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   Vol. 70/No. 16           24 de abril de 2006  
 
 
2 millones por los derechos de inmigrantes
500 mil en capital
(portada, principal)
 
POR SAM MANUEL  
WASHINGTON—Más de medio millón de personas se concentraron aquí el 10 de abril en lo que constituyó la manifestación más grande del Día Nacional de Acción por la Justicia para los Inmigrantes. La enorme multitud incluía a columnas de trabajadores de hoteles y restaurantes, constructores, parqueadores y muchas otras personas que abandonaron el trabajo temprano o se tomaron el día libre.

Las protestas, que se dieron en más de 100 ciudades, fueron convocadas por la Coalición Inmigratoria Nacional de la Capital, que agrupa a sindicatos, organizaciones pro derechos de inmigrantes, iglesias y grupos estudiantiles.

La concentración en Washington se dio un día después de una protesta enorme en Dallas, que según la policía aglutinó entre 350 mil y 500 mil personas. Ese día las manifestaciones más grandes congregaron a 50 mil en San Diego; 30 mil en St. Paul, Minnesota, y Fort Worth, Texas; y 25 mil en Salt Lake City.

Al día siguiente, además de Washington, se dieron protestas grandes en muchas ciudades: 125 mil en Nueva York; 100 mil en Phoenix; 75 mil en Ft. Myers, Florida; 50 mil en Atlanta y Houston, y entre 10 mil y 20 mil en otras 13 ciudades. En total se movilizaron casi 2 millones de personas a nivel nacional.

La gran mayoría de los manifestantes en Washington eran oriundos de América Latina. Pero muchos otros eran inmigrantes de Asia, Africa y el Caribe.

Muchos llevaban carteles en contra de la HR 4437, un proyecto de ley propuesto por el congresista republicano James Sensenbrenner y aprobado por la Cámara de Representantes. De promulgarse, la ley convertiría en delito grave el estar en Estados Unidos sin tener los documentos requeridos, y el ayudar a inmigrantes indocumentados.

En sus cánticos y carteles, los manifestantes reclamaron sus derechos: “¡Amnistía ya!” rezaban muchas pancartas. Muchos coreaban “¡Sí se puede!”, “¡Bush escucha, inmigrantes en la lucha!” y “Hoy marchamos, mañana votamos”.

La manifestación también adquirió el carácter de un paro laboral. Cientos de miles de trabajadores se ausentaron de sus empleos, en muchos casos instados por su sindicato a parar labores por un día y sumarse a la protesta. Un artículo en el Washington Post fechado el 8 de abril describió cómo organizadores del sindicato de la construcción LIUNA promovieron la manifestación visitando centros de trabajo en esta región.

“¿Vamos el lunes, muchachos?” preguntó el organizador Miguel Caballo mientras repartía volantes a trabajadores en obras de construcción cerca del aeropuerto Dulles, informó el Post.

“Yo sí tengo papeles”, dijo Walter Salazar, un miembro del sindicato que aceptó el volante que le dio Caballo. “Pero voy a apoyar a los que no tienen”.

“Seas residente, ciudadano o indocumentado, todos tenemos que oponernos a estas propuestas”, dijo al Militante Ernesto Rivera, delegado del Local 99 del sindicato de ingenieros operadores. “Una vez que criminalicen o impongan ciertas condiciones a un determinado grupo de trabajadores, le harán lo mismo a todo el mundo”.

“Los latinos están tomando la delantera, pero nosotros no nos quedamos atrás”, dijo Jian Li, quien emigró de China con sus padres en 1990.

En el mitin hablaron funcionarios de los sindicatos de servicios SEIU y de la industria alimenticia UFCW, así como John Sweeny, presidente de la central sindical AFL-CIO.

También habló el senador demócrata Edward Kennedy, patrocinador de otro proyecto de “reforma inmigratoria” junto con el republicano John McCain. La propuesta McCain-Kennedy exigiría que los trabajadores indocumentados pagaran unas fuertes cuotas para formar parte de una reserva de “trabajadores huésped”. Además tendrían que mantener sus empleos por seis años —poniéndolos a la merced de su patrón— tras lo cual podrían solicitar la residencia permanente.

“Hay algunos que nos dirían que ustedes son mi enemigo”, dijo al público Gerry Hudson, vicepresidente del SEIU. “Dicen que los trabajadores inmigrantes les quitan trabajos a los negros. Pero recuerdo que hace 400 años, mis antepasados fueron traídos aquí a la fuerza para hacer trabajo que nadie más quería hacer”, dijo Hudson ante los aplausos de los manifestantes.

Grupos de afroamericanos asistieron a la protesta para solidarizarse con sus compañeros de trabajo, vecinos y compañeros de clase.

“Aquí hay muchos estudiantes de nuestra escuela”, dijo Keisha Adams, alumna de la escuela secundaria Cardozo.
 
 
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