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Vol. 72/No. 24      16 de junio de 2008

 
Washington escala guerra en
zona fronteriza de Pakistán
(portada)
 
POR SAM MANUEL  
Si se confirma su nombramiento como jefe del Comando Central (Centcom) del Pentágono, su prioridad será derrotar a las milicias de al-Qaeda y del Talibán en la región fronteriza entre Pakistán y Afganistán, dijo el general David Petraeus.

Funcionarios norteamericanos y de la OTAN han criticado las conversaciones que ha sostenido el gobierno pakistaní con las milicias para firmar acuerdos de “paz”. Sin embargo, durante la audiencia en el Senado para confirmarlo, Petraeus indicó que las negociaciones podrían ser una oportunidad para aplicar lecciones sobre contrainsurgencia aprendidas en la guerra contra al-Qaeda en Iraq.

El ejército norteamericano continúa ampliando sus operaciones militares contra las milicias en Pakistán. Aviones militares y teledirigidos (drones) estadounidenses violan rutinariamente el espacio aéreo pakistaní. Estas acciones recientemente forzaron al ejercitó pakistaní a presentar una queja formal a los comandos estadounidense y de la OTAN en Afganistán.

Actualmente Petraeus comanda las fuerzas de Washington en Iraq. Su adjunto, el teniente general Raymond Odierno, ha sido nombrado al puesto de Petraeus. Las promociones de ambos integrarían los dos frentes principales en la “guerra global contra el terrorismo” —Iraq y Afganistán— con el fin de estabilizar la situación militar en Afganistán mediante un escalonamiento de las operaciones de contrainsurgencia en la frontera con Pakistán.  
 
Iraq y Afganistán
Al comparecer ante el Comité de Servicios Armados del Senado el 22 de mayo, Petraeus dijo que uno de los primeros viajes que hará como comandante del Centcom sería a Pakistán para reunirse con el comandante de las fuerzas armadas, el general Ashfaq Kayani.

Petraeus dijo que hay que brindar más ayuda al nuevo gobierno pakistaní, que aún está desarrollando su estrategia de contrainsurgencia. El general dijo que el ejercito estadounidense tiene mucho que ofrecer al respecto.

El secretario de defensa norteamericano Robert Gates presentó un criterio parecido en una conferencia de prensa en una base aérea de Guam el 30 de mayo. Según la agencia noticiosa Bloomberg, Gates dijo que el gobierno pakistaní se encontraba en “transición” y necesitaba más tiempo antes de tomar medidas fuertes contra las milicias de al-Qaeda y del Talibán.

Gates dijo esto el día después que el jefe de las fuerzas norteamericanas en Afganistán criticara a Islamabad por no hacer lo necesario para eliminar las bases del Taliban y de al-Qaeda en Pakistán, las cuales se usan para organizar ataques contra fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán.  
 
‘Conversaciones de paz’
Horas antes de que Islamabad firmara un acuerdo con las milicias apoyadas por el Talibán en la Provincia Fronteriza del Noroeste, el vicesecretario de estado norteamericano John Negroponte advirtió que no lo hicieran, diciendo que podría resultar en más ataques en Pakistán, Afganistán u otras partes del mundo. Le pidió al gobierno paquistaní que arrestara al dirigente apoyado por al-Qaeda, Baitullah Mehsud, con quien Islamabad también está tratando de negociar un acuerdo en la región de Waziristan del Sur.

Bajo el acuerdo, el ejercito pakistaní se retiraría gradualmente de Swat, un área en la que el ejército sufrió bajas substanciales el año pasado en combates contra aliados del Taliban. Un grupo llamado Taliban en Swat prometió no atacar al ejército y sumarse al mantenimiento de la ley y el orden. Se aplicaría en el área la ley Sharia, pero se permitirá que operen las escuelas para niñas que habían sido cerradas por los partidarios del Taliban así como un programa de vacunas contra polio de UNICEF.  
 
Ataques aéreos de EE.UU.
El ejército pakistaní dijo el 16 de mayo que unas 14 personas murieron a causa de misiles disparados de aviones teledirigidos tipo Predator que cayeron en una casa de huéspedes en la aldea de Damadola.

Según NBC News, funcionarios norteamericanos y pakistaníes dijeron que entre los muertos se encontraba un objetivo “muy valioso”. Representantes locales del Taliban dijeron que los ocupantes de la casa de huéspedes estaban asistiendo a una boda.

El ejército pakistaní dijo que cree que el ataque fue lanzado por tropas dirigidas por Estados Unidos en Afganistán.  
 
Inestabilidad en Pakistán
Washington acogió las elecciones parlamentarias celebradas en Pakistán en febrero y que resultaron en una nueva coalición gobernante encabezada por el partido de la ex primer ministra Benazir Bhutto, el Partido Popular de Pakistán (PPP). Bhutto fue asesinada en diciembre mientras hacia campaña en Rawalpindi.

En noviembre, el presidente pakistaní Pervez Musharraf impuso un estado de emergencia y purgó a la Corte Suprema para bloquear retos legales a su reelección el mes anterior. El aislamiento político de Musharraf lo convirtió en un liado ineficaz de Washington en la lucha contra al-Qaeda y el Taliban.

Nawaz Sharif, quien encabeza la Liga Musulmana-N de Pakistán, el segundo partido más grande en el nuevo parlamento, está presionando para que se remueva a Musharraf y para que sea juzgado por traición. Sharif, un ex primer ministro, fue expulsado del gobierno en 1999 por el ejército bajo el mando del entonces general Musharraf.

Farzana Raja, vocera del PPP dijo que no han habido “discusiones específicas” con Sharif para enjuiciar a Musharraf. Dijo que el PPP quería evitar una confrontación con el presidente y más bien se están enfocando en un paquete de enmiendas constitucionales que dejarían a Musharraf sin poder para disolver el parlamento o nombrar a altos funcionarios.

Pero el nuevo gobierno tiene sus propias grietas faccionales. El PML-N se retiró del gabinete el 13 de mayo para protestar el retraso en el retorno a sus puestos a los jueces que fueron despedidos en noviembre. Sharif dijo que de hoy en adelante el partido decidirá si apoya al gobierno en cada asunto de manera individual.  
 
 
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