Según cálculos de la policía unas 400 mil personas participaron en la marcha, mientras que los organizadores estiman que unas 750 mil personas participaron. Miles portaban carteles hechos a mano diciendo, No somos criminales, Amnistía para todos y Alto a las redadas.
Muchos establecimientos cerraron en apoyo al boicot, otros también cerraron o redujeron las horas de trabajo para permitir que sus empleados participaran en la marcha.
Por ejemplo, en la Stampede Meat en Bridgeview, un suburbio de Chicago, 300 trabajadores firmaron para pedir permiso a la gerencia para faltar el 1 de mayo. Los patrones inicialmente se rehusaron. Pero al final tuvieron que circular una nota diciendo que nadie sería despedido si faltaban al trabajo. Fueron tantos los que faltaron que la compañía tuvo que parar varias de las líneas de producción.
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