El nuevo proyecto de ley de seguridad en las minas aprobado recientemente por el Senado estadounidense, y cualquier otra ley, aunque sean versiones mejoradas de legislaciones que podrían ponerse en efecto, no significan nada para los trabajadores. No detendrá el incremento en el número de muertes en las minas. A menos que un movimiento obrero luche para sindicalizar las minas, poniendo en manos de los mineros mismos la capacidad de decidir todas las cuestiones de seguridad en el trabajo. A menos que los mineros obtengan la única herramienta eficaz para hacer que se cumplan las reglas de seguridad: un local del sindicato minero UMWA en cada mina.
Señalamos lo mismo en el editorial de la semana pasada. Solamente se ha hecho más urgente, cuando políticos capitalistas apuntan con sus dedos una vez más como lo hacen después de cada desastre, hasta que desaparece de los encabezados, prometiendo mejores reglamentos. Su propósito es desorientar al pueblo trabajador. Depende de las agencias reguladoras federales y estatales, nos dicen, y ve a las urnas en noviembre, en vez de depender del poder colectivo y la organización de los trabajadores.
Ya hay suficientes leyes y reglamentos en los libros.
Compañías como el Internacional Coal Group o Kentucky Darby LLC las violan todo el tiempo, recibiendo por hacerlo solo un tirón de orejas de agencias gubernamentales como la Administración para la Seguridad y la Salud en las Minas (MSHA), o les imponen multas tan pequeñas que ni se preocupan de pagar.
Con un comité de seguridad del UMWA en cada mina, los mineros del carbón pueden utilizar el poder sindical para abandonar el trabajo si los techos de las minas no están debidamente entibados, si los niveles de polvillo de carbón explosivos son elevados o se han acumulado gases altamente combustibles, o si no se reparan equipos defectuosos. Pueden parar la producción si los supervisores insisten en que se pasen por alto los mecanismos de seguridad en la maquinaria minera, como detectores que señalan los altos niveles de gas metano, o el uso de materiales menos fiables para bloquear porciones de la mina que no están en uso. Pueden organizarse para inspeccionar sus propios equipos de seguridad y asegurarse que funcionen adecuadamente, y asegurarse que haya reservas adecuadas de oxigeno que sean fácilmente accesibles en las minas subterráneas, antes de empezar a cortar carbón.
Como dijo el editorial de la semana pasada, Si se les deja llevarse por su codicia, los patrones del carbón jamás van a adoptar tales medidas. Al hallarse los precios del carbón a niveles record, ellos están estirando la semana laboral, acelerando la producción y recortando costos. Las partes del cuerpo, los pulmones y las vidas de los trabajadores les importa un comino. Y esto es aplicable a la mayoría de los patrones y es cierto por todo el mundo, subrayando lo que está en juego para todo el movimiento obrero.
Muchos trabajadores saben que los consejos de los patrones y los políticos capitalistas sobre la inseguridad inherente en la industria minera y otros trabajos industriales son mentiras que les sirven a ellos solamente. Actuemos en base de que ningún minero, o ningún otro trabajador, tiene que morir. ¡Apoye todas las luchas de los mineros para sindicalizarse!
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