Vol. 71/No. 17 30 de abril de 2007
En vez de enjuiciar a residentes de Estados Unidos por ver a Cuba con sus propios ojos, Washington debería eliminar su criminal prohibición de viajes y poner fin a su guerra económica contra la nación caribeña.
Los funcionarios estadounidenses reclaman que han mantenido el embargo porque Cuba es una dictadura y que quieren fomentar la democracia. Esto es una mentira. Antes de 1959, Washington respaldó a una tiranía que torturaba y asesinaba a trabajadores, campesinos y estudiantes mientras ayudaba a negociantes estadounidenses a saquear la riqueza de Cuba. Eso se acabó cuando millones de cubanos, encabezados por el Ejército Rebelde y el Movimiento 26 de Julio, derrocaron la dictadura y establecieron un gobierno de trabajadores y campesinos, abriendo las puertas a la primera revolución socialista en América.
Washington empezó su guerra política y económica contra Cuba después de que el gobierno revolucionario entregara tierras a los campesinos, limitando los intereses de los terratenientes norteamericanos y cubanos. Pero el pueblo cubano y su dirección revolucionaria no se dejaron intimidar. Los trabajadores y campesinos eliminaron el analfabetismo en un año. Tomaron control de la industria y los bancos, administrándolos para satisfacer las necesidades de la mayoría, no para favorecer las ganancias de unos pocos. Avanzaron más que cualquier otro país en eliminar la discriminación racial e integrar a la mujer en la fuerza laboral y en todas las esferas de la vida social. Ha dado ayuda a las luchas por liberación nacional por todo el mundo y actualmente hay miles de voluntarios cubanos sirviendo como médicos, maestros y especialistas agrícolas en Africa, América Latina y Asia. En Cuba, los trabajadores y campesinos deciden sus asuntos económicos, sociales y políticos, no unos cuantos parásitos multimillonarios.
Para Wall Street, esto es una dictadura. Para los trabajadores cubanos, esto es libertad. Y para millones alrededor del mundo, la Revolución Cubana es un ejemplo que quieren emular. ¡Un ejemplo peligroso, ante los ojos del capital estadounidense!
Esta es la razón por que la guerra fría de Washington contra Cuba ha sido ininterrumpida por 47 años, tanto bajo administraciones demócratas como republicanas.
Las restricciones de viaje no solo son un intento de estrangular al pueblo cubano. También son un ataque contra los derechos de quienes residen en Estados Unidos. Washington debe eliminar la prohibición de viajes y todas las restricciones comerciales y normalizar las relaciones con Cuba.
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