Vol. 73/No. 26 13 de julio de 2009
Los departamentos de bomberos son muy conocidos por discriminar en la contratación de negros, miembros de otras nacionalidades oprimidas y mujeres. Sus prácticas discriminatorias eran tan notorias que en 1972 el Congreso los mencionó explícitamente cuando extendió a los empleos públicos el Capítulo VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964. Ahora la mayoría de la Corte Suprema pretende convertir en lo contrario el Capítulo VII, el cual prohíbe la discriminación en la contratación y en el trabajo.
El juez Anthony Kennedy, quien redactó la opinión mayoritaria, argumentó, La ciudad rechazó los resultados del examen únicamente porque los candidatos con resultados más elevados eran blancos. La administración Obama siguió la misma línea: el Departamento de Justicia presentó un documento a la Corte Suprema planteando que el caso debía ser devuelto a los tribunales inferiores para investigar si la ciudad estaba haciendo mal uso del Capítulo VII como pretexto para la discriminación racial intencional.
Es imposible combatir la discriminación racial contra los negros sin tomar en cuenta la raza y, en el caso de la mujer, el género. Y la única manera de forzar a los patrones a que pongan fin a sus prácticas discriminatorias es con cuotas en la contratación y la promoción.
La acción afirmativa es uno de los mayores logros del movimiento obrero en décadas recientes. Es producto de las batallas por los derechos civiles de los años 60 que resultaron en la extensión del salario social de los trabajadores, incluido el establecimiento del Medicaid, el Medicare y la Seguridad de Ingreso Suplementario para los ciegos, discapacitados o mayores de edad. La defensa de la acción afirmativa es necesaria para reforzar la unidad de la clase obrera que se logró a través de ese gran movimiento social.
La defensa de la acción afirmativa es especialmente importante hoy, cuando los patrones están usando la depresión económica capitalista para oponer a los trabajadores entre sí. Los actuales despidos masivos amenazan con eliminar los logros pasados de la acción afirmativa, ya que los negros, latinos y mujeres frecuentemente son los últimos contratados y los primeros despedidos.
Para minimizar las consecuencias de estos despidos, los sindicatos deben insistir en que se establezcan listas paralelas de antigüedad, una para negros, otras nacionalidades oprimidas y mujeres, y otra para los demás trabajadores, de manera que no disminuya el porcentaje de negros, latinos y mujeres en el trabajo.
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