Vol. 72/No. 10 10 de marzo de 2008
Aunque declara que Kosova es un estado independiente y soberano, la legislatura nacional aceptó la presencia de la Unión Europea para garantizar el imperio de la ley. Además, la declaración no presenta fecha límite para el retiro de las tropas extranjeras o los administradores de la UE.
Washington y la mayoría de los países de la UE rápidamente reconocieron la independencia de Kosova, mientras que los gobiernos de España, Grecia y Chipre, así como los de Serbia y Rusia se opusieron a la maniobra.
El 90 por ciento de los habitantes de Kosova, antiguamente una provincia de Yugoslavia, son albaneses. Con la revolución socialista en los años 40, ganaron el reconocimiento de su lengua y derechos culturales. En 1974, se les concedió autonomía regional.
Pero, con la caída de los regímenes estalinistas en Europa Oriental y la Unión Soviética, Yugoslavia fue dividida en varias repúblicas. Kosova quedó como una región bajo el control del gobierno serbio. En 1989 el líder serbio Slobodan Milosevic revocó la autonomía de Kosova y en 1999 lanzó una campaña de limpieza étnica que resultó en la muerte de 12 mil personas. Después de fomentar la violencia étnica en Yugoslavia, Washington y las potencias imperialistas europeas intervinieron. En 1999 la OTAN bombardeó Belgrado, la capital de Serbia, por 78 días sin parar. Las fuerzas de la OTAN continúan ocupando Kosova hasta hoy en día.
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