La campaña del Partido Socialista de los Trabajadores se opone a la nueva política de registros de las pertenencias personales y de los interrogatorios por la policía en los trenes y autobuses de Nueva York. Esta medida de la administración de Bloomberg, apoyada por los cuatro candidatos demócratas para alcalde, se usará para justificar mayores intentos de socavar las garantías constitucionales contra las incautaciones y los registros arbitrarios. El blanco no son principalmente los terroristas sino el pueblo trabajador.
Esta medida va acompañada de otros pasos destinados a socavar la capacidad de los trabajadores y agricultores de resistir los crecientes ataques patronales contra el nivel de vida y las condiciones de trabajo.
Los gobernantes de Estados Unidos buscan obtener la aceptación pública de estas medidas antidemocráticas, anticipando la resistencia de los trabajadores y agricultores ante las consecuencias cada vez más devastadoras de la crisis económica capitalista.
El principal problema que enfrentan los patrones y el gobierno que representa sus intereses no es al-Qaeda. Es la clase trabajadora. Porque los patrones tienen que atacar a nuestra clase para revertir la caída a largo plazo de sus tasas de ganancia. La única forma de hacerlo es al extraer brutalmente más ganancias de la mano de obra del pueblo trabajador, haciendo que trabajemos más duro y horas más largas, deprimiendo salarios y recortando beneficios.
Las guerras y ocupaciones militares de Washington en el exterior son una extensión de la arremetida patronal contra el pueblo trabajador en Estados Unidos. La campaña del Partido Socialista de los Trabajadores exige la retirada inmediata e incondicional de todas las fuerzas armadas imperialistas norteamericanas, de la ONU y otras de Iraq, Afganistán, Yugoslavia, Corea, Colombia, Haití y la Bahía de Guantánamo, Cuba. Decimos: ĦManos fuera de Irán y de Corea del norte! ĦAlto a la guerra económica de Washington contra Cuba! ĦManos fuera de Venezuela!
Ante todo, con la seguridad del suelo nativo se pretende convencer al pueblo trabajador de que subordinemos nuestras luchas por mejores salarios y condiciones de trabajo, por los derechos de los negros, por la igualdad de la mujer a los llamamientos a la unidad nacional y movilizar a los americanos en apoyo a la lucha contra el terrorismo. Los críticos liberales de la administración Bloomberg promueven el argumento de proteger nuestra seguridad, acusando a sus contrincantes republicanos de no hacer lo suficiente para resguardar nuestra ciudad.
Pero para los trabajadores existen dos Nueva York y dos Estados Unidos: por un lado, el del puñado de familias gobernantes multimillonarias, y por el otro lado, el del pueblo trabajador, la gran mayoría que produce la riqueza. El pueblo trabajador no tiene intereses en común con nuestros explotadores. Tenemos intereses comunes con nuestros hermanos trabajadores, agricultores y los oprimidos a nivel mundial.
Los trabajadores que rehusan ceder en sus luchas desde los huelguistas del cobre en Arizona y Texas hasta los obreros de la construcción que luchan por una unión en Nueva York sientan un ejemplo para todo el pueblo trabajador. Al oponerse a los registros por parte de la policía en Nueva York se defiende los derechos que los trabajadores necesitan para organizarse y actuar a favor de los intereses de nuestra clase.
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