Vol. 71/No. 13 2 de abril de 2007
En un momento en que ponemos especial atención a la celebración de las contribuciones de la mujer a las luchas progresistas, es un honor tener aquí con nosotros a estas dos compañeras, dijo Frank Velgara, del Proyecto de Educación Popular para Liberar a los Cinco Cubanos. Velgara y Maura DeLuca, de la Juventud Socialista, fueron los moderadores del programa.
Las dirigentes de la FMC, Maritzel González y Alicia González, acababan de concluir sus labores en reuniones de la Comisión de Naciones Unidas sobre la Condición de la Mujer realizadas del 26 de febrero al 9 de marzo.
Desde el triunfo de la revolución, las mujeres cubanas han jugado un papel importante en la creación de una nueva sociedad, dijo Alicia González en sus palabras de apertura. Han avanzado a pesar de los esfuerzos de Washington para derrocar a la revolución mediante una guerra económica y ataques armados contra Cuba.
En su intervención, Maritzel González instó al público a participar en el congreso de la Federación Democrática Internacional de Mujeres en Venezuela, del 11 al 22 de abril.
Las dos dirigentes de la FMC contestaron preguntas de la audiencia que cubrieron el tema de la prostitución y la violencia doméstica, los salarios de la mujer en Cuba y su comparación a los de los hombres y el papel de la mujer en las misiones internacionalistas de Cuba.
Antes de la revolución había unas 100 mil prostitutas en La Habana, dijo Alicia González. Después de la revolución se trató a estas mujeres con compasión y se les dio adiestramiento para encontrar trabajo.
La prostitución, dijo, volvió a surgir después que el gobierno cubano expandiera el turismo para contrarrestar la crisis económica que se produjo a principios de la década de los 90 cuando los países del antiguo bloque socialista pusieron fin abruptamente a la ayuda y al comercio en términos preferenciales con Cuba.
La prostitución no es aprobada ni promovida por el estado como lo es en muchos otros países, añadió. También señaló que las prostitutas no son penalizadas bajo las leyes cubanas, que solo imponen severas sentencias a los proxenetas.
En Cuba también hay una red social muy fuerte que ayuda a prevenir la violencia doméstica, incluyendo la violencia contra la mujer, dijo. La FMC tiene 176 centros localizados en todas las municipalidades, pero estos no son refugios. Su función es ayudar y educar a las mujeres.
Hoy la mujer constituye alrededor del 46 por ciento de la fuerza laboral cubana, dijo Maritzel González. En los sectores de la salud y la educación exceden el 70 por ciento.
Tenemos muchas médicos voluntarias en misiones en Asia, Africa, el Caribe y las Américas, dijo.
Entre las primeras leyes de la revolución estuvo la de igualdad de salarios por el mismo trabajo, dijo Alicia González. Desde 1964 el acceso al aborto ha estado garantizado como derecho gratuito, a solicitud de la mujer. La única restricción es que la operación se realice en un hospital, dijo.
A la mujer cubana se le garantizan 18 semanas de licencia por maternidad con el 100 por ciento de su salario, continuó. Y hasta que el bebé cumple un año de edad tienen el derecho de quedarse en casa y recibir el 60 por ciento de su salario.
Desde el 2003, también se le permite al papá tomar esta licencia, añadió. Pero hasta ahora en todo el país solo 17 hombres se han acogido de esta nueva ley.
Esto demuestra, dijo, que en Cuba las leyes se usan también para educar, en este caso al hombre.
Ella recomendó el documental cubano Con nuestra memoria en el futuro, de Octavio Cortázar, producido en 2005, que muestra el progreso y los retos en la batalla por la igualdad de la mujer en Cuba.
Desde el triunfo de la revolución, el gobierno cubano ha invertido muchos recursos para avanzar la posición de la mujer en la sociedad, concluyó Alicia González. Hemos defendido la revolución, que es lo que nos ha permitido alcanzar lo que tenemos.
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