Vol. 71/No. 22 4 de junio de 2007
La ley incluye la adición de miles de policías fronterizos y la construcción de nuevas prisiones. Los trabajadores pagarían multas de extorsión, y permanecerían esperando por años, dependiendo en los patrones para recibir su estatus legal. Se restringiría la reunificación de familias. El plan de “trabajadores huésped” le aseguraría a los patrones una fuente estable de trabajadores bajo salarios mínimos, negándoles sus beneficios, y despojados de derechos y movilidad.
La medida esta diseñada a aumentar la competencia por trabajos, reducir los salarios para todos, y promover el argumento falso que son los inmigrantes, y no los capitalistas y su sistema de ganancias, los responsables del desempleo y el deterioro en los niveles de vida.
La ley establecería una tarjeta de identificación nacional con una base de datos que incluiría fotos, huellas digitales y otra información de todos los nuevos empleados. Los patrones y su policía política eventualmente usarán esa información para victimizar a trabajadores militantes.
La única manera eficaz de responder a esta táctica de divide y conquista es demandando la inmediata residencia permanente para todos los inmigrantes indocumentados, sin condiciones, y un alto a las redadas de inmigración y deportaciones. El movimiento obrero debe apoyar estas demandas y organizar a todos los trabajadores en sindicatos independientemente de su estatus legal.
La integración de millones de inmigrantes al proletariado permanente de Estados unidos ha contribuido a que surja una vanguardia política de masas de la clase trabajadora. Esta vanguardia esta resistiendo los ataques de los patrones y su gobierno, adquiriendo confianza y experiencia a medida que combina las luchas por demandas sindicales con luchas políticas más amplias. Esto se está desarrollando a pesar de los reveses y empates en luchas que los sindicatos y la clase trabajadora en su totalidad continúan sufriendo.
Este tipo de resistencia es lo que está detrás de la crisis de los gobernantes norteamericanos al proponer una reforma migratoria. Les fue mucho más fácil en los años 90 ponerse de acuerdo en “terminar el welfare tal y como lo conocemos”, que diseñar ahora una ley migratoria bipartidista que puedan aprobar. Este es un problema más intratable para Washington que cuestiones de política externa como la guerra en Iraq, para lo que cuentan con más opciones para maniobrar y redesplazarse. Los millones de trabajadores nacidos en el exterior que ya son parte de la clase trabajadora en Estados Unidos, y el flujo constante a través de la frontera son un aspecto permanente de la lucha de clases en Estados Unidos. No importa lo que hagan los capitalistas, estos trabajadores son atraídos más hacia la política.
Esta batalla es vital para todos los trabajadores. Unámonos a aquellos que están confrontando a los esbirros de la policía para demandar: ¡Legalización incondicional para todos ya! ¡Alto a las redadas y deportaciones! ¡Juicio para los policías por sus ataques!
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