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Vol. 73/No. 16      27 de abril de 2009

 
Ni un centavo para guerras de EE.UU.
(editorial, artículo principal)
 
El presidente Barack Obama ha solicitado 83.4 mil millones de dólares adicionales para financiar las guerras. El pueblo trabajador debe decir que no se use ni un solo centavo, ni una persona para las guerras de Washington.

El gobierno estadounidense ha logrado confeccionar un régimen en Iraq que pueda servirle como aliado estable en la región. Ha podido lograrlo, en parte, porque no hay un partido en Iraq capaz de unificar al pueblo trabajador y a los pequeños agricultores de todos los grupos étnicos y religiosos para una lucha eficaz contra el dominio imperialista. En su lugar las fuerzas capitalistas y latifundistas compiten por su parte del pastel bajo el dominio de Washington.

Pero Washington aun no tiene confianza que el régimen en Bagdad puede mantenerse por su propia cuenta. El general Raymond Odierno admitió esto cuando dijo que se pospondrá la retirada de las tropas norteamericanas de Mosul y Baqubah. También dijo al London Times que estaba “preocupado” por los conflictos entre curdos y árabes. Los curdos, una nacionalidad oprimida en Iraq, Turquía, Irán y Siria, han históricamente enfrentado la discriminación en los cuatro países. La preocupación de Washington no es por los derechos del pueblo curdo a la autodeterminación, sino que los intereses capitalistas puedan ser afectados.

Aún si la retirada de las tropas norteamericanas se realizara de acuerdo al plan, Washington proyecta dejar una fuerza de hasta 50 mil tropas en el país.

A la vez, Washington está enviando 21 mil tropas adicionales a Afganistán, está aumentando los ataques con aviones no tripulados dentro de Pakistán, y se jactan de haber matado a tres “piratas” somalíes, todo esto desde que Obama tomó la presidencia. Está claro que no hay un presidente de “paz” en la Casa Blanca.

A medida que se profundiza la crisis económica, los gobernantes estadounidenses están preparándose no solo para librar más guerras en el exterior, sino también para responder al crecimiento de la resistencia del pueblo trabajador en Estados Unidos. Para acabar de una vez por todas con las guerras imperialistas, el pueblo trabajador en Estados Unidos necesita tomar el poder político de manos de los guerreristas y empezar a organizar la sociedad para satisfacer las necesidades humanas, y no para maximizar las ganancias de los ricos.
 
 
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