Vol. 73/No. 31 17 de agosto de 2009
Dos días después, la compañía anunció que daría 30 días de prórroga a todos los trabajadores que habían recibido avisos de que serían despedidos.
Cerca de 1 800 trabajadores están bajo amenaza de ser despedidos, supuestamente por no tener autorización válida para trabajar en Estados Unidos basado en una auditoría hecha por la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de los archivos de empleo. American Apparel emplea a más de 5 mil trabajadores de producción en Los Angeles.
El día de la marcha, los trabajadores recaudaron miles de firmas, solicitando que Dov Charney, el director ejecutivo de la compañía, otorgue a los trabajadores 30 o 60 días de prórroga. Docenas de trabajadores participaron en esta campaña. La petición fue pasada de una máquina de coser a otra. Los trabajadores de limpieza la circulaban mientras barrían el piso. Peticiones fueron circulados en la cafetería, frente al camión que vende el almuerzo y cuando los trabajadores tomaban receso para ir a los baños.
La lucha contra los despidos ha ganado el apoyo de trabajadores nacidos en Estados Unidos y de inmigrantes. Ahora es el momento de motivarse para la causa, dijo R. Henderson, un afroamericano quién asistió a una junta el sábado previo a la marcha. Yo vi muchos compañeros de trabajo ahí. Ellos trabajan duro, no son criminales. Es por eso. Todos somos trabajadores. Nosotros tenemos los mismos problemas. Algunos trabajadores negros en los departamentos de control de tela y de envío también firmaron la petición.
Isela Sánchez había promovido la marcha todo el día en la planta. Ella recibió una carta de la compañía dándole 30 días para entregar documentos válidos o ser despedida, con una fecha tope del 6 de agosto. Las redadas de inmigración son un gran problema, dijo. Pero aún más grande es el problema cuando ellos nos quitan nuestro trabajo por falta de documentos. Nosotros no podemos sobrevivir sin trabajo. Tenemos un buen patrón. Pero el gobierno no nos deja trabajar. La economía se está empeorando.
Mientras salían del trabajo, los trabajadores se reunieron frente la entrada de la compañía y se concentraron en la plataforma de carga para instar a sus compañeros de trabajo a quedarse y marchar.
El plan era marchar en el andén, pero los trabajadores llenaron la calle y gritaban ¡Sí se puede! y ¡Obama, cumple tu promesa! El enfoque principal de la marcha, la cual fue organizada por la Southern California Immigration Coalition (SCIC), fue para exigir que el presidente Barack Obama pare las amplias auditorías de los documentos I-9 y el programa de E-Verify [la verificación de permisos de trabajar por la internet] que están llevando a despidos en masa.
El primero de julio el ICE avisó a 652 compañías casi 50 de ellas en Los Angeles que tiene planes de hacer una auditoría de sus archivos de empleo.
Pedro, un trabajador de la carne, habló en el mitín que era parte de la marcha. Las compañías se aprovechan de los trabajadores indocumentados para bajar los salarios y mantenernos callados, dijo. Yo estoy activo en la unión en mi planta. La única forma de avanzar es organizándonos. Nosotros tenemos que seguir adelante con esta lucha, que apenas está empezando.
Otros oradores incluyeron a Marcelino Arteaga del Consejo de trabajadores de Overhill Farms; Nativo López, presidente de la Hermandad Mexicana Latinoamericana; Daniel Montes de la SCIC; y el senador estatal Gil Cedillo.
Charney también habló brevemente al final del mitín. Por años Charney ha promovido una campaña a favor de una reforma migratoria bajo la lema Legalicen Los Angeles, y ha dado miles de camisetas a organizaciones por los derechos de los inmigrantes.
Casi 300 personas participaron el primero de agosto en otro mitín auspiciado por la SCIC. Más de la mitad fueron trabajadores de American Apparel. Ganamos la primera ronda, dijo Adán Hernández, en referencia a los 30 días de prórroga ganados. Nosotros tenemos que hacer ver a los políticos que lo que ellos hacen tienen consecuencias para el pueblo trabajador y lo tienen que parar.
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