Vol. 73/No. 10 16 de marzo de 2009
El 1 de Mayo de 2007, aproximadamente 30 mil trabajadores marcharon por las calles del centro de la ciudad de Los Angeles exigiendo la legalización de los inmigrantes indocumentados. Por lo menos 5 mil personas más realizaron un mitin esa tarde en el Parque MacArthur. En total, medio millón de personas participaron en acciones por todo el país ese día.
Alrededor de las 6:30 de la tarde la policía dio por terminada la manifestación pacífica que se estaba llevando a cabo en el parque, bajo razones de que supuestamente unas cuantas personas habían tirado objetos a la policía. Se enfrentaron a la muchedumbre disparando balas de hule y golpeando indiscriminadamente a los manifestantes con sus macanas. Por lo menos 246 personas denunciaron que habían sufrido lesiones a causa de la embestida de la policía.
También los periodistas fueron blanco de la policía. Una camarógrafa de la cadena de TV Fox terminó con una fractura de su muñeca. Un camarógrafo de la KCBS fue golpeado en las costillas, mientras que un presentador de noticias de Telemundo fue golpeado y lo amenazaron en la cara con un rifle antimotines. Los periodistas han interpuesto demandas por separado en los tribunales estatales, y este acuerdo no los cubre.
En octubre de 2007 el Departamento de Policía de Los Angeles presentó un extenso informe en el que sustenta que la inadecuada planificación, falta de entrenamiento y deficiente estructura de mando como las causas del incidente. En septiembre de 2008, 16 meses después de la embestida policial, el jefe de la policía William Bratton anunció planes de suspender a 11 policías y pidió el despido de otros 4 por el uso excesiva de fuerza y otros abusos.
Además del pago monetario, el acuerdo del 4 de febrero que aprobó el concejo municipal ha establecido algunas restricciones en torno a cuando se autoriza a la policía hacer uso de la fuerza en contra de una manifestación. Por ejemplo, la policía puede usar las macanas para empujar, pero no para golpear a manifestantes que se niegan a retirarse; no se puede disparar con balas de hule contra una muchedumbre pacífica que se está retirando; y no se permite que los helicópteros de la policía perturben los discursos volando a baja altura.
El acuerdo provisional ha generado discusiones entre los trabajadores en Los Angeles. Está bien que le den ese dinero a la gente, dijo Roberto Gutiérrez, un joven empacador de carne. La policía debería pagar cada vez que hagan algo así.
Los 12.8 millones de dólares no son tanto, después de pagar los gastos en médicos y abogados, comentó Emilio, un trabajador de la fábrica de ropa American Apparel, quien pidió que no se usara su apellido.
El hecho de que el gobierno municipal no tuvo más remedio que admitir que infringieron los derechos de los trabajadores con esa embestida de la policía el 1 de Mayo es una victoria, dijo James Harris, candidato para alcalde del Partido Socialista de los Trabajadores. Pero lo que se necesita es que se enjuicie y se encarcele a los policías por estos crímenes. Mi oponente, el alcalde Antonio Villaraigosa, hace alarde de que él ha contratado 694 policías adicionales durante su mandato, y promete aún más.
El jefe de la policía William Bratton aparece en leal anuncio publicitario de la campaña de Villaraigosa, felicitándolo por reducir el crimen.
En cambio, los partidarios de la campaña del Partido Socialista de los Trabajadores se sumaron a una vigilia el 21 de febrero para protestar la muerte a manos de la policía de Salvador Zepeda en East Los Angeles. La policía mato a balazos al joven de 18 años el 30 de noviembre a unas cuantas puertas de su casa. La policía en el área de Los Angeles mató a decenas de personas el año pasado. Recientemente, policías del suburbio de Pasadena mataron a Leroy Barnes, de 38 años, el 19 de febrero.
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