Vol. 72/No. 45 17 de noviembre de 2008
El evento, La crisis del capitalismo y su impacto en los trabajadores inmigrantes, fue auspiciado por la rama en Nueva York de la Convergencia por una Nueva Mayoría, una coalición de partidos basados en República Dominicana.
Entre los asistentes había choferes de autobús, trabajadores de mantenimiento de edificios, camioneros y trabajadores jubilados. Muchos eran miembros de diversos grupos políticos, incluyendo Fuerza de la Revolución, que surge del Partido Comunista Dominicano, y partidos de origen maoísta.
Koppel comenzó sus palabras señalando varios ejemplos recientes de resistencia obrera contra la ofensiva patronal en Estados Unidos.
Los candidatos del Partido Socialista de los Trabajadores se ha estado sumando a los piquetes en huelga contra la fábrica de galletas Stella DOro en el Bronx, dijo. Desde agosto han estado resistiendo las demandas de la compañía de recortes salariales, eliminación de la licencia por enfermedad y cuotas de seguro médico más altas. Les insto a que participen en sus líneas de piquetes y les lleven solidaridad, dijo Koppel.
Dichas luchas, junto con las grandes movilizaciones por la legalización de los trabajadores indocumentados durante los últimos tres años, muestran que en Estados Unidos está surgiendo una pequeña pero importante vanguardia de la clase obrera, dijo. Lo importante para el pueblo trabajador, destacó, son estas acciones, no si Barack Obama o John McCain gana las elecciones.
Un mes después del plan de rescate de 700 mil millones de dólares, la crisis financiera capitalista continúa propagándose. Apenas ha comenzado, explicó Koppel. La crisis es mundial y tendrá consecuencias devastadoras para todo el pueblo trabajador. Planteará más y más la necesidad de una revolución socialista en este país, para quitar del poder a los gobernantes capitalistas y establecer un gobierno de trabajadores y agricultores.
El delineó las propuestas de la plataforma electoral del Partido Socialista de los Trabajadores para defender el nivel de vida y los derechos de los trabajadores, empezando con los más oprimidos. Para luchar por empleos para todos, los candidatos socialistas reivindican recortar la semana laboral sin reducir los salarios, y lanzar un programa masivo de obras públicas con salarios a escala sindical. Proponen aumentos por el costo de vida para aumentar los salarios y beneficios a la par de la inflación. Llaman a la nacionalización de la industria energética y la banca, poniéndolos bajo control obrero. Se unen a las luchas por la legalización de todos los trabajadores, y por la aplicación de programas de acción afirmativa.
El pueblo trabajador en Estados Unidos, dijo, puede aprender del ejemplo de los trabajadores y agricultores en Cuba, quienes hicieron una revolución socialista y se han mantenido en el poder durante los últimos 50 años.
Intercambio de ideas
Después de la presentación hubo una discusión que cubrió temas muy amplios.
¿No se arriesga dividir el voto progresista y dejar que ganen los republicanos de derecha? fue la primera pregunta.
Los sindicatos en Estados Unidos organizan a menos del 10 por ciento de los trabajadores, y son amarillos, dijo otra persona. ¿No es un concepto viejo hablar de la clase obrera y los sindicatos? ¿No hay que trabajar con fuerzas más amplias, como los pequeños empresarios?
¿Y qué del colapso de la Unión Soviética? fue otra pregunta.
¿Usted propone que la clase obrera en Estados Unidos tome el poder por la vía marxista clásica, o hay otra estrategia? preguntó otro trabajador. ¿No necesitamos la unidad de la izquierda?
Una persona respondió a los temas debatidos diciendo, Para los que cree que Obama representa la esperanza, recuerden que la mayoría de las guerras e intervenciones del imperialismo norteamericano fueron llevadas a cabo por gobiernos del Partido Demócrata. El coincidió con Koppel en que los demócratas y republicanos son los representantes gemelos de la clase capitalista. Dijo que se originaron en una escisión en un solo partido capitalista.
Sí, ustedes conocen muy bien la invasión norteamericana de República Dominicana en 1965, que fue lanzada por la administración demócrata de Lyndon Johnson, dijo Koppel.
Agregó que el Partido Republicano lo fundó a mediados del siglo XIX la burguesía industrial emergente al entrar en conflicto con la esclavocracia. El partido de los esclavistas era el Demócrata. Los republicanos comenzaron como una fuerza progresista; el Partido Demócrata jamás ha sido progresista, dijo. Hoy estamos en la época imperialista, cuando los capitales industrial, bancario y comercial se han fusionado, creando el capital financiero. No hay ala progresista de la clase capitalista, la cual cuenta con dos partidos importantes.
En respuesta a la pregunta sobre la unidad de la izquierda, dijo, No puede haber unidad a expensas de un programa y una trayectoria en defensa de los intereses de los trabajadores. El Partido Socialista de los Trabajadores busca unificar a la clase trabajadores, dijo Koppel.
La palabra izquierda no es útil. Cuando algunos grupos se dicen de izquierda, ¿qué significa? ¿La izquierda de la política burguesa? ¿La izquierda de los demócratas? Los trabajadores necesitamos nuestras propias organizaciones de clase, independientemente de los capitalistas.
Es un error tachar de amarillos los sindicatos en Estados Unidos, dijo Koppel. En su condición actual, aún con su maldirigencia burocrática, los sindicatos son las únicas organizaciones de masas que tiene nuestra clase, son las organizaciones a las que se incorporan hoy día los trabajadores, y los socialistas forman parte de los sindicatos. Estos deben ser transformados en instrumentos de lucha.
Revoluciones rusa, cubana
Los trabajadores pueden tomar como ejemplo las revoluciones socialistas en Cuba y en Rusia, en que los trabajadores le arrebataron el poder a los capitalistas, dijo el candidato PST. El Partido Bolchevique, al dirigir al pueblo trabajador a la victoria y al lanzar un movimiento comunista verdaderamente comunista, ofrecieron un ejemplo.
Después de la muerte de V.I. Lenin, una burocracia encabezada por José Stalin consolidó una contrarrevolución política en la Unión Soviética, dijo. La desintegración de los regímenes estalinistas a fines de los 80, dijo, significa que los trabajadores en esos países, desplazados de la política, están en mejores condiciones para participar en la resistencia obrera mundial contra los efectos de la crisis capitalista.
Los miembros del público compraron cuatro suscripciones al Militante y cuatro ejemplares del último número de la revista marxista Nueva Internacional. También adquirieron ejemplares de El manifiesto comunista, ¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos?, La revolución traicionada por León Trotsky, Habla Malcolm Xy muchos otros títulos.
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