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Vol. 80/No. 7      22 de febrero de 2016

 
(especial)

‘En Cuba, un preso es otro ser humano más’

Los Cinco Cubanos: En cárceles en EEUU es diferente,
el sistema se organiza para deshumanizarte

 

“Son los pobres quienes enfrentan el salvajismo del sistema de ‘justicia’ en EE.UU”: Los Cinco Cubanos hablan sobre su vida en la clase trabajadora norteamericana, es un nuevo libro de la editorial Pathfinder. Se basa en una entrevista de Mary-Alice Waters y Róger Calero con los Cinco Cubanos en La Habana en 2015. Los Cinco estuvieron encarcelados en Estados Unidos entre 14 y 16 años después de que el FBI les fabricó cargos por sus actividades en defensa de la Revolución Cubana. El extracto que publicamos a continuación siguió a una discusión sobre cómo los gobernantes capitalistas fomentan las drogas y las pandillas en las prisiones de EE.UU. Copyright © 2016 por Pathfinder Press. Reimpreso con permiso.

MARY-ALICE WATERS: Hemos conocido experiencias aquí en Cuba que son lo opuesto de lo que ustedes están describiendo. Tenemos una amiga en Matanzas, por ejemplo, profesora de la universidad, que también da clases en las cárceles y se enorgullece de hacerlo. Nos ha contado que en esas clases utiliza algunos de los libros publicados por Pathfinder y describe el interés que provocan entre los presos. Hemos leído que Silvio Rodríguez y otros artistas han dado conciertos en las prisiones. …

Sabemos que en Cuba las cosas están lejos de ser perfectas. Pero las relaciones sociales —la forma en que se relacionan las personas— son lo contrario de lo que ustedes vivieron en Estados Unidos. Y eso también se manifiesta en el sistema penitenciario. En Cuba la revolución realizada por los trabajadores y agricultores eliminó el sistema económico y social basado en la explotación de clase, en el castigo y las represalias, el aislamiento social, la privación punitiva de la atención médica, la denegación de acceso a la cultura y educación. Por eso el gobierno norteamericano está tan empeñado en castigar al pueblo cubano y destruir su ejemplo.

GERARDO HERNÁNDEZ: En Estados Unidos compartimos con muchos presos cubanos que habían sido reclusos en Cuba también. …

Muchas veces señalaban: “Materialmente, sí, las condiciones en esta cárcel” —y sobre todo en las más nuevas— “están mucho mejores que en las cárceles donde estuve en Cuba”.

Obviamente no se pueden comparar las condiciones de vida del país más rico del mundo con los recursos económicos en Cuba. Pero la mayoría de ellos reconocía que aquí en Cuba el personal de la prisión hace de verdad un esfuerzo para rehabilitar a los presos, para ayudarlos. En Estados Unidos, el consejero de la prisión es alguien que entra a cumplir sus horas de trabajo y hace lo posible por no tener que verte nunca. …

La parte humana es esencial. Yo siempre pongo el ejemplo de un vecino mío. Cuando él cursaba la secundaria estuvo involucrado en uno de estos casos raros que se dan en Cuba y que se conoce en Estados Unidos como bullying, intimidación. Estaba becado en el campo y otro muchacho lo estaba acosando permanentemente. Un día él cogió un cuchillo, tuvo un forcejeo con el otro muchacho, le dio en el lugar equivocado y lo mató.

A ese muchacho lo condenaron a siete años. En ese tiempo terminó su secundaria y fue a la universidad. …

Asistía a sus clases el día entero y después la guagua lo regresaba a la penitenciaría.

Hace poco conversé con una prestigiosa artista joven aquí en Cuba, Mabel Poblet. Ella me enseñó muestras de su trabajo. Me llamó la atención una obra suya, una instalación con cientos de flores plásticas rojas. Ella me comentó: “Estas flores las hizo una reclusa en Holguín”. …

Mabel dijo: “En una visita a la prisión de mujeres en Holguín conocí a una presa, Betsy Torres, que estaba haciendo flores. Me quedó en la mente hacer una instalación usando flores y le pedí que me hiciera algunas, las que ves aquí. Después ella salió por buena conducta y la invité a la inauguración de mi exposición”.

Este tipo de intercambio es todo lo contrario de la deshumanización que ocurre en el sistema penitenciario estadounidense.

FERNANDO GONZÁLEZ: … Miren lo que el Buró de Prisiones llama el program statement, la declaración del propósito de la prisión. Dice que el Buró de Prisiones estimula el contacto social con el exterior. Pero en la práctica es lo contrario: ponen obstáculos a todo, incluyendo las visitas.

No basta que el preso esté a 1500 millas de su familia o a veces más lejos. No basta que muchas familias no tengan los ingresos para pagarse un boleto de avión y un fin de semana en un motel para ir a verte.

Encima de eso están los registros personales y todos los mecanismos enajenantes a los que someten a los familiares y amigos para entrar a la prisión, sin mencionar el diseño incómodo y tenso de la sala de visita. …

GERARDO HERNÁNDEZ: Nos decían algunos presos en Estados Unidos: “La diferencia más grande, lo que más extraño, es que en Cuba yo tenía derecho a visitas conyugales, o al pase para ver a mi familia”. Pero en Estados Unidos no lo tienes.

En las prisiones federales, y en todos menos cuatro de los 50 estados, no se permite algo tan elemental como las visitas conyugales. Si lo permitieran, reduciría muchísimo las tensiones. Humanizaría a la persona. Sería un incentivo para la buena conducta.

RAMÓN LABAÑINO: …A ellos no les importa que haya dinero en el presupuesto para otra cancha de handball [balonmano]. Esa bronca yo la tuve porque —además de leer, estudiar y jugar ajedrez— el deporte era una de las formas con que enfrenté todos esos años de prisión. Hacía ejercicios, levantaba pesas y jugaba handball. Pero los oficiales de la prisión no querían pintar el piso de la cancha de handball con una pintura que es como de goma y no te lastima las rodillas.

De hecho, así fue que me afecté la rodilla. Pero la atención médica en las cárceles de Estados Unidos es terrible, no quieren gastar dinero en eso tampoco. Fui al médico y me dijo:

“Tómate dos aspirinas, ponte hielo, coloca los pies en alto y mañana estarás mejor”. En la cárcel te atienden realmente cuando ya estás a punto de morir. …

También hay dinero en el presupuesto para adquirir mejor comida para el comedor, pero no lo usan nunca. Yo lo sé porque trabajé en el comedor varias veces.

En realidad no me gustaba trabajar en el comedor porque mucha gente quería esos trabajos para poder robar comida. Pero nosotros no robamos. No es nuestra filosofía, no son los valores sociales que aprendimos en Cuba. Tengo suficiente con lo que yo como. Yo, honestamente, no serviría para robar.

Aquí en Cuba es diferente. Nuestros oficiales quizás no tienen recursos, pero sí están preparados para ayudarte de verdad. Me atrevería a decir que esa ética va mucho más allá del sistema penitenciario y se extiende a la sociedad general en Cuba.

En nuestro país el preso es un ser humano más. Alguien que cometió un error y está en la cárcel por esa razón. No es como en Estados Unidos donde la población penal es el enemigo, de la misma manera que el personal uniformado allá ve a la población como el enemigo. ¿Por qué? Porque en algún nivel ellos entienden que un día puede haber una revolución social en Estados Unidos. Y su trabajo es contener esa revolución, para proteger a la capa social que está en el poder.

Eso es muy elemental. No necesitas marxismo-leninismo para ver eso. Pero si no lo entiendes, nunca vas a entender por qué ocurren esas cosas en Estados Unidos. Por qué la policía actúa como hizo el año pasado en Ferguson, Missouri. Por qué no hay solución dentro de ese sistema. …

FERNANDO GONZÁLEZ: En Miami vimos mujeres que las arrestaban embarazadas. Cuando llegaba el momento del parto, llevaban a la mujer al hospital…

RAMÓN LABAÑINO: …encadenada.

FERNANDO GONZÁLEZ: Sí, encadenada. Paría en el hospital y a los dos días la traían de regreso a la celda sin el bebé.

Hace poco visité una prisión de mujeres aquí en Cuba. …

En Estados Unidos, a unas millas de distancia ya sabes que estás cerca de una prisión. Ves los muros, las cercas, las serpentinas con las cuchillas, las torres, las luces, los carritos vigilando. Pero en Guantánamo nos acercábamos y yo decía: ¿Dónde está la prisión? Había un muro allí que lo podías brincar fácilmente. ¡Hasta yo, así gordo como estoy, lo brinco!

Adentro hay cuartos que son como pequeños apartamentos. Si la mujer está embarazada —o sale embarazada, porque hay visita conyugal— puede quedarse en uno de esos cuartos hasta que el bebé cumpla un año. La prisión le garantiza la comida para el bebé y otras necesidades. También hay un taller de corte y costura.
 
 
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