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La incrementada presencia policíaca se continuó en los días siguientes y se implementaron poderes “para detener y registrar”.

“Tendremos que reforzar la capacidad armada de la policía metropolitana el próximo año,”, dijo el jefe de la Policía Metropolitana Ian Blair. Funcionarios del gobierno también han presionado a que se implementen medidas contra librerías que vendan publicaciones “incitando al terrorismo”, así como otros pasos con el fin de incrementar los poderes de la policía y restringir los derechos de los trabajadores.

Han tenido lugar decenas de redadas policiacas armadas en varias ciudades del país desde el 7 de julio. Para cuando se terminó de escribir este artículo, la policía había arrestado a 37 individuos en relación a los atentados fallidos del 21 de julio. Veintiuno de ellos han sido puestos en libertad sin cargos.

El 29 de julio se llevaron a cabo una serie de redadas armadas en Londres que resultaron en el arresto de varios hombres y mujeres, y un hombre fue arrestado en Roma por la policía italiana. Dos de los arrestos en el oeste de Londres fueron televisados en vivo. Policías armados forzaron a los hombres a abandonar sus apartamentos desnudos después de haber lanzado gases lacrimógenos.

Uno de los individuos que fue arrestado en Birmingham el 27 de julio fue atacado con una pistola Taser, que emite descargas eléctricas de 50 mil voltios.

Funcionarios del gobierno han anunciado que arrestaron a quienes califican como los cuatro sospechosos principales de los ataques del 21 de julio. Según las declaraciones, tres de los cuatro son ciudadanos británicos nacidos en Etiopía y Eritrea. El cuarto es un residente legal oriundo de Somalia.

La unidad de la policía armada SO19, la cual recibe entrenamiento de la SAS (Fuerzas Especiales del ejército británico), ha encabezado estas redadas.

Fue la misma unidad que mató a Jean Charles de Menezes, un electricista de origen brasileño, en el sur de Londres. La policía lo persiguió a una estación de tren y lo acribillaron con ocho balazos, incluyendo siete tiros en la cabeza. Se ha demostrado que algunas de las declaraciones hechas inicialmente por la policía para justificar esta ejecución eran falsas. Por ejemplo, el Sunday Times de Londres informó el 31 de julio que Menezes no vestía una pesada chaqueta acolchada sino un saco de denim. El no brincó los torniquetes de entrada de la estación, sino que llevaba una tarjeta de pasajero y es posible que haya corrido porque escuchó que se aproximaba el tren.

Menezes fue enterrado el 29 de julio en Brasil. Se le ha permitido a uno de sus asesinos ir de vacaciones con su familia, según informes de la prensa.

“Este oficial debe ser regresado para demostrarle al mundo que hizo algo equivocado”, dijo Alex Pereira, uno de los primos del trabajador asesinado. Tratando de difamarlo antes de que se dé la investigación sobre la muerte, funcionarios del gobierno dijeron que se encontraba en el país con “documentos falsificados”.

Mientras tanto, el primer ministro Anthony Blair ha recibido apoyo de todos los partidos capitalistas para las nuevas leyes que amenazan los derechos políticos. El blanco de una de las medidas propuestas son publicaciones “extremas”, librerías y sitios en la Internet que se juzguen están destinados a “incitar el terrorismo”. Según otra de las propuestas, se permitirá usar en la corte información obtenida por intervenciones de llamadas telefónicas.

Blair ha brindado su apoyo a una medida que permite a la policía detener a sospechosos sin cargos por periodos más largos que los 14 días permitidos en la actualidad. La policía quiere detener a individuos por hasta tres meses, en periodos de 14 días, con la aprobación de un juez.