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   Vol. 70/No. 10           13 de marzo de 2006  
 
 
Libro para los que están en
primeras filas de lucha de clases
‘Nuestra historia’ será de especial interés
a muchos de los 2.5 millones de chino-americanos

A continuación publicamos la segunda parte de la presentación de Mary-Alice Waters dada en la apertura de un evento realizado durante la XV Feria Internacional del Libro en La Habana para presentar el nuevo libro de Pathfinder Nuestra Historia aún se está escribiendo: La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana por Armando Choy, Gustavo Chui y Moisés Sío Wong. El libro fue publicado simultáneamente en inglés bajo el título Our History is Still Being Written. Waters, quien entrevistó a los tres generales y editó el libro es la presidenta de la editorial Pathfinder. Reproducido con autorización; derechos reservados © 2006, Pathfinder Press. La primera parte de la presentación que sigue fue publicada en el Militante la semana pasada.

(Segunda de dos partes)

POR MARY-ALICE WATERS 
El rostro brutal del imperialismo norteamericano que el mundo entero puede ver en Iraq, en Guantánamo y que amenaza a Irán y a Venezuela, es el mismo rostro que enfrenta al pueblo trabajador dentro de Estados Unidos. La intensificada competencia interimperialista y las ganancias colosales que pueden obtener de la explotación de los trabajadores y agricultores, tanto dentro como fuera del país, llenan a los dueños de las minas y fábricas de más miedo y más codicia. Esto ha significado, y seguirá significando, una intensificación peligrosa del ritmo de trabajo, una negligencia absoluta hacia la vida y el bienestar físico del pueblo trabajador, y la degradación de todas las condiciones de vida.

Sin embargo, lo más importante para nosotros es que esta realidad capitalista ya está produciendo nuevos niveles de resistencia, y nuevos niveles de solidaridad, entre los trabajadores y agricultores, quienes más y más buscan respuestas para saber cómo resistir, y cómo organizarse para resistir de manera eficaz.

Todos ustedes sabrán acerca del desastre social (que no fue “natural”) que se desarrolló en Nueva Orleans después del huracán Katrina. Pero lo que no nos dicen los medios de difusión capitalistas es la forma en que los trabajadores de esta región se estrecharon las manos para ayudarse y organizarse colectivamente para enfrentar esa calamidad. Es algo que los gobernantes no pueden ver —y mucho menos entender— por su ceguera y arrogancia de clase.

De igual manera, tampoco pudieron ver más que una “treta” propagandística cuando el pueblo de Cuba brindó una mano solidaria al ofrecerse a enviar 1500 médicos y otro personal médico que habrían viajado hasta las zonas más remotas de la costa del golfo del Mississippi, con la mochila al hombro, para llevar su labor salvadora a los que más urgentemente la necesitaban: como están haciendo hoy en Pakistán, Bolivia y otros países.

Desde el primero de enero de este año —en solo cinco semanas— 18 obreros han muerto en seis incidentes distintos en las minas de carbón de Estados Unidos: desde los Apalaches del este hasta las cordilleras del oeste. La mina en la cual murió el mayor número de mineros no estaba sindicalizada. Era una mina relativamente pequeña en el estado de Virginia del Oeste cuyo dueño, una de las más grandes empresas del carbón en Estados Unidos, estaba impulsando una campaña acelerada —atizada por los crecientes precios del carbón a nivel mundial— para triplicar este año la producción: de 350 mil toneladas en 2005 hasta 900 mil toneladas en 2006. Pocos días después de que los fallecidos fueran enterrados por sus familiares y amigos en estado de luto, el jefe ejecutivo de la compañía anunció fríamente que sus muertes no los harán modificar sus metas de producción.

Bajo esas condiciones, como llegan a entender inevitablemente más y más mineros, hay una sola forma de impedir que aumente el saldo de vidas y cuerpos: organizarse incorporándose al sindicato minero y usar la fuerza sindical para imponer las medidas necesarias de protección. Los patrones no pueden hacer nada para detener lo que llegarán a ser luchas cada vez más agudas para forjar los sindicatos, en las minas y en otras industrias.

Esa clase de cambios en la mentalidad del pueblo trabajador en Estados Unidos se empieza a acelerar al mismo tiempo que vemos la resistencia cada vez más tenaz de los trabajadores y campesinos quienes son objeto de la opresión imperialista a nivel mundial: desde el altiplano de Bolivia hasta las calles, las fábricas y los campos de Asia, Africa y el Medio Oriente, hasta los suburbios de París.

Lectura es un arma de resistencia

Quisiera concluir con unas palabras sobre Antonio, Fernando, Gerardo, Ramón y René: nuestros cinco hermanos que hoy día se encuentran en las líneas delanteras de esta lucha de clases dentro de Estados Unidos, aunque no sea por elección propia y a pesar de nuestros esfuerzos colectivos para lograr su libertad.2

Como sabrán muchos de ustedes por su propia vida de lucha revolucionaria, las cárceles de los amos capitalistas son lugares por los cuales pasan muchos jóvenes trabajadores conscientes, atrapados por condiciones de vida que no pueden escapar. En Estados Unidos no hay mejor ejemplo de esto que el gran dirigente revolucionario Malcolm X.

En Estados Unidos, que tiene la segunda población carcelaria más grande del mundo por cabeza —solo en Rusia es mayor—, uno de cada cuatro jóvenes que son negros se encuentra o en la cárcel, o bajo libertad condicional, o acaba de ser puesto en libertad. Para los comunistas, las prisiones no son terreno desconocido, y por muchas décadas los libros publicados por Pathfinder se han ganado allí lectores ávidos.3 Tenemos un fondo especial, con muchos suscriptores, mediante el cual los presos pueden obtener libros a la mitad del precio normal de portada.

Entre los muros donde están encerrados, nuestros cinco compañeros continúan su trabajo como revolucionarios cubanos. Es una fuente de fortaleza que nos afecta a todos. A menudo Pathfinder recibe cartas de alguno de los compañeros preguntando si sería posible recibir uno u otro libro que desean leer y compartir con compañeros de celda que aguardan su turno con impaciencia. Entre los solicitados y leídos más recientemente están La cuestión judía por Abram Leon, un joven combatiente judío de la resistencia, un marxista, que murió a manos de la Gestapo durante la Segunda Guerra Mundial; El capital de Carlos Marx, Qué lejos hemos llegado los esclavos, con discursos de Nelson Mandela y Fidel sobre Angola y Sudáfrica; y Marx y Engels sobre Estados Unidos.

Como dijo René en una de sus cartas recientes: “La lectura es una de las armas de resistencia a las que más hemos recurrido aquí, y los libros de Pathfinder han sido una bendición para nosotros, ¡aunque sea una bendición materialista dialéctica!” (si excusan la contradicción).

Les puedo informar que Nuestra historia aún se está escribiendo, tanto en inglés como en español, es una de estas bendiciones que ya están en sus manos. Cuando yo salía para La Habana, recibimos la confirmación tanto de Gerardo como de René que ya se estaba leyendo y compartiendo.

Interés especial para chinos

Un comentario final: Vamos a buscar activamente un público amplio para este nuevo libro entre trabajadores, agricultores y jóvenes en Estados Unidos de todas las procedencias. Pero habrá un interés especial entre los dos millones y medio de inmigrantes chinos y chino-americanos en Estados Unidos. ¡Sí, son 2.5 millones! desde obreros de la costura hasta cientos de miles de estudiantes en escuelas por todo el país. Y esa es una cifra oficial del gobierno que incluye al número de chinos indocumentados que no se han contado.

Este libro no solo ayudará a sacar a luz un capítulo oculto de la historia de Nuestra América. Ayudará a que los chinos en Estados Unidos que lo lean conozcan la verdad sobre la Revolución Cubana y, más ampliamente, a que aprendan acerca de la política obrera revolucionaria. La tarea de difundir y discutir este libro con ellos en inglés, español y tal vez algún día cercano también en chino, ¡será una tarea que los jóvenes socialistas asumirán con alegría!

Es por todas estas razones que Pathfinder ha publicado este libro.


2. En junio de 2001 Fernando González, René González, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández y Ramón Labañino fueron declarados culpables en un tribunal federal de Estados Unidos de cargos fabricados de “conspiración para operar como un agente extranjero no registrado”; Guerrero, Hernández y Labañino fueron además declarados culpables de “conspirar para cometer asesinatos”. Actualmente estan sirviendo sentencias que van de los 15 años hasta dos periodos de vida, más 15 años. En agosto de 2005 un jurado de tres miembros del tribunal federal de apelaciones en Atlanta revocó las sentencias y castigos, y ordenó que se lleve a cabo un juevo juicio en un lugar distinto. El 14 de febrero fiscales federales exhortaron ante el jurado completo de 12 jueces del tribunal de apelaciones a que reviertan la decisión de agosto y que rechazen el pedido de nuevos juicios de los demandados. Todos los cinco cubanos aún permanecen en prisión.

3. Uno de los mejores libros de Pathfinder, Letters from Prison (Cartas desde la prisión) de James P. Cannon, un dirigente fundador del comunismo en norteamerica, fue escrito en prisión, cuando Cannon cumplía su condena bajo cargos federales fabricados que brotaron de los esfuerzos del Partido Socialista de los Trabajadores para movilizar la oposición obrera a la participación de Washington en la segunda guerra mundial imperialista. —M.A.W.
 
 
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