Vol. 71/No. 14 9 de abril de 2007
Militante/Andrea Ellis |
Panel sobre Nuestra historia aún se está escribiendo en Montreal el 17 de marzo. Desde la izq.: Yvonne Lo, organizadora del equipo de idioma chino de Radio Centre-Ville; Mary-Alice Waters, editora del libro y presidenta de Pathfinder; Janet Lumb, directora de grupo cultural Festival Accès Asie; y Armand Vaillancourt, escultor. |
El mitin fue auspiciado por el Equipo Chino de Radio Centre-Ville, Festival Accès Asie, Table de concertacion Québec-Cuba y Libros Pathfinder. Algunos participantes vinieron inmediatamente después de una manifestación para marcar el cuarto aniversario de la invasión imperialista de Iraq.
Michel Prairie le dio la bienvenida al público en nombre de Libros Pathfinder e introdujo a Sean ODonahue, quien habló brevemente del trabajo de la Table de concertation, una coalición de 13 grupos que promueven solidaridad con la Revolución Cubana.
Yvonne Lo, la organizadora del Equipo Chino de Radio Centre-Ville, seguidamente le dio la bienvenida a todos en el idioma mandarín y cantonés y le explicó al público, predominantemente de habla francesa, que el mitin estaba siendo traducido al cantonés, inglés y francés.
Janet Lumb, directora del grupo cultural Festival Accès Asie y la moderadora del mitin, abrió el evento con una breve improvisación en su saxofón alto y enfatizó que estaba contenta de estar participando en una reunión con tanta gente que lucha por la justicia, gracias a la convergencia de grupos que generalmente no trabajan juntos.
Lumb comentó que los tres generales entrevistados en Nuestra historia aún se está escribiendoMoisés Sío Wong, Gustavo Chui y Armando Choyestán entre los que han ayudado a hacer grandes cambios en el mundo y que todavía están vivos luchando.
Le extendió una bienvenida especial a Oscar Coet, el cónsul cubano en Montreal y lo invitó a decir algunas palabras. Coet expresó su aprecio por el libro y la reunión, señalando que los inmigrantes chinos, como los negros, han hecho enormes contribuciones a la cultura cubana.
Yvonne Lo dijo que al principio había estado poco dispuesta a hablar en el mitin, pero al leer la sección en el libro Chinos en Cuba reconoció que de muchas maneras la historia de ellos es similar a la de los inmigrantes chinos en Canadá. Dijo que le impresionaron las acciones de los tres generales cuando eran jóvenes en el movimiento estudiantil y después en la revolución.
Sam Noumoff, ex director del Centro para el desarrollo de areas de estudios en la Universidad McGill, felicitó a la Editorial Pathfinder por su buen juicio político y tremenda contribución al publicar este libro. Noumoff habló sobre las relaciones comerciales y culturales realizadas entre Cuba y China y mencionó algunos de los otros materiales que se están publicando sobre los trabajadores de servidumbre chinos en Cuba.
Armand Vaillancourt, un escultor de Quebec muy conocido quien trajo con él algunas de sus pancartas para ayudar a decorar el salón, le hizo homenaje al pueblo cubano que es una fuerza poderosa en el mundo hoy. También donó varias copias de su libro Armand Vaillancourt: Mass Sculpture, para ser vendidos y ayudar a pagar los costos del evento.
Mary-Alice Waters, editora de Nuestra historia aún se está escribiendo y presidenta de Pathfinder, empezó sus comentarios extendiendo saludos personales de parte de los tres generales, especialmente de Armando Choy, quien esperaba estar con nosotros esta noche. Las responsabilidades de Choy en el puerto de la Habana le impidieron venir al último momento, explicó Waters.
La Revolución Cubana en la que Chui, Choy y Sío Wong lucharon cuando jóvenes, dijo Waters, fue parte de la gran ola de luchas de liberación nacional que se extendieron por Asia, Africa y América en los años durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
Los trabajadores, campesinos y jóvenes que derrocaron la dictadura de Batista en Cuba en 1959 no empezaron con la idea de hacer una revolución socialista, dijo Waters. Sólo querían una sociedad con más igualdad social. Lucharon por una reforma agraria, para erradicar el analfabetismo, extirpar la discriminación racista institucionalizada, proveer empleo para todos, incluso a las mujeres. Y cuando su trayectoria chocó con los intereses económicos del imperialismo estadounidense, simplemente se rehusaron a retroceder. Así fue como nació la primera revolución socialista en nuestro hemisferio. Y en el proceso de transformar la sociedad cubana, se transformaron a sí mismos.
Waters describió el amplio interés generado por Nuestra historia aún se está escribiendo. La mayoría de las personas se sorprenden al conocer sobre la magnitud de la inmigración china a Cuba y su peso en la historia cubana. Y quieren aprender cómo el pueblo cubano ha impulsado la lucha contra el racismo, dijo.
Como Moisés Sío Wong lo explica tan enfáticamente, dijo Waters, la medida más grande tomada contra la discriminación fue la revolución misma. La comunidad china en Cuba es diferente a la de Perú, Brasil, Argentina o Canadá, enfatizó. Y la diferencia es el triunfo de una revolución socialista.
Después de un animado periodo de discusión, los participantes se quedaron para hablar con los panelistas y ver las exhibiciones de fotos y reseñas, algunos de las cuales habían sido traducidas al francés por primera vez. Muchos firmaron una petición circulada por Table de concertation que exige la libertad de los cinco internacionalistas cubanos encarcelados en prisiones estadounidenses por su labor en defensa de Cuba.
Los participantes compraron más de 20 libros de la mesa de Pathfinder. Además de nueve copias de Nuestra historia aún se está escribiendo, otros de los títulos fueron La Primera y Segunda Declaración de la Habana, y Nouvelle Internationale no. 7, la edición en francés de la revista Nueva Internacional, que destaca en ese número el artículo Ha comenzado el invierno largo y caliente del capitalismo por Jack Barnes.
Artículo relacionado:
Cuba: cómo control obrero llevó a nacionalizaciones en los 60
Portada (este número) |
Página inicial |
Página inicial en versión de texto