Las últimas manifestaciones por los derechos de los inmigrantes se basan en el éxito de las enormes movilizaciones sin precedentes que se realizaron hace unos meses, cuando millones afirmaron, ¡Somos trabajadores, no criminales! En las jornadas del Primero de Mayo participaron 2 millones de trabajadores, en lo que fue la primera huelga general política a nivel nacional. Este movimiento proletario está sentando un ejemplo para todos los trabajadores: ejemplo de solidaridad, organización y lucha.
Elvira Arellano, una ex limpiadora de aviones en Chicago que libra una lucha contra su deportación, no es un caso único. Ejemplifica a muchos trabajadores inmigrantes que han cobra-
do confianza, han asumido una postura combativa frente a los ataques del gobierno y de los patrones y están ganando apoyo.
Estos sucesos confirman que la ola histórica de inmigración en las últimas décadas ha fortalecido irreversiblemente a la clase obrera en Estados Unidos. Muchos trabajadores y campesinos se ven obligados a inmigrar por las aplastantes condiciones económicas en sus países, dominados por el imperialismo. Pero los inmigrantes no son víctimas sufrientes. Son trabajadores que traen sus experiencias de lucha de clases, que ayudan a ampliar las perspectivas de sus compañeros de trabajo y que se deshacen ellos mismos de prejuicios sobre los trabajadores nacidos en Estados Unidos.
La batalla por la legalización de todos los inmigrantes es vital para todo el movimiento obrero. El pueblo trabajador en su conjunto enfrenta una ofensiva patronal cada vez más brutal contra nuestros salarios, condiciones de trabajo y derechos.
El uso de la mano de obra indocumentada es un aspecto íntegro de la industria y agricultura en Estados Unidos. El objetivo de las redadas de la migra, las deportaciones y las restricciones legales contra los inmigrantes no es la de expulsar a la mayoría de los indocumentados, sino de mantenerlos como parias superexplotados para aumentar las ganancias de los capitalistas.
Debemos oponernos a todos los actuales proyectos de ley de reforma inmigratoria. Tanto la medida de la Cámara de Representantes como la del Senado reforzarían a la migra. Todas las variantes del proyecto del Senado impondrían fuertes restricciones, haciendo que los trabajadores dependan del patrón para obtener la residencia. El movimiento obrero debe adoptar una posición firme: ¡amnistía ya y residencia sin condiciones!
Algunos políticos demócratas dizque amigos del inmigrante aconsejan no usar métodos combativos que podrían causar una contrarreacción. Dichos consejos son perjudiciales. El único camino eficaz, el único cabildeo eficaz que podemos hacer los trabajadores, es de organizar movilizaciones de masas y luchas intransigentes como la de Arellano.
El capitalismo, al agravarse su crisis económica, está engendrando una polarización de clases más aguda, incluso grupos ultraderechistas como los Minutemen y los que ondean la bandera de la Confederación esclavista, quienes recientemente se enfrentaron a jornaleros inmigrantes y a sus defensores en Riverside, Nueva Jersey.
Estos grupos antiobreros deben ser enfrentados y derrotados organizando contramovilizaciones y otras actividades grandes, públicas y disciplinadas con demandas claras y firmes.
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