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Vol. 73/No. 23      15 de junio de 2009

 
Disputas entre Washington
y Tel Aviv por asentamientos
(portada)
 
POR SETH GALINSKY  
En una fuerte reprimenda al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, la secretaria de estado norteamericana Hillary Clinton insistió el 28 de mayo en que Tel Aviv debe congelar la creación de asentamientos judíos en la Margen Occidental.

El presidente Barack Obama “quiere que cesen los asentamientos”, dijo Clinton. “Y vamos a insistir en este punto”.

La administración norteamericana proyecta el cese de los asentamientos como paso vital hacia la creación de un estado palestino junto a Israel que pueda ayudar a controlar la lucha palestina y estabilizar la región.

Hay más de 280 mil colonos judíos en los 120 asentamientos de la Margen Occidental, donde viven 2.2 millones de árabes palestinos. En 2005 había 230 mil colonos. La Margen Occidental ha estado bajo ocupación israelí desde la guerra árabe-israelí de 1967.

El 1 de junio Netanyahu dijo a un comité del parlamento israelí que él no podía “congelar la vida” en los asentamientos existentes, y que había que dar cabida al “crecimiento natural”, o sea, construir más habitaciones y hogares a medida que crezcan las familias. Calificó de poco razonables las exigencias de Washington.

Si bien Netanyahu ha descartado las negociaciones por un estado palestino que había promovido su predecesor Ehud Olmert, su política sobre los asentamientos es parecida a la de gobiernos israelíes anteriores. El diario israelí Haaretz observó que “todos los gobiernos israelíes desde 1967 han insistido en construir y extender los asentamientos”. No solo ha seguido aumentando el número de colonos judíos, dijo el periódico, sino también “el sistema de carreteras segregadas y la ruta invasiva de la cerca separadora, que pretende facilitar la anexión efectiva de parte de la Margen Occidental a Israel”.

Las carreteras segregadas, que prohíben a los palestinos de la Margen Occidental, y el muro, que en muchos casos impide que los agricultores lleguen a sus huertos, suscitan mucho descontento entre los palestinos. Continúan protestas semanales contra una “cerca” de más de 300 millas que serpentea por el territorio.

Ante el crecimiento de la población palestina dentro de las fronteras pre-1967 —ahora más del 20 por ciento de la población de Israel— junto con la de la Margen Occidental y de Gaza, los gobernantes de Israel han abandonado sus sueños de un Gran Israel. Ahora pretenden mantener un estado mayoritariamente judío dentro de fronteras que ellos definan. Pero todavía albergan esperanzas de que esto incluya parte de la Margen Occidental.

La divergencia entre Tel Aviv y Washington sobre los asentamientos y la política exterior no es nueva. Durante la primera guerra contra Iraq en 1990-91, Washington fortaleció sus lazos con algunos regímenes árabes y ya no tuvo que depender exclusivamente de Tel Aviv para defender los intereses norteamericanos.

“Los que definen la política en Estados Unidos se han opuesto siempre a la presencia de Israel más allá de la Línea Verde [las fronteras de 1967]”, dijo el Jerusalem Post en un editorial el 31 de mayo, destacando las palabras de la ex secretaria de estado Condoleezza Rice en junio de 2008. “No obstante, no se puede ignorar el preocupante cambio de tono que emana de Washington, que eleva el tema de los asentamientos a una importancia desproporcionada”.

Obama se reunió en Washington con Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina en la Margen Occidental, el 28 de mayo, una semana después de haber recibido a Netanyahu. En la rueda de prensa en la Casa Blanca después de su reunión, Obama elogió a Abbas por tomar medidas para asegurarle a Tel Aviv “que se mantiene la seguridad en la Margen Occidental”. Hace falta más, dijo, para reducir “la incitación y los sentimientos antiisraelíes” entre los palestinos.

Dos días después de la visita de Abbas a la Casa Blanca, la policía de la Autoridad Palestina, adiestrada y financiada por Washington, rodeó una casa en el pueblo de Qalqilya, en la Margen Occidental, alegando que la estaban usando miembros de Hamas para almacenar armas. Hamas, un grupo burgués islamista que gobierna la Franja de Gaza, cuenta con un apoyo significativo en la Margen Occidental. Tres policías y tres partidarios de Hamas murieron en la batalla que duró ocho horas.  
 
 
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