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Washington expande
ataques en Pakistán
Presiona a Islamabad a ampliar guerra
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AP Photo/Hasbanullah Khan
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Entierro en Miran Shah, Pakistán, el 19 de noviembre para víctima de ataque de avión teledirigido enviado por fuerzas norteamericanas que mató a seis personas. Miran Shah es la capital de Waziristán del Norte en las Areas Tribales Administradas Federalmente. La Casa Blanca quiere expandir los ataques a la Provincia de Balochistán.
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POR DOUG NELSON
8 de diciembrePara complementar el envío de 30 mil tropas norteamericanas más a Afganistán, la Casa Blanca ha autorizado el incremento de ataques con aviones teledirigidos. Según el diario New York Times, Washington está presionando al gobierno pakistaní para que consienta los ataques norteamericanos en la provincia pakistaní de Balochistán, al sur de las áreas tribales que han sido blanco de la CIA desde 2004.
En marzo, el Times informó que la Casa Blanca había empezado discusiones sobre los ataques con aviones teledirigidos en Balochistán. Sin embargo, funcionarios pakistaníes se han opuesto públicamente a ese curso, al que denominan una línea roja.
Washington aumentó considerablemente sus ataques con aviones teledirigidos en agosto de 2008. Estos han continuado su ritmo después de que Barack Obama fuera elegido presidente, y han sido extendidos a otras regiones dentro de las Areas Tribales Administradas Federalmente (FATA). Pero hasta ahora, solo han sucedido pocas veces fuera de las FATA. En noviembre de 2008 y marzo de 2009, la CIA realizó ataques en el distrito de Bannu, al este de las áreas tribales oficiales.
Según las cifras recopiladas de informes en la prensa pakistaní, han habido 49 ataques desde aviones teledirigidos este año, matando a 540 personas. Un análisis de los informes de prensa por la New American Foundation estima que aproximadamente una tercera parte de los muertos por ataques de aviones teledirigidos son civiles.
Las muertes de civiles y la indiferencia por la soberanía pakistaní han fomentado la oposición popular al gobierno norteamericano. Es la razón por la que el ejército y gobierno pakistaní han criticado públicamente los ataques. Sin embargo, se ha informado ampliamente que los apoyan tácitamente y que proveen información de inteligencia para los ataques.
El gobierno pakistaní está envuelto, con el respaldo de Washington, en una guerra en su propio territorio en contra del Movimiento Talibán de Pakistán (TPP) y sus grupos aliados islamistas. Pero no ha mostrado voluntad de enfrentar a otros grupos del Talibán, enemigos de Washington en Pakistán, que no desafían la autoridad del gobierno pakistaní. Entre ellos se encuentra el Talibán Afgano, que según Washington tiene su sede en Quetta, la capital de la provincia de Balochistán.El movimiento Talibán fue configurado y respaldado por el gobierno pakistaní a principios de los años 90. Fue utilizado para competir, principalmente con India, por influencia en Afganistán durante el caos tras la derrota de la invasión soviética. El gobierno pakistaní también ayudó a fortalecer partidos pro Talibán en Balochistán, para contraponerse a los movimientos nacionalistas de Balochistán.
Islamabad podría estar renuente a romper sus conexiones con el Talibán Afgano cuando el gobierno de India está profundizando sus nexos diplomáticos y económicos en Afganistán, y el resultado de la guerra encabezada por Washington es incierto. Podría estar también preocupada por las consecuencias impredecibles que puedan tener los operativos norteamericanos en Balochistán.
La provincia de Balochistán, ubicada en el suroeste de Pakistán, es la provincia más extensa, pero a la vez la menos poblada del país. Mientras que los pastunes de Afganistán y del noroeste de Pakistán integran la mayoría de Quetta, el resto de la región está dominada por los balochis, una nacionalidad oprimida en Pakistán e Irán.
Las fuerzas armadas pakistaníes han aplastado cinco rebeliones de los balochis desde la fundación del país en 1947. Sin embargo, aún continúa una insurgencia de baja intensidad. En abril estallaron huelgas masivas y protestas por toda la provincia por la muerte de cinco dirigentes nacionalistas en manos del gobierno.
Los nacionalistas balochis han exigido que el gobierno ponga en libertad o provea información sobre unas mil personas desaparecidas. El gobierno pakistaní ha prometido liberar a 20 dirigentes balochis, y está discutiendo un paquete de Balochistán que le promete a los balochis mayor autonomía y poder sobre los recursos naturales de la región. Sin embargo, la mayoría de los dirigentes balochis la han rechazado.
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