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Vol. 72/No. 51      29 de diciembre de 2008

 
Juicio ‘antiterrorista’ en
Nueva Jersey viola derechos
(portada)
 
POR NANCY ROSENSTOCK  
CAMDEN, Nueva Jersey— Empezó aquí el 15 de diciembre la presentación de argumentos finales en el juicio fabricado contra cinco inmigrantes acusados de tramar un ataque contra la base militar de Fort Dix, Nueva Jersey.

Los cargos incluyen conspiración para asesinar a personal militar e intento de asesinato. Si son encontrados culpables, los hombres podrían encarar la cadena perpetua. Los cinco se han declarado inocentes.

Los acusados, todos entre 20 y 30 años de edad, fueron arrestados en mayo de 2007. Mohamad Shnewer, oriundo de Jordania, era taxista en Filadelfia. Tres hermanos— Eljvir Duka, Dritan Duka y Shain Duka— son albaneses de la ex Yugoslavia que tenían un negocio de techado. Serdar Tatar es de Turquía y trabajaba en una tienda de abarrotes.

El asistente del fiscal general Michael Hammer dijo que los acusados eran miembros de una conspiración y que el gobierno no tenía que probar que la conspiración fue exitosa, solo que los acusados discutieron atacar personal militar.

Rocco Cipparone, abogado de Shnewer, sostuvo en sus argumentos finales que no hubo conspiración sino solo el trabajo de un soplón del FBI que manipuló las discusiones y los instó a ver videos de al-Qaeda.

El juez rechazó más de una docena de mociones presentadas por la defensa antes del juicio. A los cinco se les negó fianza. El juez también rechazó la solicitud de trasladar el juicio fuera de Nueva Jersey para poder llevar a cabo un juicio justo.

Los acusados están detenidos en el Centro de Detención Federal en Filadelfia en una unidad especial donde solo se les permite una llamada por teléfono al mes. “Estoy enjaulado como un animal 24 horas al día”, escribió Shnewer al juez.

En el juicio el fiscal no ha presentado una sola prueba de un acto ilegal por parte de ninguno de los cinco hombres. Los medios han atizado una campaña en su contra con titulares como “entrenamiento de jihad”, refiriéndose a las vacaciones que los acusados se tomaron en las montañas Pócono.

El caso del gobierno se basa en el testimonio de dos soplones del FBI que infiltraron el grupo. Lo que queda claro en el testimonio es que estos son los que trataban de presionar al grupo a tomar acción. Mahmoud Omar, uno de los agentes, ofreció conseguir ametralladoras y dijo que contribuiría 10 mil dólares. El segundo agente, Besnik Bakalli, grabó secretamente conversaciones con los hombres.

Ferik Duka, padre de los tres hermanos Duka, comentó al salir de la corte, “Todo está fabricado. He dicho esto desde el principio. Todos son inocentes. Es el uso de informantes criminales”.  
 
 
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