POR MICHAEL ITALIE  
18 de julio—El gobierno israelí ha lanzado, por quinta vez en 30 años, un asalto masivo contra el pueblo de Líbano, su vecino del norte. Durante la primera semana del ataque, iniciado el 12 de julio, las fuerzas israelíes causaron 230 muertes, informó hoy la agencia France-Presse.

Las fuerzas de Tel Aviv han bombardeado el aeropuerto de Beirut, realizado un bloqueo naval total y destruido cientos de carreteras y puentes bajo el pretexto de obligar al grupo libanés Hezbolá a poner en libertad a dos soldados capturados. Unidades terrestres israelíes incursionaron en el sur de Líbano el 17 de julio y una vez más el día de hoy.

El gabinete de seguridad israelí insistió que no habrá limite de tiempo en su ofensiva y confirmó sus objetivos de remover a las fuerza de Hezbolá de la frontera.

Los gobernantes israelíes, con luz verde de Washington, están aprovechando la “guerra al terrorismo” dirigida por Washington en el Medio Oriente para impulsar su objetivo de derrotar la oposición armada en la región.

“Queremos poner a Hezbolá fuera de combate. Queremos obligar al gobierno libanés a que asuma responsabilidad y despliegue su ejército a lo largo de la frontera y desmantele a Hezbolá”, dijo el general de brigada Ido Nehushtan del estado mayor israelí, según el New York Times del 14 de julio.

Al mismo tiempo, y sin pausa, Tel Aviv continúa su asalto iniciado hace tres semanas en la Franja de Gaza, donde ha dejado muertos a unos 95 palestinos, según el director del Grupo de Supervisión de los Derechos Humanos Palestinos. El 14 de julio un helicóptero israelí disparó un misil en el norte de Gaza contra las oficinas de los legisladores de Hamas, el partido en el gobierno de la Autoridad Palestina, según el diario libanés Daily Star. La artillería y unidades navales continúan castigando el territorio palestino con el declarado objetivo de liberar a un soldado israelí capturado el 25 de junio por grupos armados palestinos dentro de Israel, cerca de la frontera con Gaza.

Las organizaciones palestinas y Hezbolá dicen que solo devolverán los soldados israelíes a cambio de la excarcelación de 8 mil palestinos prisioneros de Tel Aviv. El gobierno israelí dice que se niega a negociar.

Así como Tel Aviv ha asesinado a muchos de los altos dirigentes de Hamas en los últimos dos años, ahora ha tomado como blanco a los funcionarios de Hezbolá y sus partidarios en el sur de Líbano y en las zonas predominantemente chiítas del sur de Beirut.

“Los informes indican que ahora hay medio millón de refugiados como resultado de los bombardeos israelíes en el sur, así como en las zonas residenciales del sur de Beirut”, dijo al Militante Bashar Abu-Sayfan, un refugiado palestino en Beirut, en una entrevista telefónica el 17 de julio. “Lo que da ánimo es que cerca de 200 mil personas han sido albergadas en escuelas, iglesias y monasterios de las zonas cristianas. Es un ejemplo de solidaridad humana”.  
 
El asalto israelí
En la mañana del 13 de julio Tel Aviv desató fuego de artillería y bombardeos aéreos y navales contra unos 40 sitios en el sur de Líbano. Fue la primera acción militar del gobierno israelí en el interior de Líbano desde su retirada del país en 2000, tras dos décadas de ocupación. Tel Aviv dijo que el ataque era una respuesta al lanzamiento de misiles por las fuerzas de Hezbolá ese mismo día contra patrullas blindadas del lado israelí de la frontera. El ejército israelí dijo que, de los siete soldados en los dos jeeps, tres murieron, dos fueron heridos y otros dos capturados.

Seguidamente los aviones israelíes dispararon misiles contra el aeropuerto internacional Rafik Hariri en Beirut, y cerca de la frontera entre Libia y Siria, amenazando con ampliar la guerra más allá de Líbano. Las fuerzas israelíes han impuesto un bloqueo por tierra, mar y aire, que ha hecho difícil poder escapar el bombardeo israelí. El 15 de julio el ejército israelí comenzó a atacar los puertos de Beirut y Trípoli, informó Reuters.

Desde que comenzó el asalto israelí, Hezbolá supuestamente ha lanzado unos mil misiles contra Israel, una pequeña parte de lo que se calcula que tiene. El 14 de julio un misil de Hezbolá hizo impacto en un buque de guerra israelí a 15 millas de la costa de Líbano.  
 
Hezbolá aislado
Los gobernantes israelíes han enfrentado poca oposición a nivel mundial por su ofensiva militar. El representante de Washington ante la ONU vetó una resolución que pedía que Tel Aviv cesara su ataque en Gaza. En referencia a la invasión de Líbano, “La mejor forma de detener la violencia es que Hezbolá deponga las armas”, dijo el presidente George Bush a la prensa el 15 de julio, mientras asistía a una reunión del Grupo de los 8 en Rusia. “Llamo a Siria a que ejerza su influencia sobre Hezbolá”.

Un comunicado conjunto en la cumbre de los 8, conformada por los estados imperialistas de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, así como Moscú, siguió la línea de Washington. “La crisis inmediata es el resultado de las acciones de las fuerzas extremistas de la región”, decía la declaración. Sin exigir el fin del ataque contra Líbano, llamaba a Tel Aviv a que “actúe con la mayor precaución”.

Muchos gobiernos del Medio Oriente han condenado la invasión israelí y el ataque en la Franja de Gaza. Sin embargo, los representantes de varios gobiernos en los países de mayoría árabe también declararon que las acciones de Hezbolá eran una de las causas del conflicto actual.

En un comunicado emitido por el rey Abdula de Jordania y el presidente Hosni Mubarak de Egipto el 14 de julio, advirtieron del peligro de que “la región sea arrastrada a un ‘aventurismo’ que no sirve los intereses árabes”.

Por otro lado, la cancillería de Cuba emitió una declaración el 14 de julio condenando la “agresión militar israelí” y exigiendo que Tel Aviv “ponga fin de inmediato a tales actos de barbarie”.

Hezbolá es un partido capitalista que ocupa dos escaños en el gabinete libanés. Aboga por una “República Islámica” y ha ganado mucho apoyo en Líbano por su papel importante en la resistencia a la ocupación israelí. Tanto el gobierno de Irán como el de Siria apoyan al grupo. La posición de Hezbolá en el país se ha debilitado durante el ultimo año tras la retirada de 14 mil efectivos sirios bajo la presión imperialista sobre Damasco, así como una serie de manifestaciones masivas realizadas en Líbano el año pasado para condenar la intervención en el país del gobierno sirio en las últimas décadas.
 
 
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