gobierno ha impuesto un estado de emergencia en Bangkok, prohibiendo reuniones de más de cinco personas y permitiendo que las autoridades detengan a individuos sin juicio.

A principios de mayo Abhisit ofreció elecciones en noviembre si se levantaba la ocupación, pero retiró la oferta cuando los Camisas Rojas pidieron la dimisión de un ministro.

Las demandas de los manifestantes de un alto al fuego fueron rechazadas y el 18 de mayo los militares atacaron a los Camisas Rojas con fusiles y gases lacrimógenos. Muchos ya se habían retirado. Otros huyeron a un templo cercano que luego fue atacado. Otros lucharon con armas caseras y quemaron llantas.

Esta última crisis comenzó en 2006 con un golpe militar que derrocó al gobierno de Thaksin Shinawatra, un comerciante multimillonario. Thaksin, elegido en 2001, logró el apoyo de mucho trabajadores y campesinos, especialmente en zonas rurales, con su retórica popular y reformas que incluían crédito barato, mayor acceso a los servicios de salud y la redistribución de algunas tierras.

Al mismo tiempo su gobierno privatizó empresas estatales y escaló la represión contra los malayos del sur que luchan por la autonomía.

En diciembre del 2007 el partido de Thaksin ganó nuevamente en las elecciones, pero esta y una administración subsiguiente de aliados de Thaksin fueron destituidas por los tribunales tras protestas organizadas por la Alianza Popular por la Democracia (APD). Los manifestantes de clase media que apoyan al APD se visten de amarillo, el color del rey de Tailandia. El partido propone que se elija solo el 30 por ciento del parlamento por sufragio universal, y que el resto sea nombrado para así contrarrestar la influencia de los trabajadores y campesinos.

Al regresar a sus hogares, los Camisas Rojas prometieron continuar su campaña. En la ciudad norteña de Chiang Mai, cientos salieron a las calles para dar la bienvenida al tren de los manifestantes, con banderas y pancartas que llamaban “asesino” a Abhisit.  
 
 
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